Opinión
El país ha confundido hacer política económica con cuadratura de cuentas, es decir, un enfoque contable de la sociedad económica. Craso error, por la razón elemental de que la sociedad es pura dinámica económica y lo contable es foto estática, y los instrumentos que tenían algo de dinamismo los han distorsionado, al incluir, como en la balanza de pagos, flujos reales y devengados de moneda extranjera, o el Presupuesto de la Nación efectivo y estructural, que además nunca se cumplen ninguno de los dos. Por ello en Chile, por ejemplo, el saldo negativo de la cuenta corriente de la balanza de pagos ya no quiere decir nada, el famoso “ahorro externo” de los analistas, ya que las mineras no retiran sus utilidades devengadas en una proporción muy importante, por tanto, ese supuesto déficit de moneda extranjera es de hecho un gran superávit en términos de caja de dólares, pero se insiste en que estamos con un déficit insostenible.
El silencio de los culpables es atronador. Hace unas semanas escribí en El Mostrador que El Banco Central está subsidiando a la banca en una enorme cifra avaluada en US$8.000.000.000 y que, agrego ahora, ya con la TPM en 9% y con la evolución probable al alza de la misma, y de la inflación esperada hasta el 2024, puede llegar a unos US$12.000.000.000 de subsidio impropio. Linda cifra, ¿no? Se podría hacer la carretera hídrica o incorporar una red de vida y turismo en la Patagonia, o una red de caminos y poblados a través de la magnífica cordillera de los Andes, o una mina de 500.000 tpa de Cu fino, y cuantos colegios y hospitales para el goce de nuestros sacrificados ciudadanos, y cuanta iniciativa de creatividad regional, ahora que internet devaluó a las urbes, etc.
La columna de opinión solo tuvo dos respuestas, muy poco para el tamaño del problema y de la evidencia indesmentible mostrada, proveniente del BCCH en cuanto a la tasa del 0,5% anual en crédito en pesos fijos FCIC y en cuanto al no crecimiento real de las colocaciones de las cifras de la CMF; una jocosa, de asociados a la banca, de que el Gobierno anterior “obligó” a tomar la línea de crédito “Facilidad de Crédito Incremento de las Colocaciones FCIC del BCCH” a los bancos, lo que hablaría mal de la “autonomía” del BCCH y la respuesta oficial de este, de muy buena factura y calificada, pero que en resumen esta todo justificado por lo extraordinario de las circunstancias y que no cambiarán las condiciones del crédito FCIC. Con su inacción, el subsidio impropio seguirá.
Bueno y si fue “forzada” la banca, ¿por qué no pagan la línea FCIC –obvio que no–, porque es un crédito nominal en pesos fijos con un interés de 0,5% anual, donde hay un regalo así con las inflaciones ya habidas y por haber?, ¿quién lo va a querer saldar antes del vencimiento en 2024?, si aporta lo medular a los resultados bancarios, que se explican íntegramente por el aumento del margen de intereses netos, no por algún supuesto salto de productividad, o por alguna rebaja de costos operacionales, sino solo por este funding subsidiado de la línea FCIC del BCCH.
Y pregunto: ¿cómo la banca va a llegar y pagar a un vencimiento los $28.968.447 millones?, ¿no se estará armando una nueva deuda subordinada?
A pesar de haber sido expresamente enviado a economistas stars, al consejo del Banco Central, a expresidentes del BCCH, a la comisión de Hacienda del senado, a exministros de Hacienda, etc., algunos de los cuales aprecio y con quienes trabajé desde 1981, ahora me queda claro que hay una cofradía: es la del silencio, del encubrimiento que da el paso del tiempo, para que llegue el olvido, de dejar las cosas bajo la penumbra invernal, mientras al público se le exige y se le imponen ajustes, y después se quejan de que la ciudadanía proteste, como si todavía fueran ignorantes. Les comunico que ya no lo son, abran los ojos, y un subsidio como el demostrado no tiene ninguna viabilidad y será removido contra la porfía de los incumbentes, más temprano que tarde.
