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¿Y dónde está el centro? La crisis del PDC en el sistema político actual Opinión

¿Y dónde está el centro? La crisis del PDC en el sistema político actual

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Gastón Alvear
Por : Gastón Alvear Egresado de la Maestría de Investigación en Política Comparada FLACSO Ecuador. Cientista Político de la Universidad Diego Portales.
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Los nuevos partidos o colectivos políticos están más cercanos a posiciones del extremo de la escala ideológica, tienen un alma de ser partidos ‘‘atrápalos todos’’ más que partidos de centro, o el movimiento “Amarillos por Chile”, donde gran parte de sus voceros son antiguos militantes de la Concertación con una visión conservadora tanto en lo social como en lo valórico, una elite con todas sus palabras. Para los sistemas multipartidistas como el nuestro, es necesario que un partido tenga un rol de centro para poder moderar propuestas que puedan ser perjudiciales para el país a mediano o largo plazo.


La primera semana de junio la senadora Rincón y el senador Walker propusieron una moción para dejar en 4/7 los quórums necesarios para reformar la Constitución vigente de Chile. Para el mes de mayo del presente año, ambos senadores proponían un proyecto de retiros contantes de las pensiones presentes en las diversas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Ambas medidas pueden ser catalogadas de populistas, ya que pueden ser peligrosas a mediano y largo plazo para la ya inestable arena política chilena, pero tienen un trasfondo mucho más profundo en el actuar de los senadores, que es su visibilizarían en la agenda pública como figuras políticas independientes del partido que fue su base electoral primigenia. Que el Partido Demócrata Cristiano (PDC), que históricamente se percibe como un partido de centro/centroizquierda, haya aceptado medidas como las propuestas por sus senadores. Por ende, surge la pregunta: ¿necesitamos partidos de centro en el contexto político actual?

La respuesta general es sí, solo que ahora debemos comprender que será otro partido que jugará como partido de centro en la arena política chilena. El PDC resultó ser el gran ganador para el regreso a la democracia en la década de los noventa del pasado siglo con dos presidentes, presencia en el Legislativo y en cargos municipales, pero con el paso del tiempo el partido fue perdiendo su fuerza electoral de forma notoria y esto se puede explicar con su baja capacidad de actualización social, la selección de sus candidatos, relación militantes-directiva y su propia gestión interna, que pueden explicar cómo llegaron a la situación actual. Lo sucedido al PDC le puede estar ocurriendo a todos los partidos que consideramos tradicionales en Chile.

Por un lado, desde la derecha, Renovación Nacional no ha tomado acciones para ser este nuevo partido de centroderecha que llame a este elector de centro, ya que este ha tomado posiciones referentes a sus caudillos y no como partido. Evópoli sigue siendo un partido que nació como plataforma política para su fundador y amigos más cercanos. Mientras que en los partidos que en algún momento fueron la Nueva Mayoría, el Partido Por la Democracia (PPD) sigue existiendo como un partido instrumental que no ha buscado la forma de llenar este centro “vacío”. El único partido que puede jugar el rol que en algún momento tuvo el PDC es el Partido Socialista (PS), siendo el que unifica el antiguo sistema político con el nuevo sistema donde el Frente Amplio es el que tiene las nuevas posiciones en el Poder Ejecutivo. No es de extrañar que dentro del órgano constituyente sean los agentes del Colectivo Socialista quienes pivotean y realizan alianzas para moderar ciertos puntos de la nueva Constitución.

Los nuevos partidos o colectivos políticos están más cercanos a posiciones del extremo de la escala ideológica, tienen un alma de ser partidos ‘‘atrápalos todos’’ más que partidos de centro, o el movimiento “Amarillos por Chile”, donde gran parte de sus voceros son antiguos militantes de la Concertación con una visión conservadora tanto en lo social como en lo valórico, una elite con todas sus palabras. Para los sistemas multipartidistas como el nuestro, es necesario que un partido tenga un rol de centro para poder moderar propuestas que puedan ser perjudiciales para el país a mediano o largo plazo. Para concluir, lo sucedido a partidos como el PDC es una lástima para la sostenibilidad del sistema de partidos de Chile, pero debe ser una alerta de lo que sucede en nuestras democracias cuando las instituciones empiezan a flaquear en sus respectivos roles históricos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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