En enero de 2021, Fernández realizó una visita similar al expresidente Sebastián Piñera, más compleja, por la pandemia en fase más aguda que la actual. También con una agenda variada, se suscribió una declaración conjunta de más de 50 puntos. Se destacaron acciones mancomunadas. Las interacciones fueron cordiales, sin el acercamiento más político que tuvo la visita de Boric a Buenos Aires. Repasando los acuerdos de ambas visitas, se refleja lo obvio: dos países unidos históricamente en sus orígenes como Estados, que comparten la tercera frontera común más larga del mundo y 78 pasos fronterizos que hay que reactivar. Con 210 años de relaciones pacíficas y a veces difíciles, elementos culturales comunes y un potencial de complementación económica mayor que el alcanzado (las inversiones chilenas han disminuido).
La reciente visita de Estado del Presidente Gabriel Boric a Argentina al mandatario Alberto Fernández ha sido positiva por el cumplimiento de una nutrida agenda, la declaración conjunta de 52 puntos variados y de futuro, importantes coincidencias entre los jefes de Estado y gran interés popular. Ambos mandatarios exhibieron “complicidades” en su accionar común.
En enero de 2021, Fernández realizó una visita similar al expresidente Sebastián Piñera, más compleja, por la pandemia en fase más aguda que la actual. También con una agenda variada, se suscribió una declaración conjunta de más de 50 puntos. Se destacaron acciones mancomunadas. Las interacciones fueron cordiales, sin el acercamiento más político que tuvo la visita de Boric a Buenos Aires.
Repasando los acuerdos de ambas visitas, se refleja lo obvio: dos países unidos históricamente en sus orígenes como Estados, que comparten la tercera frontera común más larga del mundo y 78 pasos fronterizos que hay que reactivar. Con 210 años de relaciones pacíficas y a veces difíciles, elementos culturales comunes y un potencial de complementación económica mayor que el alcanzado (las inversiones chilenas han disminuido).
La contigüidad geográfica y destino compartido se reflejan también en los muchos elementos comunes en ambas declaraciones conjuntas, de 2021 y 2022, en temas como: integración, institucionalidad de encuentros a nivel de ministros, gobernadores y sociedad civil, intercambio cultural, comisiones binacionales de investigación científica, educación, el desafío digital, potenciar el vínculo gasífero, nuevos desarrollos como el hidrógeno verde, el apoyo chileno a la pretensión argentina de soberanía en Las Malvinas y otros. Cada país mantiene sus posiciones en lo relativo a la plataforma continental extendida en la Antártica.
Con todo, en ambos lados de la relación bilateral se reconoce, con justicia, que en esta coyuntura se inicia una nueva y promisoria etapa. Como resultado de la visita del Presidente Boric –y una amplia delegación– se ha reforzado una política de Estado con un nuevo énfasis en el impulso productivo.
Se ha propuesto una acción coordinada entre ambos países para reimpulsar iniciativas de integración latinoamericana como la CELAC, ahora con presidencia de Argentina. También se han reforzado algunos temas emergentes en beneficio de ambos pueblos: DD.HH. y memoria, derechos de la mujer, minorías sexuales, una extensa plataforma cultural, integración física y turismo a mayor nivel, parques nacionales conjuntos, una nueva Comisión Binacional Antártica e integración energética.
El Presidente Gabriel Boric ratificó la vocación universal del país, partiendo desde América Latina, en el escenario pospandemia. Con Argentina, se da un nuevo impulso a las relaciones permanentes que existen entre ambos países.