El reciente 21 de mayo, Día de las Glorias Navales, terminó inmerso en una lamentable polémica que sobrepasó la conmemoración de la gesta heroica de Arturo Prat, tiñéndola como temas de la contingencia nacional que, inevitablemente, están dividiendo a los chilenos. Cuando se conoció por RRSS el discurso del almirante (r) Miguel Ángel Vergara, en una reunión privada de la Liga Marítima con el alto mando naval, señalando que los marinos deberían “saltar nuevamente al abordaje”, la interpretación de una parte importante de la ciudadanía, errada o no, fue lo que podríamos señalar como una “advertencia” o un “téngase presente”.
El 3 de septiembre de 1924 un grupo de jóvenes oficiales de Ejército se manifestó golpeando sus sables contra el piso durante una sesión del Senado. Los parlamentarios sesionaban para aprobar sus dietas, a la vez que postergaban la tramitación de las leyes sociales propuestas por el Presidente Alessandri. La presión de estos jóvenes oficiales contribuyó a una reforma que prohibió el trabajo infantil, creó la jornada laboral de 8 horas y varios otros cambios vigentes hasta hoy. Aquella fue la primera incursión de militares chilenos en la política nacional desde la guerra civil de 1891.
El reciente 21 de mayo, se conoció por la prensa el discurso del almirante (r) Miguel Ángel Vergara, en una reunión privada de la Liga Marítima con el alto mando naval, señalando que, si fuera necesario, los marinos deberían “saltar nuevamente al abordaje”. La interpretación de una parte importante de la ciudadanía, correcta o no, fue de una “advertencia” o un “ruido de sables”.
Cualquiera sea el interés y uso que se pretenda dar a estos mensajes, es importante colocarlos en un contexto dentro del cual nuestro país está inserto hoy y que se diferencia significativamente con lo ocurrido en los años 60-70. Al menos, “téngase presente” lo siguiente:
¿Ruido de sables? No lo creo, no son los tiempos. Mejor trabajemos para crear acuerdos y lograr que Chile avance.