PAÍS
Crédito: Agencia UNO
Considerando el complejo panorama que tendrá para gobernar en el Parlamento, el Presidente electo, Gabriel Boric, se decidió por entregar una clara señal que busca abrir las puertas en el Congreso fijando prioridades de preocupación política transversal.
Más allá del discurso y el papel, la entrante administracion de Gabriel Boric sabe que para lograr mínimos avances de lo comprometido en el programa de gobierno, va a necesitar una mano de sectores independientes y de una buena disposición de la futura oposición. Esto dando por descontado que si no tiene a su sector y la centro izquierda cien por ciento comprometidos en cada uno de los proyectos a presentar, estos difícilmente verán la luz.
Es en este contexto que las prioridades fijadas por el electo Mandatario para sentar las bases de lo que será el inicio de su mandato apuntan a temas no solo de amplia preocupación ciudadana, sino también con un alto grado de realismo politico.
Esto en el entendido de que la futura oposición viene de una derrota no menor de 12 puntos de diferencia en la segunda vuelta presidencial, lo que implica que se verán en la obligación de tener que reperfilarse ante su electorado, marcando claras diferencias con la futura administración, todo esto con un agregado de preocupación; el ingreso al hemiciclo del Partido Republicano, que promete tensionar aún más el actuar de Chile Vamos.
En este marco es que tras una larga jornada de trabajo —la primera que sienta a todo el nuevo gabinete— el entrante gobierno dio a conocer, a través de la futura vocera, Camila Vallejo, la priorización de temas con que se busca comenzar la discusión política el 11 de marzo, día del cambio de mando.
De esta forma, la ex diputada PC, anunció que la agenda prioritaria tendrá como principales focos «la seguridad, la situación del Wallmapu, migración, educación, y desarrollo productivo».
Con estos temas sobre la mesa, al menos a nivel de señales, el futuro jefe de Estado se hizo cargo, no solo de la preocupación de la ciudadanía en temas de alto impacto, sino que también de la agenda que la derecha parlamentaria había puesto como factor de negociación para presentarse como una futura oposición menos «dura» que con la que les habría tocado a ellos convivir.
Desde Chile Vamos ya lo habían advertido; » las prioridades del gobierno definen a la oposición».
