Los académicos Nicolás Rojas Pedemonte y Felipe Agüero abordaron, en un nuevo capítulo de La Semana Política, la frustrada visita de la ministra del Interior, Izkia Siches, a la comunidad de Temucuicui, tras el reporte de cortes de camino y de disparos. Para Rojas, director del centro de estudios Vives de la Universidad Alberto Hurtado, «no se consideraron» los protocolos diplomáticos. «Si estamos con una política, anunciada por televisión, que van seis ministros, una comitiva, que se va a llegar con cierto apoyo policial, ya la magnitud de esa visita es otra, y ahí hay protocolos en una diplomacia que no se consideró», sostuvo. En tanto, Agüero, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, comentó que debe llegar con propuestas concretas respecto de la restitución de tierras, de lo contrario, el diálogo pierde su función. «Tiene que tener la cuestión de las tierras. El Gobierno se pone como prioridad abordar de manera frontal la cuestión de la restitución de las tierras», dijo.
En este capítulo de La Semana Política, el director del centro de estudios Vives de la Universidad Alberto Hurtado, Nicolás Rojas Pedemonte, y el académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Felipe Agüero, abordaron la frustrada visita de la ministra del Interior, Izkia Siches, a la comunidad de Temucuicui –ubicada en la Región de La Araucanía–, luego de que desconocidos cortaran caminos y efectuaran disparos.
Ambos académicos destacaron la «positiva señal» del Gobierno para apuntar al diálogo, en el marco del conflicto entre el Estado y el pueblo mapuche, aunque relevaron los errores en la «diplomacia».
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«Este es un conflicto que requiere de diplomacia. Estamos hablando de una comitiva de alto nivel político, si alguien se acerca de manera particular al territorio, posiblemente va a ser bien acogido si el papá de Camilo Catrillanca te invita», señaló Nicolás Rojas.
«Pero si estamos con una política, anunciada por televisión, que van seis ministros, una comitiva, que se va a llegar con cierto apoyo policial, ya la magnitud de esa visita es otra, y ahí hay protocolos en una diplomacia que no se consideró», añadió.
En esa línea, comentó que esa lógica de dialogar con individuos «es lo que se ha dado históricamente en el diálogo con el pueblo mapuche. El pueblo mapuche tiene una lógica horizontal, pero tiene instituciones políticas. Generalmente, esas instituciones o esas autoridades (…) son las que no son consideradas».
En esa misma línea, Rojas Pedemonte recordó que ya en la Patria Vieja «los mismos españoles reconocían, cada vez que parlamentaban con el pueblo mapuche, la necesidad de tomarse tiempo y adaptarse también a las mismas lógicas e instituciones mapuche, incluso dialogando en su propia lengua».
Felipe Agüero, en tanto, comentó que «estamos en un momento de ser audaz» con las propuestas ligadas al conflicto. «Ya no basta con anunciar diálogo, diálogo, diálogo, porque es lo que en algunos u otros gobiernos se ha hecho, o se ha pretendido que se ha hecho», sostuvo.
«Se debe llegar con propuestas concretas, y esta no es otra sino la cuestión de las tierras. El Gobierno se pone como prioridad abordar de manera frontal la cuestión de la restitución de las tierras. Ese es el meollo del asunto que tiene que estar en la punta de propuestas del Gobierno, para darle contenido al diálogo», complementó.
Los académicos también se refirieron al rol de los privados en el conflicto en la zona mapuche. Para el académico del Instituto de Asuntos Públicos de la UChile, estos sí han estado presentes en materia de diálogo. «En las comisiones que han funcionado antes, sí se han sentado a la mesa», afirmó.
«Lo que ocurre es que, desde el punto de vista del Estado, esa presencia tiene que ser más intencionada, tiene que ser buscada con un propósito. En ese sentido, creo que hay distintos ámbitos del sector privado», apuntó Agüero.
«Un ámbito claro es el sector de los grandes propietarios de tierras en la zona mapuche. Ahí está el meollo de la cuestión de las tierras (como la familia Matte). Ellos son los propietarios de la mayor cantidad de tierras que podrían ser objeto de restitución», prosiguió.
En cuanto a la propiedad, esta ha ido cambiando y pasando incluso a manos de fondos de inversión extranjeros. Un ejemplo de esto, fue la venta que realizó el grupo controlado por la familia Angelini, que vendió miles de hectáreas a una fondo de inversión canadiense.
Al respecto, el director del centro de estudios Vives manifestó que, según su impresión, «es más fácil lidiar con capitales extranjeros en este tema que con los dueños del país, como el grupo Matte, que son los principales actores que financian a la clase política en las últimas tres décadas. Ahí hay un nudo fundamental y es necesario abordar», señaló Pedemonte.