El principal recurso de la economía y de las finanzas es el tiempo, todo va ubicando su lugar en él, el prerrequisito insoslayable para llegar a ser un buen economista y un buen financiero es saber de historia y literatura, allí ya han sucedido todos los posibles eventos y desenlaces, no es la experticia en curvas y gráficos ni menos la sobrepreocupación por la iteración diaria de los precios durante las 24 horas, que de ser cápsulas de información, –que agrupadas en el sistema de precios le dan coherencia a la acción presente y futura–, se han trasformado en un juego de la sociedad casino de tío Milton, sin pivote, sin norte, y los medios y sus comentaristas nos quieren hacer creer que eso es la economía relevante, que tío Milton tiene vigencia aún, a pesar de que nadie lo toma en serio, salvo en esta austral faja de tierra… para mantenernos con temor y cometer errores, ya que el provecho en el casino viene tanto en las alzas como en bajas.
Lo sucedido y la respuesta oficial recibida, amerita una verdadera explicación; para algo tan evidente y tal fácil de solucionar, esta es la que sostengo:
Estamos a merced de una “nueva escuela económica”, mediocre, cuyo baluarte y bandera es el principio de la partida doble de Luca Pacioli, este principio nos habla de la paridad entre las operaciones financieras, para saber si existe utilidad o no.
Su facultad de posgrado es la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda y la Unidad de Cuentas Nacionales del BCCH, más su participación en cuanto comité de “estabilidad financiera”, “de pensiones”, “de productividad”, “de gasto público”, etc., todos con papers, con hartos colores y sin resultados. Instrumentos útiles como la balanza de pagos, las cuentas nacionales y el cuadro de fuentes y uso de fondos, son para ordenar el entendimiento económico, no son la comprensión de la realidad económica.
Desde el bullado caso Larenas, las máximas autoridades económicas han tendido a salir de esa cantera. En este minuto provienen de dicha nueva escuela económica el ministro de Hacienda y su antecesor, la presidenta del Banco central, el director del SII, ¿sigo?… se les nota, se llenan de números y no ven la tendencia si no es por medios estadísticos, nos llenan sus presentaciones con “curvas sin significado”, las cuentas nacionales están llenas de cuadros sin la menor explicación y elementos fundamentales de ellas no figuran, como la participación de los salarios en el ingreso nacional, la participación de los nacionales en la inversión, la innovación de los productos, el consumo de la naturaleza , el uso del tiempo de la fuerza de trabajo y así, etc., solo se calcula el PIB (Bruto), no el producto interno satisfactorio.
Por ejemplo, esa escuela habla de inversión, sin distinguir una dinámica de una estática; no es lo mismo una inversión de reposición que una inversión productiva –por ejemplo, en minería, con “inversiones” por US$100.000.000.000, se produce el mismo nivel de cobre fino de hace 20 años–, como tampoco es igual adquirir un activo que generar uno nuevo.
El país ha confundido hacer política económica con cuadratura de cuentas, es decir, un enfoque contable de la sociedad económica. Craso error, por la razón elemental de que la sociedad es pura dinámica económica y lo contable es foto estática, y los instrumentos que tenían algo de dinamismo los han distorsionado, al incluir, como en la balanza de pagos, flujos reales y devengados de moneda extranjera, o el Presupuesto de la Nación efectivo y estructural, que además nunca se cumplen ninguno de los dos.
Por ello en Chile, por ejemplo, el saldo negativo de la cuenta corriente de la balanza de pagos ya no quiere decir nada, el famoso “ahorro externo” de los analistas, ya que las mineras no retiran sus utilidades devengadas en una proporción muy importante, por tanto, ese supuesto déficit de moneda extranjera es de hecho un gran superávit en términos de caja de dólares, pero se insiste en que estamos con un déficit insostenible.
Hacer política económica es poner al centro la ciudadanía, es otear las tendencias vigentes y futuras y darles cauce sin descuadrar el presente, no es cuadrar el círculo, ni maquillar el balance de la banca, por medio de un subsidio impropio y descomunal.
Entretanto, en el primer cuatrimestre los fondos soberanos han tenido sobre US$1.700.000.000 de pérdidas de capital, después de haber puesto plata fresca por US$6.000.000.000 (seis mil millones de US$) en enero de este año… Y nadie dice nada.
¿Llegó la cofradía del silencio también a los principales medios de comunicación, o el ciego seré yo, que no me percaté que son parte de ella desde larga data?
