Los datos provenientes de la Región de Los Lagos desmienten severamente a los pitonisos del “fracaso” de la Convención Constitucional. El último que escuché fue ni más ni menos que Juan Sutil. Afirmó, sin titubear, que quien gane lo hará por estrecho margen, lo que demostrará que la Convención ha sido un fracaso. ¡Vaya predicción y falta de rigor! Al parecer la ciudadanía no está de acuerdo con el dirigente empresarial, al menos en Los Lagos: no aprueban el desempeño de sus convencionales, tienen una confianza moderada en la herramienta constitucional –en eso son realistas, no hay tal “explosión de expectativas”– y están masivamente de acuerdo con los diversos artículos del texto constitucional que les fueron consultados.
Se acaban de publicar los datos de la V Encuesta de Opinión Ciudadana Regional de la Universidad de Los Lagos, aplicada en las cuatro capitales provinciales de la región. Es la primera que consulta a sus encuestadas y encuestados sobre artículos concretos del borrador de nueva Constitución.
El Panel UDD-El Mercurio presentó anteriormente datos, pero con su propio fraseo, poco fiel al texto como tal. Llama la atención el amplio respaldo obtenido por los cinco artículos consultados: Art. 1, Estado social y democrático de derecho (74%); Art. 5, Derechos indígenas (70%); Art. 1, Estado Regional (63%); Art. 16, Derechos sexuales y reproductivos (78%); y Art. 18, Derecho de propiedad (75%).
Sorprende la alta y pareja aprobación a los artículos cuando se los presenta tal cual están en el texto. ¿Habrá algún sesgo entre los encuestados que favoreció esa aprobación? No lo parece, pues también la encuesta preguntó acerca de la evaluación de las y los convencionales de la región (distritos 25 y 26). Y los resultados fueron desalentadores: los tres del distrito 25 (Jürgensen, Ubilla y Vargas) son ampliamente conocidos (70%), pero su desaprobación llega al 64% en promedio, sin grandes variaciones entre convencionales.
En el 26 (Álvarez, Ampuero, Domínguez y Montealegre) la cosa mejora un poco: la desaprobación promedia el 45%, pero el conocimiento es menor (54%). De los siete, el mejor evaluado es el vicepresidente Domínguez y logra apenas un 18,5% de aprobación. De manera tal que podemos hacer la hipótesis verosímil de que todas las encuestas anteriores al conocimiento del texto –es decir, todas las encuestas a la fecha– reflejan más una evaluación de la dinámica de la Convención que de la nueva Constitución.
Consultados acerca de si creen que la nueva Constitución será “una respuesta efectiva a los problemas del país en el largo plazo”, la respuesta es mixta. Un 35% cree que sí (en marzo pasado fue de 46%). Los que en cambio creen que “traerá más problemas” llegan al 27% (duplicando el 13% de marzo pasado). Esto es coincidente con lo anterior, se aprecia que la Convención ha perdido parte de su adhesión inicial.
Aun así, cuando deben ponerle nota, quienes respondieron le dan un promedio 4,2. Diríamos que pasa raspando, aunque a la evaluación de su propia región las personas le pusieron un 3,9 en promedio. ¿Será que entendieron la magnitud y dificultad de la tarea y, por tanto, la critican pero no la reprueban?
Finalmente, la pregunta que todas y todos esperan: si el plebiscito fuese el próximo domingo, ¿Ud. cómo votaría? 41% se inclina por el Apruebo, 32% por el Rechazo y otro 27% aún no lo sabe (ver aquí).
Los datos provenientes de la Región de Los Lagos desmienten severamente a los pitonisos del “fracaso” de la Convención Constitucional. El último que escuché fue ni más ni menos que Juan Sutil. Afirmó, sin titubear, que quien gane lo hará por estrecho margen, lo que demostrará que la Convención ha sido un fracaso. ¡Vaya predicción y falta de rigor!
Al parecer la ciudadanía no está de acuerdo con el dirigente empresarial, al menos en Los Lagos: no aprueban el desempeño de sus convencionales, tienen una confianza moderada en la herramienta constitucional –en eso son realistas, no hay tal “explosión de expectativas”– y están masivamente de acuerdo con los diversos artículos del texto constitucional que les fueron consultados.
Esto último no es extraño, en la medida que la nueva Constitución recoge prácticamente la totalidad de las demandas principales que se vienen expresando en la sociedad chilena desde hace un decenio. A raíz de todo ello, como era de esperarse, predomina la opción Apruebo, aunque no todo el mundo ha decidido su voto. Razonable, ¿no le parece? Faltan tres meses y una campaña completa. Dejemos a los adivinos de feria con sus especulaciones y esperemos que la nueva Constitución se vaya conociendo y el buen sentido ciudadano se vaya expresando.