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Senador Huenchumilla (DC): «Me parece inconcebible que pudiera haber sectores de centroizquierda que estuvieran en una campaña en conjunto con la derecha» PAÍS

Senador Huenchumilla (DC): «Me parece inconcebible que pudiera haber sectores de centroizquierda que estuvieran en una campaña en conjunto con la derecha»

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Raúl Espina
Por : Raúl Espina Periodista de El Mostrador
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Con el objetivo de desmitificar la estrategia de la derecha de inclinarse por el Rechazo, para propiciar otro mecanismo que asegure una nueva Constitución, el senador Francisco Huenchumilla (DC) vuelve a la carga para hacer su propia lectura del complejo escenario político existente, a menos de un mes de que concluya el proceso constituyente. En conversación con El Mostrador, el parlamentario por la Región de La Araucanía se refiere a los peligros de que ciertos sectores de la centroizquierda se sumen a la propuesta de Chile Vamos. Además, ratifica su compromiso con el Apruebo, aunque expresa su visión crítica ante la forma en que se llevó a cabo el diseño de una nueva Carta Magna.


El senador Francisco Huenchumilla (DC) decidió salir al paso del contexto político, a menos de tres meses de que se lleve a cabo el plebiscito de salida, y después de que Chile Vamos ratificara, el pasado sábado, su estrategia de rechazar la nueva Constitución, con la promesa de proyectar un hipotético «Plan B» para después del 4 de septiembre. Establecido como una de las figuras de más experiencia en el Congreso, a sus 78 años, el falangista oriundo de Temuco asume que tiene la responsabilidad de alzar la voz para desnudar las verdaderas intenciones que se esconden detrás del relato de la derecha, donde –a su juicio– existe el riesgo de que algunos sectores de la centroizquierda se sumen a tal estrategia, que supuestamente busca rechazar para buscar un nuevo proceso constituyente en el futuro.

El parlamentario reafirma su visión expuesta en una declaración pública dada a conocer este fin de semana, con el objetivo de desmitificar, lo que –según su visión– es un «Rechazo envuelto con papel couché» y que se trata de una «operación encubierta» para resguardar la base política, pero sobre todo económica, de la Constitución de 1980. Una maniobra que espera no cuente con el apoyo de algunas personalidades de la centroizquierda o ex Concertación, sobre lo cual, si bien no quiso puntualizar, señaló que «basta con ver algunas declaraciones en la prensa, para saber quiénes son».

Asegurando que su posición le permite observar el escenario político con mayor calma y juicio crítico, debido a que asume que su trabajo público ya está cumpliendo su último ciclo, Huenchumilla considera que en el proceso constituyente «la forma se ganó al contenido», creando un ambiente favorable al Rechazo y que, en su opinión, es en gran parte responsabilidad de algunos convencionales y su discurso refundacional, que resultó perjudicial para el proyecto del Apruebo.

-¿Por qué decide hablar en este momento y cuáles son sus motivaciones para hacerlo? ¿Considera que una voz como la suya puede aportar en la campaña del Apruebo?
-Me pareció oportuno decir algo al respecto, sin pretender que una sola declaración mía pudiese modificar el escenario, pero sentí que tenía la obligación de decir algo que había previsto y, por lo tanto, pienso que este es un Rechazo disfrazado de papel couché, bajo lo cual se esconde el diseño de rechazar para generar un escenario político en que la derecha recupera nuevamente el poder de veto que perdió en la Convención, donde no alcanzó el tercio de constituyentes, lo que fue fatal para sus objetivos políticos. En cambio, ganando el Rechazo, vuelve a generarse un escenario nuevo, volvemos a foja cero, donde la derecha vuelve a recuperar su poder de veto, que hoy día tiene intacto en el Congreso, lo cual le da una nueva oportunidad para seguir con sus propósitos.

