Tras una débil actuación del Frente Amplio como grupo parlamentario en su fase de instalación entre marzo del 2018 y octubre del 2019, la emergencia del Estallido les otorgaría una nueva oportunidad histórica para posicionarse a la vanguardia del proceso de cambios que experimentaría el país con la apertura del proceso constituyente. Es en este contexto donde la trayectoria previa de Gabriel Boric es puesta a prueba en las negociaciones del 15 de noviembre, cuando el diputado magallánico fue uno de los principales liderazgos que llevó a la derecha a ofrendar la Constitución de Augusto Pinochet y Jaime Guzmán. Su firma a título personal y sin el apoyo de su partido, Convergencia Social (a la que se sumaron las firmas de los presidentes de los partidos frenteamplistas RD, Partido Liberal y Comunes), tuvo implicancias decisivas para el país, así como también, para el Frente Amplio, que vivió un momento de implosión y fragmentación interna en la cual varios de sus partidos renunciaron a la coalición como respuesta a la decisión asumida por Boric y los partidos que participaron del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución.
Gabriel Boric (Punta Arenas, 1986) comenzó a forjar su trayectoria política como dirigente estudiantil en su alma mater, la Universidad de Chile, donde comenzó a estudiar derecho en 2004. Cinco años después, el 2009, alcanzó la presidencia del centro de estudiantes de su carrera como representante del colectivo Estudiantes Autónomos, antecedente directo de Izquierda Autónoma (IA).
El primer conflicto político de importancia en el cual estuvo involucrado Boric sucedió ese mismo año, cuando lideró una emblemática movilización en contra del decano Roberto Nahum, quien fue acusado en aquella oportunidad por malversación de fondos y plagio académico. La presión de los estudiantes movilizados llevó a la renuncia del Nahum tras 44 días de toma de la facultad de derecho.
El 2010, Nahum volvía a ocupar el cargo al cual había renunciado tras ser reelegido por el claustro académico, mientras Boric llegaría al Senado universitario de la casa de Bello. Sin embargo, la notoriedad de Boric a nivel nacional vendría tras las emblemáticas movilizaciones del año 2011 que se habían levantado en contra del lucro y a favor de una educación pública, gratuita y de calidad.
Aquella movilización había sido dirigida por los principales representantes del movimiento universitario de aquél entonces, Camila Vallejo, del Partido Comunista; segunda mujer en ostentar el cargo de presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), y Giorgio Jackson del movimiento Nueva Izquierda Universitaria (NAU) y presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), base desde la cual surgiría Revolución Democrática el 2012.
A fines del 2011, Boric daría el golpe a la cátedra derrotando en una estrecha votación a la líder indiscutida del movimiento estudiantil, Camila Vallejo, quién incluso había sido reconocida como rostro internacional de las movilizaciones que habían surgido en el mundo, desde la Primavera Árabe al movimiento de los Indignados en España. Boric, con la primera votación, sería el presidente de la FECH, mientras su principal contrincante, Vallejo, ocuparía la vicepresidencia de la mesa ejecutiva.
La ascendente carrera política de los dirigentes estudiantiles comenzaría formalmente en 2014, cuando Vallejo (PC), Jackson (RD) y Boric (IA) llegaron a la Cámara de diputados tras imponerse en las elecciones del 2013. Camila lo haría por el distrito 26 (La Florida), Giorgio por el 22 (Santiago) y Gabriel por el 60 (Magallanes). La popularidad de los otrora dirigentes estudiantiles se vería reflejado en sus resultados. Boric, saldría electo como primera mayoría de su distrito con un 26% de los votos.
El salto de la dirigencia estudiantil a las grandes ligas de la política
En ese entonces, las tres apuestas estudiantiles tendrían visiones estratégicas distintas. Vallejo, siendo parte del partido Comunista y a pesar de sus críticas a los gobiernos concertacionistas, siguió disciplinadamente las ordenes del partido que se incorporaba a la Nueva Mayoría; coalición que por primera vez en su historia reunía a la DC con el PC. Su apoyo a Michelle Bachelet le valió las más duras críticas. Jackson y RD habían optado por la estrategia de la “colaboración crítica” con el gobierno. Por su parte, Gabriel Boric e IA se mantenían en una posición autónoma y opositora al gobierno de Bachelet.
Durante aquel período, Boric no sólo acumuló una importante experiencia parlamentaria. También comenzó a diferenciarse de su grupo basal, IA, movimiento con el que rompe definitivamente en mayo del 2016 producto de desavenencias estratégicas respecto del importante ciclo electoral que comenzaba con las municipales de ese año y las parlamentarias y presidenciales de noviembre del 2017. En aquella oportunidad, Boric fue tildado de caudillista y cortoplacista por sus correligionarios.
La declaración pública en que Boric da cuenta de la formación del Movimiento Autonomista, proyecto que lideraría junto a su amigo de la infancia, Jorge Sharp (quien posteriormente ganaría la alcaldía de Valparaíso), daría plena cuenta de su ethos político:
“El sector político del autonomismo que hoy representamos está convencido de que es tiempo para la construcción de un movimiento político amplio, que con principios y valores comunes resuelva el modo en que traduce las energías que construyó en las movilizaciones de estos años en capacidad política, entendiendo que podemos ser un aporte en la construcción de una alternativa revolucionaria, pero también, que solos no somos suficientes […] Ese proceso lo llevaremos adelante dialogando con otras fuerzas de izquierda que apunten al mismo objetivo. Para ello, es imperativo dejar la soberbia de lado y enfrentar ese desafío con generosidad. Tenemos convicciones, más no certezas. Esperanza, pero jamás verdades reveladas” (30/05/2016).
