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Los puntos de la discordia que avivarán la cueca en la reunión constitucional de los partidos PAÍS Crédito: Agencia UNO

Los puntos de la discordia que avivarán la cueca en la reunión constitucional de los partidos

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Raúl Espina
Por : Raúl Espina Periodista de El Mostrador
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Las conversaciones hacia un acuerdo transversal sobre el proceso constituyente vivirán esta semana jornadas cruciales. Después de que el pasado viernes Chile Vamos presentara su propuesta de «intransables» para la nueva Carta Fundamental, poniendo sobre la mesa sus condiciones para seguir dialogando, existe en el oficialismo una doble mirada que podría complejizar el trámite de la discusión. Y es que, una vez más, aflora la «doble alma» que habita en La Moneda: mientras Socialismo Democrático está dispuesto a transar en algunas materias, respondiendo a la convocatoria de la oposición de encontrar una postura en común, en Apruebo Dignidad preocupa la posibilidad de que Chile Vamos pautee la conversación y delimite los contenidos del nuevo texto, que –a su juicio– debería ser redactado por un órgano 100% elegido por la ciudadanía. De esta forma, la batalla por los bordes que definirán la continuidad del proceso constituyente recién está comenzando, y podría trabar el avance de la negociación.


El pasado viernes, en la sede del Congreso Nacional en Santiago, se retomaron las reuniones por el acuerdo constitucional, en una cita que estuvo marcada por la propuesta que suscribieron los partidos de Chile Vamos (RN, UDI y Evópoli) y que busca precisar  los «bordes» que tendrá el proceso hacia una nueva Carta Magna. Se trata de una serie de condiciones que la oposición puso sobre la mesa para iniciar la redacción de una nueva Constitución, con lo que busca dejar fuera del itinerario a los extremos y la lógica refundacional que –a su juicio– hizo fracasar al proceso anterior.

Este acuerdo de la oposición pone énfasis en las urgencias sociales, la delimitación de principios, la creación de un mecanismo que «asegure estabilidad» y un comité técnico-político (dejando atrás la noción de «comité de expertos»), para dar forma al proceso constitucional y facilitar la tarea de redacción de un nuevo texto. Al respecto, la diputada Catalina Pérez (RD) señaló que «efectivamente bordes va a tener el proceso constitucional (…). Ahora, la discusión es si mediante estos bordes quieren pasar gato por liebre y terminar definiendo en la negociación los contenidos de la nueva Constitución».

Se trata de una aprensión que existe entre los partidos que estuvieron por el Apruebo en el pasado plebiscito de salida –la mayor parte de ellos integrantes de las coaliciones de Gobierno– y que marca las conversaciones, que tendrán hoy lunes una nueva instancia, en donde se buscará avanzar hacia la redacción de su propio acuerdo, atendiendo al llamado de la derecha, un sector que se siente empoderado después del triunfo del Rechazo.

De hecho, esta discusión hace notar la existencia de las «dos almas» que conviven en el oficialismo: por un lado, un Socialismo Democrático dispuesto a ceder en algunas materias con el afán de avanzar hacia un acuerdo transversal similar al del 15 de noviembre de 2019 y, por otro, Apruebo Dignidad, conscientes de la derrota política de la fallida Convención, pero críticos de que las exigencias de Chile Vamos cuenten con el respaldo de algunos partidos de Gobierno, ratificando que no están dispuestos a incluir demasiados bordes o límites en relación con los contenidos de la nueva Carta Fundamental.

Al respecto, el secretario general del Partido Socialista (PS), Camilo Escalona, dijo que «jurídicamente, una hoja en blanco se tiende a confundir en el lenguaje político con una expresión que es diferente, que es entregar un cheque en blanco, cuando no se ponen condiciones a ningún organismo o grupo de personas. Entonces, existe la preocupación de que un cheque en blanco conduzca a un nuevo fracaso, por eso es que ha surgido esta teoría de los bordes o de los principios orientadores, lo cual se justifica, pero no debe atentar en contra de la esencia de un proceso democrático, que es el sentido de la participación y de la libertad que tengan quienes sean elegidos para redactar ese texto constitucional (…). Pero la verdad es que aún faltan principios y por eso creo que no hay que dedicarse a redactar la nueva Constitución ahora, porque, si se empiezan a extender estos principios, pueden ser muy peligrosos, en el sentido de que coarten la tarea de la propia Convención mañana».

Sobre el contenido de este eventual acuerdo oficialista, el senador y presidente de Revolución Democrática (RD), Juan Ignacio Latorre, adelantó que «poner en ese acuerdo político elementos que sean de contenido sustantivo de redacción de la nueva Constitución, creemos que ese es un debate posterior que es legítimo y que tiene que ser democrático de cara a la ciudadanía”. Al respecto, el parlamentario recalcó que las ideas que propuso la derecha, como la defensa de las AFP y la privatización del agua, deben ser parte “de su campaña para elegir convencionales, pero no necesariamente amarrarlas a un acuerdo político previo”.

