Publicidad
China está en los detalles Opinión

China está en los detalles

Publicidad
Mario Ignacio Artaza
Por : Mario Ignacio Artaza Cónsul General de Chile en Nueva York
Ver Más

Las formas y maneras tienen su particular estilo al otro lado del Pacífico, y es Chile uno de los pocos países de la región que cuentan con instancias formales para dialogar y abordar constructivamente distintas temáticas, incluyendo derechos humanos, con la República Popular China. Chile definitivamente no es un país que pasa desapercibido para aquella nación conformada por 56 etnias legalmente reconocidas.


La diplomacia es un oficio que está sobrecargado de detalles. El saber identificar, descifrar y actuar a tiempo si acaso el mensaje trasmitido a través de gestos, palabras, imágenes, acciones, o decidir si éste requiere ser atendido con celeridad, es un proceso que se sustenta muchas veces sobre la base de la experiencia recogida con el paso del tiempo en terreno o bien, interactuando una y otra vez con contrapartes con las cuales, a través de una cercanía y sabiduría mutua, es posible generar una relación en donde ningún tema es excluido o vetado con antelación. Ese es el principal sello presente en la relación que Chile y la República Popular China han logrado establecer, tras más de 50 años de relaciones diplomáticas. Una que, al fin y al cabo, se afirma principalmente sobre lo político y no se sostiene exclusivamente en lo económico o comercial.

De ahí la importancia para ojos clínicos que presenciaron la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, llevada a cabo en el imponente Nido de Pájaros de Beijing con la presencia del presidente chino Xi Jinping, acompañado por mandatarios de otros países tales como el ruso Vladimir Putin y el argentino Alberto Fernández —este último, cumpliendo una histórica visita que trajo consigo la suscripción de más de 17 acuerdos y la renovación del Acuerdo de SWAP de monedas entre el Banco Popular de China y el Banco Central de la República Argentina— el detalle de la ubicación privilegiada que ocupó nuestro país en el armado del llamativo copo de nieve que, en su centro y hasta el cierre oficial el próximo 20 de febrero, contiene la llama olímpica iluminada por dos atletas chinos, una de ellos la esquiadora Dinigeer Yilamujiang.

Fue la participación de la esquiadora de origen uigur y no necesariamente el mensaje que fue difundido con su presencia por una cada vez más asertiva República Popular China, lo que levantó cejas en distintas latitudes, teniendo presente el boicot diplomático impuesto por los gobiernos de los Estados Unidos, Australia, Canadá, Dinamarca, Japón y el Reino Unido, entre otros, en medio de las gestiones que han sido llevadas a cabo al más alto nivel de la Organización de las Naciones Unidas, objeto la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pueda llevar a cabo una visita “creíble, con un acceso sin vigilancia a  la zona de Xinjiang”.

Aquella noche Beijing, una vez más y a su manera, rayó la cancha, una en donde la unidad de la nación viene siempre primero, sin espacio para cuestionamientos realizarse a viva voz a nivel interno, mucho menos desde el extranjero, con el protagonismo ejercido ante medios. Las formas y maneras tienen su particular estilo al otro lado del Pacífico, y es Chile uno de los pocos países de la región que cuentan con instancias formales para dialogar y abordar constructivamente distintas temáticas, incluyendo derechos humanos, con la República Popular China. Chile definitivamente no es un país que pasa desapercibido para aquella nación conformada por 56 etnias legalmente reconocidas.

En pocas semanas más, Chile tendrá la oportunidad de iniciar un nuevo capítulo y darle mayor impulso al checklist de su relacionamiento comprensivo con la República Popular China, en donde por ejemplo, el flujo comercial y la materialización de inversiones nos ha permitido convertirnos gradualmente desde el 2005 a la fecha, en uno de los principales referentes para Beijing en América Latina, con un intercambio bilateral que aumentó en casi un 40% el 2021, superando los US$57 mil millones, potenciado ello por medio de un Tratado de Libre Comercio comprensivo y actualizado que, entre otros hitos, ha permitido a nuestro país convertirse en el principal mercado de origen de fruta fresca de ese país.

Más de un 90% del total de las cerezas cosechadas en campos chilenos son exportadas por vía aérea y marítima a China, siendo consumidas con entusiasmo como parte de las celebraciones familiares y actividades sociales organizadas con motivo del Año Nuevo Lunar. Es Chile en donde opera la segunda red de transporte público eléctrico más grande en el planeta, con la presencia de más de 10 marcas de vehículos chinos en sus calles y carreteras (uno de cuatro nuevos vehículos livianos y medianos que se comercializan en el país es de procedencia china). Chile forma parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta y, el año pasado, completó el proceso de incorporación al Banco Asiático de Inversión e Infraestructura (AIIB).

