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Carolina Tohá (PPD) y los compromisos de la derecha: «No tienen un camino que proponer. Por eso no lo informan» PAÍS Crédito: Agencia Uno

Carolina Tohá (PPD) y los compromisos de la derecha: «No tienen un camino que proponer. Por eso no lo informan»

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María Arriagada
Por : María Arriagada Periodista de El Mostrador
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Carolina Tohá (PPD) aseguró que la propuesta constitucional -que se plebiscita en exactamente una semana- “se hace cargo de la necesidad de tener un Estado que responda y se haga responsable ante los ciudadanos”. Fue enfática en decir que no existe “ninguna certeza de qué camino nos espera en caso de ganar el Rechazo” y que no existe un quiebre en la ex Concertación respecto de la propuesta, sino que “hay personas que están en el Rechazo y muchas de ellas están en un tono crítico más centrista hace mucho tiempo”. Sobre la elaboración de la propuesta constitucional valoró la presencia de independientes y movimientos sociales: “Se hizo el ejercicio de escuchar y sentar en la mesa a quienes tenían reclamos contra el orden social”.


Justo una semana antes del plebiscito, el 4 de septiembre, donde se aprobará o rechazará la propuesta constitucional, Carolina Tohá (PPD), quien fue ministra del primer gobierno de Michelle Bachelet, presidenta del Partido por la Democracia y alcaldesa de Santiago, aseguró no entender la confianza de la centroizquierda por el Rechazo de que si triunfa esa opción la derecha estará disponible para elaborar una nueva Constitución.

“Siendo personas de la centroizquierda que han vivido por años el bloqueo que ha habido en el Parlamento para hacer cambios, no puedo entender a propósito de qué confían que la derecha va a abrir las puertas a eso a lo que siempre se las han cerrado”, aseguró. 

“No tenemos ninguna certeza de qué camino nos espera en caso de ganar el Rechazo”, agregó. 

-Ha sido una de las líderes de la campaña, ¿qué le diría a alguien que aún tiene dudas?

-La propuesta constitucional se hace cargo de la necesidad de tener un Estado que responda y se haga responsable ante los ciudadanos. La sensación de un Estado impotente, o que en definitiva traspasa sus responsabilidades a otro, está en el corazón del malestar. El Estado puede actuar con otros, puede sumar privados, hacer alianzas, pero lo que no puede hacer es lavarse las manos. 

¿Es un texto de revancha?

-Más bien invitaría a leerlo. Claramente es un texto de construcción de un camino de una sociedad más equitativa, inclusiva y respetuosa. Y para hacerlo hizo el ejercicio de escuchar y sentar en la mesa a quienes tenían reclamos contra el orden social. Pensar que se puede saltar ese paso es inmaduro. Y veo algunos tentados de hacer eso. Proponiendo que ahora se haría un proceso distinto, y lo impecable se basaría en que quedarían fuera de la mesa los sectores que aquí por primera vez se sentaron. Ese camino no nos va a conducir a sanar las heridas del país.  

-Pero sus críticos dicen que está escrita desde la rabia…

-El proceso constitucional busca ser una respuesta a una rabia que se expresó de manera evidente en el estallido social. Suponer que el sentarse en la mesa a trabajar el texto constitucional iba a sanar esa rabia de un momento a otro es totalmente iluso. Esto es un camino. Creo que es una forma madura de enfrentar las fracturas que tenemos y las respuestas que se dan en el texto apuntan en una dirección correcta. 

-Hay quienes han señalado que las listas de independientes y movimientos sociales causaron fragmentación y falta de acuerdo al interior de la Convención Constituyente. ¿Cómo los incluiría en un escenario en que ganara el Rechazo y se llamara a una nueva Convención?

-No tengo un diseño de cómo tiene que hacerse un proceso si es que gana el Rechazo. Mi compromiso y mi convicción es que el camino que mejor nos va permitir avanzar es el del Apruebo. Sin embargo, este no es un problema solo del sistema electoral, teníamos que hacernos cargo de que el sistema político no estaba en condiciones por sí solo de articular a la sociedad para un nuevo pacto.

Allí se logró acoger esas voces, un diálogo con todas las dificultades que hubo, con lo tenso del proceso y las heridas, se logró sacar en el tiempo solicitado un texto, que es una carta magna más que razonable. No lo digo yo, lo dicen constitucionalistas chilenos y de afuera.