Recuperado ese poder de veto, la pregunta que me hago yo es: ¿por qué tengo que creerle a la derecha este relato de que ahora sí va a estar disponible para cambiar la Constitución? Considerando que es algo que nunca hizo en los últimos 30 años y, además, porque creo que el núcleo central del objetivo de la derecha es mantener el modelo económico, social y político, que significa el modelo neoliberal económico, que está en el nervio central de este asunto.

-¿Cuál piensa que es el trasfondo de esta estrategia desplegada por la derecha? ¿Cree que es un plan que busca sumar el apoyo de otros sectores, incluidos algunos liderazgos de la izquierda?
-Estamos entrando en tierra derecha en este proceso, y creo que la derecha política y la derecha económica en su conjunto, iniciaron un diseño tendiente a presentar el Rechazo de una manera mucho más amable, viendo cómo esta opción ganaba terreno en las encuestas y se hacían eco de esto muchos sectores, incluidos sectores de centroizquierda y, por lo tanto, había una sensación de que lo que estaba ganando era el proceso y no el contenido de la Constitución. Y que ese proceso habría generado en la opinión pública un malestar o una incertidumbre, propiciando un clima favorable al Rechazo. En ese aspecto, la derecha y los sectores económicos, de forma muy hábil, crearon esta noción del ‘Plan B’, en el escenario de que se imponga esta opción en el plebiscito de salida. Sin embargo, no es el escenario estratégico típico que se puede desplegar, diciendo qué voy a hacer en caso de que suceda el escenario A o el escenario B, sino que se opta por elegir una alternativa, pero tratando de generar un diseño que permitiera venderle al conjunto de la ciudadanía este Rechazo, con una cara amable. Es decir, se apunta a decirle a la gente que no tenga miedo de rechazar, porque los cambios se van a hacer de todas maneras.

-Hace mención a sectores de la centroizquierda que podrían eventualmente sumarse a esta idea de rechazar para proyectar un ‘Plan B’. ¿A qué partidos o colectivos hace referencia? ¿Forman parte del Socialismo Democrático?
-Yo no diría que hay colectivos involucrados en esto, pero sí hay determinadas personalidades que tienen cargos de autoridad, en la derecha y también en la centroizquierda, además de convencionales de algunos sectores vinculados originalmente a la opción Apruebo, que también han estado demoliendo este proceso y, al mismo tiempo, generando un análisis de algunos contenidos del borrador donde se denota un prejuicio ideológico y, en algunos casos, una ignorancia de muchos temas al respecto. Y, entonces, por eso se creó ese clima en el país. Y yo, siendo crítico de la forma, creo que estamos viviendo una oportunidad histórica donde no podemos tener una actitud simplemente prejuiciosa y echar todo al tarro de la basura. Creo que cualquiera que sea el escenario, ya sea actualmente o después del 4 de septiembre, va a requerir un gran esfuerzo de todo el mundo político para seguir caminando en estabilidad, desarrollo y gobernabilidad.

-¿Podría puntualizar quiénes son esas figuras políticas de centroizquierda a las que se refiere?
-No correspondería que yo puntualizara quiénes son, pero basta leer la prensa y sus declaraciones, respecto a muchos senadores y diputados que son de centroizquierda pero que comulgan con esa postura crítica a la nueva Constitución. Me parece inconcebible que pudiera haber sectores de centroizquierda que estuvieran en una campaña en conjunto con la derecha. Entiendo que pudiera haber gente de centroizquierda que votara Rechazo, lo comprendo perfectamente, pero no me parecería que hubiera algunos que se sumaran a una campaña de envolver el Rechazo con papel couché. Yo que soy de la vieja política, no me compro esos cuentos.

Críticas al proceso constituyente

El senador por la Región de La Araucanía señala con vehemencia que la centroizquierda no debe, en ningún caso, comulgar con la propuesta de Chile Vamos, reiterando su compromiso con el Apruebo en el Plebiscito de Salida del próximo 4 de septiembre. Sin embargo, Huenchumilla es claro en evidenciar sus críticas al proceso constituyente, donde cree que la lógica refundacional y una estrategia de hacer política «de forma diferente», por parte de algunos convencionales de la Lista del Apruebo, fue desfavorable y repercutió en la baja en las encuestas y, a su vez, en que el apoyo a la opción Rechazo fuera en aumento.