Ahora bien, si acaso nos enfocamos en priorizar algunas de las múltiples áreas en donde puede haber el espacio como la voluntad política de protagonistas de ambos lados del Pacífico por avanzar y darle un mayor ímpetu al ya comprensivo relacionamiento bilateral en marcha por parte de Chile y la República Popular China, podemos desde luego enumerar algunos ejemplos tales como el apuntar hacia un mayor conocimiento mutuo, por medio de la profundización de intercambios estudiantiles y académicos, reconociendo desde luego la relevancia que reviste el llegar a contar y contratar materia gris formada en centros de excelencia de ambos países que bien, contribuyen a la conformación de políticas públicas, dinámicas empresariales, dotadas de conocimiento y experiencias novedosas, especialmente para y en nuestras regiones y ciudades cada vez más globalizadas. Aprovechar más de una docena de acuerdos de hermanamientos suscritos y vigentes entre regiones con provincias chinas, como también de ciudades chilenas con contrapartes en ese país, ciertamente le agregaría potencia a cualquiera iniciativa que busca acrecentar lazos de confianza y conocimiento, orientada a recabar réditos concretos de beneficio mutuo a través de ejercicios de interacción enfocados en concretar resultados a ser evaluados periódicamente.

A ello podemos sumar la cultura, el teatro, las artes plásticas, el cine y, por cierto, la literatura, en donde en ocasiones olvidamos lo relevante que fue la iniciativa que en su momento llegaron a materializar Salvador Allende, Pablo Neruda y José Venturelli, en la construcción de sólidos relacionamientos que, a su vez, son una y otra vez valorados en toda cita oficial bilateral, incluyendo por cierto el listado de primeros de Chile con la República Popular China. Debemos procurar construir sobre el hito que significa que la primera obra en castellano traducida al chino tras el triunfo de la revolución de 1949 no fue una de Cervantes, sino “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”.  Hoy son más de 130 obras literarias chilenas que han sido traducidas al chino y publicadas en China, con espacio para muchas más, incluyendo cómics e historietas.

La investigación, particularmente en ciencia y tecnología, constituye otra importante área prioritaria a sobresalir en un presente y futuro cercano a nivel bilateral. Las importantes inversiones materializadas o comprometidas en Chile, sean éstas del sector agrícola, acuícola, comunicaciones, transportes, logística, salud, energético, entre otras, junto a los innovadores programas que se han ido estableciendo entre universidades, centros de estudios superiores y estamentos científicos de ambos países, permiten contar con una base desde donde se pueden proyectar inversiones, intercambios y la realización de innovadores proyectos conjuntos que contribuyen no solo a elevar la calidad de vida de nuestra población, sino que tienen el potencial de incrementar la competitividad de productos, servicios y el talento que es requerido en un entorno cada vez más exigente, en donde la creatividad, el ingenio y el férreo compromiso detrás de una buena idea se potencia aún más, cuando detrás de ella existe un importante grado de asociatividad proveniente de un país que se ha ido atreviendo con éxito, cuando se trata de insertarse con éxito en mercados globales.

Responder a las necesidades de la gente en materia de salud, vivienda, transporte, alimentación sana, una vejez digna, pagos eficientes y seguros, comunicarse de manera ágil, aprender empleando redes y nuevas tecnologías, ciudades amigables y realmente Inteligentes (con “I” en mayúsculas), son tan solo botones de muestra de lo que se puede llegar a alcanzar de manera conjunta, con mayor conocimiento procurado a través de la investigación en ciencia y tecnología, ya sea en tierra, mar, aire y espacio, como también en el metaverso del nuevo milenio, con una China cada vez más protagonista de toda ecuación.

