Es demasiado importante aprovechar el poco espacio mediático y temporal que tenemos en discutir seria y responsablemente. Hay demasiados temas complejos por deliberar. Y hasta aquí vamos bien. Es un gran paso mantener un Estado indivisible a la vez de resolver el problema del excesivo centralismo. Por supuesto que vinimos a hacer los cambios sustanciales que permitan superar la concentración territorial del poder. Pero tengan claro que detrás de éstos ha habido un trabajo de deliberación, análisis y redacción colaborativa no solo entre convencionales, sino con la población aquejada y el mundo académico a través de los múltiples mecanismos de participación incorporados.
Han pasado cuatro meses desde que junto a Jeniffer Mella asumimos la coordinación de la Comisión de Forma de Estado, Ordenamiento, Autonomía, Descentralización, Equidad, Justicia Territorial, Gobiernos Locales y Organización Fiscal, con la que enfrentamos un gran desafío: sesionamos en 8 de 16 regiones de Chile, escuchamos y sistematizamos 112 audiencias, redactamos una propuesta cuyo principal objetivo —mandatado por el pleno— es la descentralización del Estado, y fue aprobada en gran parte por los temidos 2/3 del pleno.
Con Jeniffer concentramos nuestras energías en hacer de la comisión un espacio de deliberación respetuoso y comprometido con la tarea de llegar a los grandes acuerdos. Las sesiones en regiones ayudaron mucho. Convencionales, equipos técnicos, municipales, y quienes nos recibían para participar en las audiencias, pudimos encontrarnos en otras instancias, más allá de las sesiones formales. Compartimos parkas cuando nos pilló el frío en Alto Biobío, y luego las dejamos olvidadas en un Coyhaique a 30 grados celsius. Conocimos a cientos de personas de las más distintas realidades chilenas, en sus propios espacios y en sus particulares situaciones.
Este miércoles cumplimos una primera misión. De los 36 artículos originales de nuestra propuesta, 28 fueron aprobados en general por el pleno, para el día viernes dar por aprobados en forma total o parcial 24 de esos artículos. No por un grupo partisano, no por un grupo sectario, como dicen algunos. 15 de estos artículos recibieron un botonazo verde de más de 103 de los 154 convencionales de la diversidad de colectivos que componen la Convención Constitucional, y con este 2/3 (o más) pasarán directo a la comisión de Armonización. Por supuesto, también hubo artículos rechazados (4) y 8 volverán a la Comisión para recibir modificaciones. Es parte del sano proceso de análisis colectivo de materias de tal relevancia para el futuro del país.
Pero hay voces que se asustan ante cualquier intento de cambio del status quo que les permite seguir administrando el poder, y deciden difundir falacias para que otros que no tienen nada que temer, compartan su miedo y alarma. No nos dejemos engañar, ni nos sorprendamos frente a ello. Desmintamos con argumentos:
En primer lugar, la unidad del país no está en riesgo. El primer artículo, aprobado por 112 votos, dice que “Chile es un Estado Regional, plurinacional e intercultural conformado por entidades territoriales autónomas, en un marco de equidad y solidaridad entre todas ellas, preservando la unidad e integridad del Estado”. Y muy luego, esta idea es reforzada en el primer inciso del artículo tres, que dice que «Chile, en su diversidad geográfica, natural, histórica y cultural, forma un territorio único e indivisible”. Éste fue aprobado con 120 votos.
En segundo lugar, esta propuesta no complejiza al aparato democrático. Al revés, lo simplifica. No está diseñado para crear más cargos públicos y profundizar la burocracia. Si hoy ya existe un cuerpo colegiado llamado gobierno regional, no vamos a agregarle otro, solo mejorar sus competencias y atribuciones para que estén más cerca de la gente. Estamos haciendo más eficiente la toma de decisiones, para que ésta deje de ser tan burocrática. En el segundo informe que entregará la comisión al pleno en los días que vienen, se tratarán las competencias de los gobiernos locales (municipios), las autonomías territoriales indígena y los territorios especiales, este avance debiera ser transformador en el sentido de resolver que los problemas locales puedan solucionarse también de manera local. Lo que se logra es una mayor eficiencia y economía de recursos. A diferencia de lo que ocurre hoy y me ocurrió a mi muchas veces, cuando los alcaldes y alcaldesas deben viajar a Santiago para pedir soluciones básicas a los ministros elegidos a dedo por el ejecutivo, perdiéndose sus solicitudes en una concentrada lista de asuntos que solo ellos pueden solucionar.
En tercer lugar, es un mito que las comunas que no generan recursos quedarán expuestas al abandono. Los principios de solidaridad, equidad y justicia territorial fueron mandatados a la Comisión desde el Reglamento General de la Convención. O sea, toda la propuesta creada tiene estos principios como base. Y este viernes se sometió a votación el Artículo 9 que dice: «De la Equidad, Solidaridad y justicia territorial. El Estado garantiza un tratamiento equitativo y un desarrollo armónico y solidario entre las diversas entidades territoriales… Promoverá un desarrollo territorial equitativo, armónico y solidario que permita una integración efectiva de las distintas localidades, tanto urbanas como rurales, promoviendo la equidad horizontal en la provisión de bienes y servicios”. Recibió 142 votos a favor. La forma específica con que se llevarán a cabo estos principios se propondrá recién en los primeros días de marzo, con la entrega del tercer y último informe de la Comisión, donde se trabajará sobre la carga fiscal y tributaria, ruralidad, grupos históricamente excluidos y bases de la administración del Estado.
A quienes repiten estas ideas, no pongan la carreta antes de los bueyes para confundir a la población. Solo pretenden distorsionar el fondo del asunto. Es demasiado importante aprovechar el poco espacio mediático y temporal que tenemos en discutir seria y responsablemente. Hay demasiados temas complejos por deliberar. Y hasta aquí vamos bien. Es un gran paso mantener un Estado indivisible a la vez de resolver el problema del excesivo centralismo. Por supuesto que vinimos a hacer los cambios sustanciales que permitan superar la concentración territorial del poder. Pero tengan claro que detrás de éstos ha habido un trabajo de deliberación, análisis y redacción colaborativa no solo entre convencionales, sino con la población aquejada y el mundo académico a través de los múltiples mecanismos de participación incorporados. Algunos reclaman que no se han considerado las amplias mayorías. Los 2/3 se están superando porque el trabajo de la deliberación y discusión se está haciendo y hace mucho rato.
Les invito a calmar la ansiedad y evitar las falsas alarmas. No crean a los viudos del centralismo. Soy testigo de que todos y todas las integrantes de la Comisión de Forma de Estado están haciendo los esfuerzos necesarios por cumplir los objetivos de manera democrática, seria y responsable. Fue una linda primera etapa. Ahora daré un paso al costado de la coordinación para dedicarme a acompañar la discusión de los distintos temas que se están debatiendo en la Convención.