Pablo Paredes, poeta, guionista e histórico militante del Frente Amplio, asumió desde marzo pasado el liderazgo de las estrategias comunicacionales del Gobierno del Presidente Gabriel Boric, tiempo en el que ha debido enfrentar críticas a su gestión. Analistas en comunicación política le atribuyen responsabilidad en la llamada «narrativa del error», marcada por la ausencia de un diseño discursivo, la emisión de mensajes fragmentarios y autoridades que se contraponen unas a otras. Una fallida estructura que desde La Moneda buscan reordenar lo antes posible, aspirando a un diálogo más fluido entre la Secretaría de Comunicaciones (Secom) y los diferentes ministerios, para evitar situaciones como las acontecidas con el Estado de Excepción y las polémicas declaraciones de la ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, entre otras.
La ausencia de un diseño discursivo global y de una unidad de comando que administre las estrategias comunicacionales del Gobierno, es el diagnóstico general que realizó un grupo de expertos en comunicación política, al ser consultados por la estructura discursiva construida en la actual administración y que involucra directamente a Pablo Paredes, actual director de la Secretaría de Comunicaciones (Secom) y hombre de confianza del Presidente Gabriel Boric. A juicio de los analistas, una estrategia comunicacional exitosa debe, necesariamente, estar anclada a un proyecto político sólido, el que debe suponer un diseño que vea a la sociedad a la que se quiere comunicar como una totalidad.
Frente a la falta de un diseño global, las estrategias comunicacionales se transforman en tácticas, las cuales van a funcionar o no dependiendo de cada ministro y sus capacidades. Así lo cree el periodista, magíster en Comunicación Política y académico de la Universidad de Chile, Claudio Salinas, quien observa que desde el Gobierno emanan “mensajes fragmentarios, mensajes que no tienen relación unos con otros”. En ese sentido, cree que “a lo que se debe apostar es a constituir un discurso, como conjunto de enunciados, que tenga coherencia y consistencia, sobre todo en el aparecer público. Esto quiere decir que lo dicho y la acción tengan equivalencia. Algo que desde que asumió el actual Gobierno se ha visto bastante errático, donde se observan mensajes sueltos, una autoridad que se contrapone con otra, y lo que se percibe finalmente es la ausencia de una unidad de comando o un diseño global de las estrategias comunicacionales”.
Una crítica que apunta directamente a Paredes, quien estuvo a cargo de la campaña presidencial de Gabriel Boric en segunda vuelta, y que se ha enfrentado a varios inconvenientes en su primera etapa encabezando la Secom, sobre todo en la coordinación de las comunicaciones entre los diferentes ministerios. En este punto, según Salinas, “aparece una especie de crisis permanente en la estrategia comunicacional del Gobierno, lo que desnuda que en el fondo no hay estrategia. Entonces, el diseño estratégico es reemplazado por un conjunto de prácticas que aparecen contradictorias unas con otras, no solamente en el decir, sino que contrapone a las autoridades”.
La ausencia de una estrategia comunicacional clara, vuelve a situar al guionista cercano a Revolución Democrática al centro de los cuestionamientos. Errores como los cometidos por la ministra Siches, las divergencias internas en torno al Estado de Excepción, y las polémicas declaraciones de la ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, sobre la existencia de presos políticos en Chile, vuelven a generar dudas en torno a la existencia real de una pauta o un ordenamiento sobre qué es lo que se comunica y cómo se comunica.
Un ejemplo evidente de lo anterior fue el decreto de Estado de Excepción Constitucional en la zona sur del país, lo que, para los analistas, no es más que una síntesis del manejo comunicacional del Gobierno en su primera etapa en La Moneda. Después de que la propuesta de Estado Intermedio no lograra convencer siquiera a las propias fuerzas oficialistas, se debió recurrir al Estado de Excepción a secas, una medida que busca suspender el derecho para preservarlo en un lugar que aparece como conflictivo. Una señal que aparece desde su origen como contradictoria, porque los enunciados anteriores que hizo la coalición encabezada por el Mandatario se relacionaban con retirar la militarización en la zona. Se trata, entonces, de una contradicción comunicacional que podría, por cierto, generar confusión.
