Se trata de comprender que la transición hacia una sociedad carbono-neutral conlleva la apertura y diversificación de sectores económicos que promueven una relación beneficiosa con los ecosistemas y se aleje de los patrones depredatorios del presente. Cuando hablamos de empleos verdes, nos referimos a soluciones basadas en la naturaleza, energías renovables, reciclaje y turismo ecológico, entre otras actividades posibles.
En el contexto de la crisis climática se hace urgente darle mayor relevancia a la noción de empleos verdes. ¿Por qué? Pues, a través de ella, se abren preguntas fundamentales sobre el futuro que queremos para nuestra sociedad y del camino que debemos tomar para transitar hacia dicho futuro. Por supuesto, no se trata de recetas pero sí de preguntas que pueden ayudarnos a pensar: ¿qué tipo de trabajos deseamos para el futuro?, ¿qué sectores económicos debemos potenciar? y, especialmente, ¿qué condiciones deben tener los empleos para asegurar la dignidad de las trabajadoras y los trabajadores?
Desde hace años las políticas del Estado de Chile que buscan dar cumplimiento a los compromisos del Acuerdo de París apuntan a la noción de Transición Justa como un pilar social transversal para mitigar y adaptarnos al cambio climático. En este escenario, la noción de empleos verdes nos aporta la perspectiva de las y los trabajadores en este proceso, pues, al cerrar centrales termoeléctricas o fundiciones metálicas, debemos resolver qué ocurre con las personas y territorios luego del cierre de estas industrias, como también qué actividades se desarrollarán durante y luego de la recuperación ambiental y social.
Pero ¿qué son los empleos verdes? Desde la Alianza Latinoamérica Sostenible sostenemos que por empleos verdes debemos comprender las labores que contribuyen al cuidado y protección del medio ambiente, a la vez que promueven la transición hacia economías bajas en carbono. Además, nos parece clave que estos empleos consideren condiciones decentes de formalidad y contribuyan al bienestar social y ambiental a largo plazo.
Se trata de comprender que la transición hacia una sociedad carbono-neutral conlleva la apertura y diversificación de sectores económicos que promueven una relación beneficiosa con los ecosistemas y se aleje de los patrones depredatorios del presente. Cuando hablamos de empleos verdes, nos referimos a soluciones basadas en la naturaleza, energías renovables, reciclaje y turismo ecológico, entre otras actividades posibles.
Hablamos de un desafío societal que también debe ser complementado por instrumentos financieros, como taxonomías y herramientas de inversión que permitan explorar estos sectores, convirtiendo un desafío enorme en una oportunidad significativa de desarrollo. Las crisis que enfrentan nuestras sociedades son climáticas pero también sanitarias. Chile continúa recuperándose de la pandemia del COVID-19 y, ante dicho contexto, fortalecer los empleos verdes es una estrategia crucial para lograr una reactivación económica que sea justa y resiliente.