Sobre la base de los resultados de estudios previos y de otros en ejecución, este equipo interdisciplinario se ha reunido para tratar articuladamente una cuestión que es central: ¿qué condiciones mínimas, desde la perspectiva técnica, deben concurrir para diseñar e implementar políticas públicas proactivas frente a la sequía? En ese cometido se ha estado trabajando con la participación y apoyo de especialistas extranjeros, fundamentalmente de California, Argentina y España, países que tienen una vasta experiencia en este ámbito.
El país atraviesa por una severa y prolongada sequía, que nos exige medidas inmediatas y urgentes, que se tomen con buena evidencia científica. La sequía es uno de los riesgos naturales más habituales a nivel global, que afecta a un gran número de personas y ecosistemas, y genera también importantes impactos sociales y económicos. Es un fenómeno de desarrollo lento, cuyos límites espaciales y temporales son difíciles de definir, sus efectos son silenciosos, y no solo se acumulan durante largos períodos, sino que pueden manifestarse incluso años después de concluido el evento de sequía. Por lo tanto, su manejo es extremadamente complejo, dada la falta de contornos claros y los múltiples aspectos involucrados. Por su parte, el cambio climático, que está presente en todo el orbe, intensifica estas dificultades.
Pese a ello, los países deben diseñar e implementar herramientas adecuadas y efectivas para gestionar la sequía, pues el carácter esencial y vital del agua para la sociedad y el medio ambiente se reafirma a medida que los retos globales, como el cambio global y la pandemia, irrumpen en nuestra cotidianeidad. Esto es especialmente relevante en Chile, que ha experimentado una sequía muy intensa en los últimos trece años.
La UC tiene una historia de significativos aportes en el campo de los recursos hídricos, y esas contribuciones se siguen produciendo. A fines del año pasado, la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) adjudicó una serie de proyectos en el concurso “Fondo de Investigación Estratégica en Sequía”. Entre ellos se incluye el nuestro, titulado “Integración de monitoreo y políticas públicas para la gestión proactiva de la sequía”, presentado por un grupo de investigadores del Centro de Derecho y Gestión de Aguas, del Centro del Desierto de Atacama, del Centro de Cambio Global y del Departamento de Ingeniería Hidráulica y Ambiental.
Sobre la base de los resultados de estudios previos y de otros en ejecución, este equipo interdisciplinario se ha reunido para tratar articuladamente una cuestión que es central: ¿qué condiciones mínimas, desde la perspectiva técnica, deben concurrir para diseñar e implementar políticas públicas proactivas frente a la sequía? En ese cometido se ha estado trabajando con la participación y apoyo de especialistas extranjeros, fundamentalmente de California, Argentina y España, países que tienen una vasta experiencia en este ámbito.
Las temáticas y productos que se van a abordar incluirán la caracterización biofísica de la sequía, incorporando variables de cantidad, calidad y ecosistémicas; la generación de una plataforma para monitoreo de sequía; junto a la elaboración de un portafolio de políticas públicas para su gestión proactiva. Así también, se van a proponer herramientas para garantizar el abastecimiento de agua potable de la población en épocas de sequía y para mejorar la resiliencia de actividades productivas estratégicas, como son la agricultura y la generación de energía.
Debido a la severidad del problema, a nivel de toda la universidad se ha gestado la “Iniciativa UC frente a la Sequía”, lanzada recientemente como parte de la conmemoración del Día Mundial del Agua 2022. Esta es una instancia y plataforma para la generación de los instrumentos que esta prioridad nacional exige, y así poder contribuir a la construcción de una institucionalidad y regulación más sostenibles en esta materia.
Estamos convencidos(as) que esta no es una emergencia pasajera o excepcional, y sus graves y transversales consecuencias serán cada vez más notorias, de manera que no podemos permanecer inactivos. Aprovechemos este espacio técnico de reflexión, retroalimentación y diálogo que se ofrece desde la interdisciplina y traduzcámoslo en acciones concretas para enfrentar proactiva y colaborativamente este desafío país. Las universidades, en su conjunto, pueden congregar la mirada y enfoque de diferentes especialistas para poner su aporte al servicio de Chile. Es hora de actuar decididamente, ya que la crisis hídrica no puede seguir esperando.