-¿Qué piensa sobre la Convención y su trabajo estos últimos meses? ¿Cuáles cree que son las responsabilidades políticas de que el proceso perdiera cierta legitimidad?
-Eso está detrás de mi declaración, porque yo creo que legítimamente alguien puede votar Apruebo o Rechazo, en base al mérito del contenido de la Constitución, aunque debo reconocer que, en el proceso constituyente, la forma se ganó al contenido, por la manera en que los constituyentes –actores políticos nuevos, de distintas identidades, que no habían estado tradicionalmente en cuestiones de Estado– se aproximaron a este proceso decisivo. Esto generó un ambiente propicio para que la gente no viera con buenos ojos el proceso, lo cual no dejaba ver el contenido de la nueva Constitución. Esto generó este contexto para que, inteligentemente, la derecha económica y la política generaran este relato, después de que buscaron una tercera opción a través de una reforma constitucional, lo cual finalmente no tuvo piso, lo que los obliga a optar por esta fórmula de buscar una nueva alternativa política a partir del Rechazo.

-¿Puntualiza, entonces, en  algunos convencionales como los responsables de que la opción Apruebo perdiera apoyo ciudadano? ¿Cómo explica esa idea de que la forma le ganó al contenido?
-Yo creo que lo que pasó en Chile es que se generó un ambiente político y social desfavorable al Apruebo y favorable al Rechazo, debido a la forma en que los convencionales se comportaron desde el punto de vista personal y político, donde desde que se inició este proceso, en el día de instalación, se generó una puesta de escena con errores evidentes, lo cual se fue profundizando en el tiempo de manera permanente. Esto generó un clima que al país no le gustó, donde la ciudadanía estaba acostumbrada a una clase política tradicional, que muchos querían cambiar, pero que tampoco vio positivamente esta irrupción de nuevos liderazgos que traían consigo una nueva manera de ejercer su trabajo, desde el día mismo en que se constituyeron. A mi juicio, la forma le ganó al contenido y se generó la idea de que nada bueno podía emerger de la forma en que los convencionales trabajaban, de las cosas que decían y de la prepotencia ligada a un discurso refundacional que, a mi juicio, fue un error desplegar. Creo que la forma generó un ambiente psicosocial negativo, al cual se sumó muchísima gente, y por lo cual las encuestas fueron tan lapidarias, y donde el Rechazo fue sumando apoyos.

-Finalmente, ¿cuáles cree que serían los escenarios hipotéticos, el día después del plebiscito de salida? Al respecto, ¿cuál es hoy día su llamado a la clase política?
-Yo no me imagino un escenario ganando el Rechazo, con un Gobierno joven que prometió cambios al país, y que la ciudadanía le diga, después de darle un 80%, que le rechaza su proyecto. Entonces, en ese escenario hipotético la derecha va a evidentemente recuperar su poder de veto, buscando volver a hacer las cosas de forma similar a la política de los acuerdos de años pasados, en que Jaime Guzmán decía que cualesquiera sean las circunstancias, ‘nuestros adversarios no harían algo distinto a lo que ellos mismos harían’. Por el contrario, si gana el Apruebo vamos a tener que hacer una tremenda arquitectura jurídica, con todos los cambios que se han propuesto, lo que requiere mucha legislación, mucha gradualidad y mucha sabiduría de las Normas Transitorias, y mucha objetividad de parte de quienes están trabajando en eso.

Creo que quienes piensan que todo derecho público va a regir in actum, sería un grave error político. Por eso es que mi llamado es a la reflexión política, cuando yo soy un senador que estoy de retirada y que no aspiro a ningún cargo de elección popular ni en nada, porque ya cumplí un ciclo en mi vida, y por eso puedo mirar las cosas con mayor tranquilad.

 

 

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