Al respecto, el periodista y académico de la Universidad Diego Portales, Jorge Saavedra, cree que el Gobierno –y en particular la unidad liderada por Paredes– debe trabajar en evitar esa lógica contradictoria, de tropiezos permanentes y de autoridades diciendo una cosa un día y teniendo que desdecirse al día siguiente. «Porque si bien eso es una cualidad que en el caso de Boric funcionó en campaña, en relación con pedir disculpas sobre algo que hiciste, creo que pedir disculpas sostenidamente en el tiempo ya no es reflejo de una cualidad noble (es decir, saber reconocer tus errores) sino que se transforma en repetir errores permanentemente. Lo cual, en la medida de lo urgente y la política antigua, resulta imperdonable”, asegura Saavedra.
En ese sentido es el rol de Paredes el que debería cobrar mayor relevancia, como quien posibilita las estrategias para que la comunicación interna y externa sea lo suficientemente efectiva. Aún se espera un mayor empoderamiento de quien conoce el funcionamiento de la política desde muy joven, por su cercanía al Frente Amplio y al movimiento estudiantil, y que asumió esta responsabilidad después de varios años con vínculos en el área creativa de las campañas presidenciales, primero de Beatriz Sánchez y después de Gabriel Boric. La dirección de la Secom fue un premio a su compromiso con esta última etapa.
Sobre el rol técnico de coordinación interministerial, expertos coinciden en que efectivamente es la Secom la que debiese asumir dicha responsabilidad de forma más activa, entendiendo que es parte de las labores que históricamente ha cumplido dicho espacio. Ahora bien, la académica y directora del Departamento de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, Ximena Orchard, considera que es importante diferenciar, en todos los casos, el plano comunicacional del plano político, donde este último también denota ciertas descoordinaciones o desprolijidades que no son únicamente comunicacionales, sino que en el fondo también pasan por alineamientos de otro tipo, pero que sí se han notado en el plano discursivo, transformándose en una carga para el Gobierno en esta etapa de instalación.
Orchard agrega que “esto es muy pesado como carga y hace más difícil que efectivamente se empiecen a instalar agendas propias más exitosas, si en el fondo hay una permanente reacción hacia ese tipo de errores, donde creo que también lo que, de alguna forma, es problemático y desafiante para el Gobierno lograr revertirlo, es que en la medida que esa debilidad se repite, se va generando una cierta percepción y narrativa pública respecto de que existe una desprolijidad en ese ámbito. Y el problema de eso es que hay más atención a los errores, y en el fondo cada elemento que pueda contribuir a esa narrativa va a ser destacado. Entonces, es muy complejo y desafiante para el Gobierno el lograr desmarcarse del lugar en que se ha ido instalando en estos primeros meses”.
Una «narrativa del error» de la cual buscan desmarcarse en La Moneda y que tendrá en los próximos meses una etapa crucial, en que será determinante el rol que cumpla la ministra del Interior, Izkia Siches, en su intención por volver a desplegarse públicamente de una forma más autónoma, lo que resulta relevante no solamente desde la perspectiva del éxito de su propio ministerio, sino también para lograr un rol de alineamiento político al interior del gabinete.
Finalmente, el plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre podría ser un salvavidas para un Gobierno que ha enfrentado un escenario complejo en sus primeros meses de gestión. Analistas coinciden en que el éxito de la opción Apruebo en la elección constituyente podría contaminar comunicacionalmente de manera positiva a la administración del Presidente Boric, entendiendo que hay una evidente cercanía, y que lo que está en juego es una disputa política situada en una opción binaria donde, definitivamente, se cae en uno u otro lado. Por el contrario, si resulta imponerse el Rechazo, podría complejizarse aún más la situación política del Ejecutivo.