Ciertamente hay temas que no deben ni pueden estar ausentes en al momento de priorizar tareas conjuntas, con un entorno internacional, regional, bilateral, interno, que así lo demanda. Es ahí donde podemos ubicar el enfrentar de manera decidida la actual emergencia climática, cuyos efectos concretos se notan a simple vista en nuestro país desde Visviri al Polo Sur, con una brutal sequía que se ha extendido por más de una década, estresando las capacidades de dotar de agua para consumo humano como también y no menos importante, afectando los procesos de planificación a mediano y largo plazo de importantes sectores exportadores, tales como la agricultura y la minería. En los últimos años se ha visto un interés por parte de empresas chinas de participar en licitaciones internacionales convocadas para proyectos de construcción de embalses como también, de plantas desalinizadoras multipropósito. China actualmente opera más de 140 plantas desalinizadoras, las cuales principalmente abastecen del vital elemento a un 75% de las instalaciones industriales más estratégicas del país, incluyendo aquellas en donde se produce acero y refinación de petróleo, entre otras.

El acelerado proceso de desertificación y de erosión que se encuentra activo y provocando el grave deterioro de tierras en nuestro país, sí tiene experiencia probada como referencia más a China como potencial socio en trabajos concretos a materializar, teniendo presente el vigoroso plan en marcha desde hace décadas, para aumentar su superficie forestal hasta el 23 % de la superficie total del país para finales de la presente década. Durante estos Juegos Olímpicos de Invierno se ha destacado la barrera ecológica de Zhangjiakou, ubicada en la región de Beijing-Tianjin-Hebei, consistente en más de dos millones de nuevos árboles plantados para recuperar más de dos mil hectáreas de montañas áridas.

El aprovechamiento racional y sustentable de los recursos naturales, en especial aquellas especies que habitan en el océano Pacífico, algunas que son especialmente vulnerables, aunque no menos apetecidas por consumidores en la República Popular China, constituye otra área de trabajo prioritario bilateral, con un enfoque de responsabilidad global compartida. A modo de ejemplo, surge la necesidad de concretar el apoyo para la materialización de la iniciativa conjunta chileno-argentina para un área marina protegida en la Península Antártica. A ello se debe agregar un esfuerzo colaborativo para resguardar los frágiles ecosistemas en aguas del Pacífico Sur, incluyendo el sancionar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.

El velar por el uso pacífico y con fines científicos que van en beneficio de toda la humanidad, es un trabajo en donde la República Popular China constituye un socio de primer orden a tener a bordo en la Antártica para Chile, teniendo presente que una de las instalaciones científicas más cercanas a la Base Presidente Eduardo Frei Montalva es la Base china Gran Muralla, fue la primera de las cinco que mantiene ese país en el sexto continente. El empleo de Punta Arenas como centro logístico para el programa antártico chino es fundamental, junto a la recepción, atención y el servicio de buques de turismo con pasajeros cada vez en mayor número proveniente de la República Popular China.

Si nos detenemos en temas asociados a seguridad, con China hay un trabajo colaborativo por profundizar en materias sensibles tales como narcotráfico, en donde ya se nota en la región el efecto de grupos de crimen organizado en el flujo y la provisión de precursores y drogas sintéticas que tienen el potencial de causar daños irreparables en comunidades. El control de venta y contrabando de mercancías tales como armamento deportivo que puede ser modificado para su empleo por parte de bandas criminales, lavado de dinero, tráfico de personas, constituyen tareas en donde se requiere de una calibración muy fina entre personal de agencias especializadas.

La venta de equipos y plataformas militares en nuestra región se viene gradualmente incrementando a nivel global, con el interés, contactos, negociaciones que se están profundizando en algunos rincones de nuestra región, con el desarrollo de satélites y el empleo de tecnología espacial también llamando la atención al momento de suscribirse acuerdos de cooperación con la República Popular China. Ello tiene a no pocos interesados por conocer más detalles de este tipo de trabajo conjunto, teniendo presente el hábil transitar que se requiere en la actualidad para no caer en posiciones incómodas que no convienen.

Finalmente, y jamás menos relevante, debemos incorporar dentro del listado de tareas con visión de presente y futuro, el llegar a contar con un mecanismo de diálogo e interacción a nivel latinoamericano que sea efectivamente capaz de generar análisis, discusión, priorización y la concertación en torno a temas en donde una mirada de China tiene potencial de agregarle valor a la ecuación de paz, estabilidad y desarrollo que se hace necesaria en estos tiempos. Esto último se ha ido probando con el paso del tiempo, sea ello por medio, por ejemplo, de la materialización de un mayor flujo y tipo de inversiones, como también el ir ocupando espacios de liderazgo no solo en materia de intercambio comercial.

Lo que se viene por delante para Chile con la República Popular China tiene el potencial de gatillar un verdadero cambio de folio en cuanto a su relacionamiento e interacción a nivel bilateral, regional y también global. Qué mejor desafío.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias