Desde el Movimiento 2030 –una alianza regional que en nuestro país integran más de 30 de organismos y líderes del sector salud, y que nuestro Centro lidera en Chile desde inicios de 2021– hemos firmado un Manifiesto que establece una serie de propuestas y requerimientos para hacer frente a esta problemática de máxima urgencia. Este documento, de carácter propositivo y que refleja una visión técnica y apolítica del desafío, será compartido en las próximas semanas con las autoridades del Gobierno recién electo.
Tres mil 300 pacientes de cinco tipos de cánceres en Chile morirán como consecuencia de diagnósticos tardíos y falta de acceso a tratamiento en los próximos tres años, según revela un reciente estudio de investigadores de Harvard, quienes simularon el impacto de la pandemia sobre el sistema sanitario local.
Un líder de la mesa directiva del Movimiento, el Dr. Rifat Atun (director de sistemas de salud global de Harvard), es el autor principal de este trabajo, que evidencia la necesidad de avanzar en soluciones de manera urgente ante el impacto de las enfermedades crónicas no transmisibles en las próximas décadas. Acaso la gran pandemia de este siglo…
Se trata de un acuerdo, construido tras meses de trabajo por los integrantes de esta red, cuyo propósito es incentivar la transformación digital de la salud y contribuir a cerrar brechas para pavimentar esta transición. Previo a la pandemia de la COVID-19, ningún país de América Latina estaba preparado para hacer frente a una emergencia de estas características.
Y si bien se han agilizado avances, es necesario reforzar con mayor sentido de urgencia el proceso. En este sentido, los aprendizajes de los últimos meses son claros: el sistema sanitario local no es sostenible y continúa siendo incapaz de gestionar adecuadamente las crisis sin verse sobrepasado.
Por eso, el Manifiesto emanado desde el capítulo chileno del Movimiento 2030 (presente hoy en nueve países de la región) establece siete propuestas y cuatro requerimientos para acelerar la adopción de acciones en pro de una salud conectada, entendiendo que sistemas interoperables, para el intercambio de información en salud, y un repositorio centralizado de datos contribuirá a una mejor gestión de las listas de espera.
Para ello, el país debe mejorar la formación de capital humano avanzado, establecer mecanismos para la interoperabilidad de los sistemas con garantías de seguridad; definir una gobernanza, el manejo en tiempo real de los tiempos de espera e incluir al paciente en un rol activo en el proceso. Solo esto permitirá establecer una óptima conectividad entre los distintos centros y contar con datos robustos para una mejor toma de decisiones.
Las listas de espera son un problema multifactorial, de difícil comprensión, que requiere de sistemas de información para la toma de decisiones oportunas y eficaces. Son los grupos más vulnerables de la población quienes más afectados se ven por dificultades en el acceso a terapia y diagnósticos oportunos.
El estudio de Harvard lo refleja dramáticamente: 3 mil 500 muertes en exceso durante la década, el 95% concentradas antes de 2025. Un 15% más que el total de casos respecto a un escenario sin pandemia para tumores de mamas, cuello uterino, colorrectal, de próstata y de estómago, como resultado del retraso en atenciones y la falta de diagnósticos en 2020 y 2021.
La realidad de nuestros pacientes con cáncer, y sus familias, constituye una señal alerta para que los futuros responsables de las políticas de salud puedan planificar y estimar las necesidades que se avecinan, adoptando medidas oportunas rápidamente. Frente a esta y otras crisis, la salud conectada es la respuesta: nuevos modelos de atención basados en la innovación y las tecnologías de información permitirán dar un respiro a sistemas que operarán bajo enormes presiones en el corto, mediano y largo plazo.