El “Sharpazo” en Valparaíso en las municipales de octubre del 2016 aumentó la viabilidad estratégica de una apuesta política que era capaz de imponerse a las fuerzas del duopolio, lo cual también podría replicarse a nivel nacional. Los articuladores más importantes y visibles de un nuevo proyecto político que pretendía reunir a los distintos movimientos y colectivos de izquierda que habían surgido en el largo proceso transicional a la izquierda de la Concertación eran dos: Giorgio Jackson (RD) y Gabriel Boric (MA).
A inicios del 2017 se crea formalmente el Frente Amplio a partir de 11 partidos y movimientos: Revolución Democrática, Movimiento Autonomista, Partido Liberal, Partido Poder, Partido Igualdad, Partido Ecologista Verde, Partido Humanista, Nueva Democracia, Izquierda Autónoma, Izquierda Libertaria y Convergencia de Izquierda.
En marzo de 2017, la confirmación de la candidatura del sociólogo Alberto Mayol dinamizó la disputa presidencial al interior del naciente Frente Amplio, para lo cual, resultaba imprescindible la realización de primarias presidenciales. Para enfrentar la candidatura de Mayol, Jackson y Boric respaldaron la apuesta presidencial de la periodista Beatriz Sánchez, quien finalmente resultaría electa como representante de unas inéditas primarias legales, donde se enfrentaban los competidores de la derecha, Chile Vamos, y el Frente Amplio, mientras la coalición de gobierno no fue capaz de presentarse a tal contienda.
Las elecciones del 19 de noviembre del 2017 marcan un antes y un después. En primer lugar, porque ellas evidencian el pleno resquebrajamiento del reparto duopólico del poder, especialmente, por la instalación del Frente Amplio como tercera fuerza política debido a la tercera posición obtenida por Sánchez (20%) y a los 20 diputados que ingresaban a la Cámara de Diputados y 1 senador. Gabriel Boric y Giorgio Jackson saldrían reelectos con primeras mayorías en sus respectivos distritos.
Del Estallido de Octubre de 2019 a la victoria presidencial en diciembre de 2021
Tras una débil actuación del Frente Amplio como grupo parlamentario en su fase de instalación entre marzo del 2018 y octubre del 2019, la emergencia del Estallido les otorgaría una nueva oportunidad histórica para posicionarse a la vanguardia del proceso de cambios que experimentaría el país con la apertura del proceso constituyente.
Es en este contexto donde la trayectoria previa de Gabriel Boric es puesta a prueba en las negociaciones del 15 de noviembre, cuando el diputado magallánico fue uno de los principales liderazgos que llevó a la derecha a ofrendar la Constitución de Augusto Pinochet y Jaime Guzmán. Su firma a título personal y sin el apoyo de su partido, Convergencia Social (a la que se sumaron las firmas de los presidentes de los partidos frenteamplistas RD, Partido Liberal y Comunes), tuvo implicancias decisivas para el país, así como también, para el Frente Amplio, que vivió un momento de implosión y fragmentación interna en la cual varios de sus partidos renunciaron a la coalición como respuesta a la decisión asumida por Boric y los partidos que participaron del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución.
El ciclo electoral que se inicia posteriormente sería tremendamente fructífero para las fuerzas de izquierda, el Frente Amplio y, por supuesto, Gabriel Boric. Tras la avasalladora victoria del Apruebo en el referéndum de Octubre del 2020 y los extraordinarios resultados obtenidos en la mega-elección de mayo del 2021, el desafío del Frente Amplio se abocó a buscar una carta competitiva para disputar la primaria con sus aliados estratégicos, el Partido Comunista, reunidos desde fines del 2020 en la coalición Apruebo Dignidad.
Giorgio Jackson, el presidenciable por antonomasia del frenteamplismo no alcanzaba la edad mínima para postularse al cargo. Gabriel Boric, un año mayor, asumió el desafío de recolectar las firmas para llegar a la papeleta de las primarias de julio del 2021, donde se enfrentaría al candidato Daniel Jadue, quien lideraba en ese entonces las encuestas junto al histórico UDI, Joaquín Lavín. Boric, se impuso con casi un millón de votos a su contendor comunista y juntos superarían largamente al bolsón de votos obtenidos por los candidatos de la derecha en su respectiva primaria, que dio como ganador a Sebastián Sichel.
El resultado obtenido por Apruebo Dignidad los dejaba con la pole position para enfrentar las elecciones del 21 de noviembre. A pesar de su paso a segunda vuelta, las alarmas prendieron en Apruebo Dignidad, ya que el candidato, si bien había logrado pasar a segunda vuelta para enfrentar al candidato de la extrema derecha, José Antonio Kast, había quedado por detrás del candidato, aumentando la votación obtenida por su coalición en las primarias en poco más de 65 mil votos.
Visto en retrospectiva, el “balde de agua fría” sirvió a Boric y su comando para afinar la estrategia de cara a la segunda vuelta, la que dominaron brillantemente de principio a fin, sobre todo tras el ingreso de la ex presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches.
La victoria de Gabriel Boric en las elecciones del 19 de diciembre registró una votación histórica de 4.5 millones de votos, superando en más de 10 puntos la apuesta presidencial de José Antonio Kast.
Así, el próximo gobierno del otrora dirigente estudiantil, el más joven de los presidentes que ha ocupado el cargo en nuestra historia republicana, asumirá el desafío de cerrar el proceso constituyente que el mismo ayudó a consolidar la madrugada del 15 de noviembre.
Veremos si su intensa trayectoria política vivida en poco más de una década le permitirá liderar el gobierno de transición con que Chile avanza hacia una nueva época.
Como ha popularizado el presidente electo Gabriel Boric, ¡seguimos!