Para los temas en que puedan haber preocupaciones -yo tengo varias que el texto no resolvió satisfactoriamente- hay un camino confiable para resolverlas. En cambio, echar pie atrás y empezar de cero y poner arriba de la mesa alternativas como dejar fuera a los sectores mal llamados `ruidosos´, no creo que sea para nada un camino seguro, creo que tiene riesgos enormes, y es muy probable además que nos cueste mucho ponernos de acuerdo en cuál es ese camino. 

Existe una crítica a la derecha de que no ha presentado un acuerdo que entregue una hoja de ruta sobre los próximos pasos si es que gana el Rechazo y que no han sido claros si estarían por llamar a una nueva Convención Constituyente ni cómo estaría conformada. ¿Cree que es un error?

-Más que un error de información ellos no tienen un camino que proponer. Por eso no lo informan. Creo que es nítido que en el caso del Apruebo se está ofreciendo un texto que se ha hecho todo lo posible para que la gente lo pueda conocer. Y además los partidos del Apruebo hicieron un acuerdo y lo firmaron. De su puño y letra respecto de las reformas que se van a impulsar.

En el caso del Rechazo, es verdad que se logró bajar los quórum -a 4/7 para reformar la Constitución-, pero con los nuevos quórums igual se depende de la derecha. La derecha ni siquiera se ha definido si es partidaria de hacer las reformas en el Congreso, de hacer una Convención, o un comité de expertos. Y los compromisos que tomó son de una vaguedad absoluta. 

Respecto del acuerdo de la centroizquierda, ¿es una opción que el gobierno no tenga mayoría en el Congreso para garantizar las reformas propuestas en el acuerdo de los partidos oficialistas? Guillermo Teillier (PC) señaló que “no podemos garantizar que vamos a hacer tales cosas porque en esto tendrá que haber debate popular”, aunque más tarde aclaró lo dicho cuando aseguró que el Partido Comunista  “empujará el acuerdo logrado”. 

-Mucha gente tiene distancia con el Partido Comunista, pero lo que nadie puede decir es que es un partido que no cumple sus compromisos. Pero incluso aunque no los cumpliera, estoy segura de que todo el resto de las fuerzas políticas, incluida la derecha, comparte el tono de esas reformas. No veo a la derecha votando en contra de eliminar, por ejemplo, la iniciativa de gasto de los parlamentarios o de restituir el estado de emergencia -promesas incluidas en el pacto de la centroizquierda-. Entonces los votos para hacer las reformas están. 

-¿Esta propuesta de Constitución ha provocado un quiebre en la ex Concertación?

-El Socialismo Democrático y todos los partidos de la ex Concertación están todos en el Apruebo. Hay personas que están en el Rechazo, la mayoría de ellas están en un tono crítico más centrista hace mucho tiempo. Más que una división de las fuerzas políticas de la centroizquierda hay personas que cruzaron al otro lado. 

-Escribió sobre el episodio del Ministro Segpres, Giorgio Jackson, quien dijo “nuestra escala de valores y principios en torno a la política no solo dista del Gobierno anterior, sino que creo que frente a una generación que nos antecedió”, sobre esto dijo que lo grave no era la acusación, sino la “liviandad con que dijo lo que dijo”. ¿Cree que existe un grado de soberbia o de señalar con el dedo al que se posiciona en el grupo contrario?

-Lo que veo es una evolución acelerada de la generación del Frente Amplio, es un sector que rápidamente han ido aprendiendo a medida que han ido tomando mayores responsabilidades. Pero en este proceso todavía siguen surgiendo algunos síntomas del ethos original. Que era muy juzgador y de ponerse en un púlpito por encima de los demás. De vez en cuando vuelve a salir aquello, pero ya no es lo dominante. Creo que se está haciendo un aprendizaje rápido, se aprende a porrazos a veces. 

-¿Hay disponibilidad para asumir un ministerio si el Presidente Gabriel Boric se lo pide?

No se puede hablar de disponibilidad de cosas que no han pasado. Es algo que está en la prensa, no en la realidad. Sinceramente no lo veo factible. Los que lo mencionan están tratando de que no pase, entonces mejor tomarlo con distancia. 

-Tomando en cuenta que se ha configurado como una figura clave dentro del comando del Apruebo, que podría ser una carta de recambio en favor del nuevo momento del gobierno tras el plebiscito, ¿no teme que asumir este cargo implicará recibir fuego amigo de sectores del gobierno y reabrir el tema de la investigación que Contraloría inició en su mandato como alcaldesa en Santiago en 2016?

La política es siempre súper ingrata. Creo que lo importante es que uno esté siempre muy conectado con las razones por las cuales está en este tipo de actividad. Con esa convicción puedes sortear los episodios amargos, con pocas convicciones sinceramente no vale la pena estar en política.  

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