El cierre de la fundición situada en el cordón industrial de Quintero-Puchuncaví fue decidida este viernes por el directorio de Codelco, pero ya había sido una posibilidad que se evaluó seriamente en la administración de Sebastián Piñera debido a sus elevadas emisiones contaminantes y pérdidas económicas. Pese a que el mandatario garantizó el apoyo a los casi 350 trabajadores que sufrirán la pérdida de sus puestos de trabajo, la presidenta del sindicato número 1, Andrea Cruces, las emprendió contra el presidente de la cuprífera estatal, Máximo Pacheco, y anunció el inicio de movilizaciones. Pacheco, en tanto, sostuvo que la empresa levantará otra fundición que contará con los más altos estándares tecnológicos y ambientales.
Tras casi 60 años de funcionamiento y por decisión del directorio de Codelco, la fundición Ventanas experimentará un cierre gradual y programado de operaciones a causa de sus elevadas emisiones de dióxido de azufre y altos costos de mantenimiento, dos fenómenos derivados de una tecnología obsoleta que llevó incluso al pasado gobierno de Sebastián Piñera a evaluar su clausura. No obstante los aplausos que generó la noticia en el mundo ambientalista y entre los vecinos de Quintero y Puchuncaví, los trabajadores de la fundición amenazaron con el inicio movilizaciones en protesta por la pérdida de fuentes laborales.
La dura decisión adoptada por el directorio, que contó con la anuencia del Gobierno de Gabriel Boric, ha generado profunda preocupación entre los trabajadores por el cese de alrededor de 350 puestos de trabajo, aunque desde La Moneda fueron categóricos en señalar que esta decisión considera un plan de protección de los trabajadores que hasta hoy se desempeñan en sus instalaciones. El cierre programado se tomó a causa de la “compleja situación socioambiental del polo industrial de Puchuncaví-Quintero”, hecho que quedó expuesto en “las últimas semanas tras distintos episodios de intoxicaciones. Codelco ha cumplido con la normativa ambiental y desde la mañana del lunes 6 de junio la fundición Ventanas ha estado detenida por el adelanto de mantenciones”, rezaba el comunicado de Codelco.
“Más allá de todos los esfuerzos de inversión, actuando con transparencia para mostrar su realidad operacional y cumpliendo con las políticas ambientales que la regulan, la División Ventanas ha vivido una larga historia de permanentes cuestionamientos por parte de la ciudadanía”, agregaba el escrito. Desde luego, la decisión -adoptada tras una reunión de directorio que se extendió toda la jornada del viernes- fue duramente criticada por los representantes de los trabajadores.
“Nunca hemos hablado de cierre; usted nos vendió, usted le dijo al Gobierno que iba a cerrar Ventanas sin conflicto. Usted, que prometió cartas abiertas, miente, señor Pacheco», declaró la presidenta del sindicato 1 de Ventanas, Andrea Cruces. “Nosotros hacemos un llamado a paro nacional”, declaró la dirigente sindical, quien apuntó sus dardos al presidente del directorio de Codelco, Máximo Pacheco, aunque declinó aclarar la fecha de inicio de las movilizaciones.
Pacheco dijo a El Mercurio que existe la clara necesidad de Chile de «ampliar su capacidad de fundir para defender su liderazgo comercial, humano y tecnológico en el mercado mundial del cobre futuro», por lo que el país debe «construir una nueva fundición con los mejores estándares ambientales y las más modernas tecnologías existentes». El cierre debe esperar a la aprobación de una ley que permita dejar de procesar el mineral de Enami en Ventanas.
El Presidente Boric, en tanto, avaló la decisión ya que se tomó “luego de un acucioso proceso de estudio y diálogo con los distintos sectores involucrados en una discusión pública que ya lleva años”. Asimismo el mandatario agregó que el cierre “se realizará mediante un proceso gradual y responsable con la población y las y los trabajadores”.
“Esta decisión, que requiere para ser efectiva del concurso del Congreso Nacional -con cuya buena voluntad y colaboración esperamos contar-, se ha tomado considerando los recurrentes casos de intoxicación que han habido en la zona de operación de la fundición, los constantes cierres temporales de escuelas, los niños y niñas enfermos y la saturación medioambiental de la zona”, añadió. “No queremos más zonas de sacrificio”, agregó Gabriel Boric, en apoyo a una determinación largamente postergada.
Los vecinos de Quintero y Puchuncaví reaccionaron favorablemente. La vocera de Mujeres de Zonas en Sacrificio en Resistencia Quintero-Puchuncaví, Katta Alonso, alabó la decisión en radio Cooperativa ya que “el Gobierno está empezando a cumplir su promesa de acabar con las zonas de sacrificio y de hacer una transición justa, que es súper importante. Lamentablemente Codelco Ventanas es una de las industrias más peligrosas y contaminantes que tenemos en la zona y que ha arrasado con el territorio porque tenemos todo con arsénico”.
En tanto, el abogado ambientalista y fundador de la ONG FIMA, Ezio Costa, dijo a la emisora que “esta es una buena noticia, pues lo que sucede en Quintero-Puchuncaví con las intoxicaciones masivas es insostenible y es impresentable”, al tiempo que recordó que el funcionamiento de Ventanas supone “una violación del derecho a respirar a las personas que es constante y que requería de medidas fuertes. Esta medida avanza en el sentido correcto”.
La última vez que Ventanas estuvo a punto de cerrar fue en 2019. “Ventanas pierde millones y millones de dólares todos los años, contamina y produce problemas”, declaró el por entonces Presidente Sebastián Piñera, toda vez que la fundición Ventanas, pese a a ser adquirida por Codelco a Enami en 450 millones de dólares en 2005, había arrojado pérdidas acumuladas por más de 400 millones de dólares en la última década.