Una opinión similar tiene la presidenta de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS), Flavia Torrealba, quien cree que es «ilegítimo» que los partidos políticos definan los bordes previo al inicio del proceso constituyente, porque –según la timonel– eso implica limitar una discusión que se debe dar con amplitud y altura de miras. En tal sentido, sostiene que, más que bordes, se deben establecer ciertos contenidos mínimos, y que el espacio natural de esa definición tiene que ser el Congreso Nacional.

Los bordes y una definición pendiente en la derecha

Si bien la propuesta presentada el pasado viernes fue suscrita por los tres partidos que conforman Chile Vamos, fuentes que participaron de la reunión en el ex Congreso sostienen que hay un mayor alineamiento de posturas entre UDI y Evópoli, mientras RN todavía está definiendo algunas materias, las cuales forman parte de una conversación que aún está abierta con las bases de su militancia.

Precisamente, el diputado y secretario general de RN, Diego Schalper, admitió que «cuando uno afirma una postura, es porque llegó a la convicción de algo. Yo creo que hoy día estamos en una fase más previa que esa: estamos arribando a información para definir el mecanismo, y yo creo que es lo más normal del mundo, a tres semanas del plebiscito de salida. A algunos les gustaría que esto fuera un poco más rápido, pero precisamente fue eso lo que nos hizo terminar en que seamos uno de los pocos países cuyo proceso constitucional termina en un Rechazo”.

En tanto, el senador y presidente de dicha colectividad, Francisco Chahuán, puntualizó que en Chile Vamos existe concordancia en torno a la designación de un comité técnico político (posiblemente elegido en el Parlamento), que pueda avanzar en la modificación de dos artículos de la actual Constitución: el 135, estableciendo principios rectores de la nueva Carta Fundamental; y el 152, que habilite el nuevo proceso. El parlamentario cree que este comité técnico político es el órgano idóneo para proponer un itinerario.

En ese sentido, y con relación a las críticas por parte de algunos voceros de Apruebo Dignidad que denuncian que la derecha busca pautear el contenido de la nueva Constitución, en la coalición opositora aseguran que en el oficialismo hay una confusión entre principios y contenidos, lo que se debe aclarar en las próximas instancias de diálogo. En la oposición sostienen que el documento publicado este viernes contiene propuestas concordadas, algunas de ellas intransables, a propósito de la experiencia constitucional anterior.

En torno a dicha discusión, el senador y timonel de la UDI, Javier Macaya –quien fue amenazado este domingo en un apriete encabezado por el denominado «Team Patriota»–, dijo que «lo que nosotros estamos haciendo es justamente procurar que se evite un ejercicio refundacional como el que se generó en el proceso anterior. Desde esa perspectiva, aún las hojas en blanco tienen bordes definidos con ciertos principios, como que Chile es una sola nación, en materias básicas como la iniciativa exclusiva del Presidente del gasto público, la separación de los poderes del Estado, y otros que son bordes bastante razonables y que, además, entregan una certeza de que el país sigue funcionando”.

El «apriete» sufrido por el senador Macaya este domingo –en el acceso a Canal 13– es una muestra del descontento de algunos sectores conservadores y de derecha «dura», que no está acuerdo con la forma en que han liderado la discusión los presidentes de los partidos de Chile Vamos. Al respecto, el senador del Partido Republicano, Rojo Edwards, cuestionó que «los bordes que entregan, si bien muchos de ellos parecen razonables, tienen un gran problema y es que toda derecha moderna en el mundo considera como principio rector de la acción del Estado el principio de subsidiariedad. Sin subsidiariedad, la libertad queda en cuestión. Y yo llamo a Chile Vamos a no ceder en cosas tan importantes como la defensa de la libertad, de lo contrario, ya dejan de ser una derecha moderna como se entiende en todas partes del mundo”.

Se trata, entonces, de una discusión abierta, donde Socialismo Democrático busca convencer a las fuerzas oficialistas de responder al acuerdo suscrito por la derecha, mientras Apruebo Dignidad observa críticamente que Chile Vamos busque aprovechar su posición de empoderamiento –tras el triunfo del Rechazo– para imponer una agenda ideológica y trazar, a partir de ahí, los contenidos de una nueva Constitución. Esta semana, ambas coaliciones de Gobierno seguirán las conversaciones, en cuyo marco la idea de un comité técnico político elegido por el Congreso podría ser una de las trabas que lentifique aún más la discusión hacia un acuerdo transversal, entendiendo que –según lo estableció el Servicio Electoral (Servel)– no podrán realizarse elecciones antes de abril de 2023 para elegir al nuevo órgano redactor.

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