La cabeza de uno de los tres partidos que conforman el Frente Amplio y que atraviesa la fuga de 171 militantes, expresa –previo al cónclave de las fuerzas oficialistas que se celebrará el próximo miércoles 26 de octubre– que se debe reflexionar “cómo nadaremos en este escenario adverso» y buscar formas para cumplir el programa. El triunfo del Rechazo en el referendo de salida aún late fuerte, ante lo cual el presidente de Comunes no escabulle la autocrítica. «Tras los resultados del plebiscito de 2020, la elección de convencionales y la presidencial, nos sentíamos triunfadores. La ciudadanía nos había apoyado, pero no es bueno tomarse esa confianza, porque los ciudadanos nos están juzgando constantemente. Y, sobre todo, juzgando cómo somos capaces de enfrentar los problemas cotidianos. Uno puede tener demandas muy justas, pero si la ciudadanía ve que sus condiciones materiales de vida en el presente se están viendo mermadas, no tiene por qué apoyarte», advierte.
El pasado viernes 14 de octubre fue una fecha difícil para Comunes. Ese día 171 militantes abandonaron el barco de uno de los partidos centrales de Apruebo Dignidad, y que tiene representación parlamentaria en la Cámara Baja a través de las diputadas Emilia Schneider, Camila Rojas y Claudia Mix.
En la carta de renuncia apuntaron a una desconexión de la colectividad con sus bases sociales que no habría permitido proponer al Gobierno “una ruta clara”, con foco en las demandas populares. “¿Acaso no dijimos: nunca más sin el pueblo?”, escribieron.
En una declaración de respuesta, la directiva de Comunes, presidida por Marco Velarde, aseguró buscar como partido ser “una herramienta útil de cambios” al interior del Gobierno.
Dentro del grupo saliente, que eran en su mayoría personas alejadas de puestos de representación, es decir, militantes más de base –a excepción del alcalde de Macul, Gonzalo Montoya– y algunos cercanos a uno de los movimientos que se unió para la creación de Comunes, Poder Ciudadano, criticaron en privado que esta dirección priorizó «ser una fuerza de la gestión del Gobierno”, lo que le habría quitado autonomía al partido en la capacidad de crítica.
-¿Cómo le pegó al partido la salida de los 171 militantes?
-Quiero desdramatizar que podamos convivir en distintos proyectos políticos. Podemos aportar a la transformación del país desde veredas distintas.
-¿Cree que la dirección se ha alejado de los militantes de base?
-No estoy de acuerdo con las molestias sobre nuestra lejanía de las bases. Tenemos un esfuerzo por escuchar a los distintos territorios, contamos con una continua relación con los regionales, quienes participan activamente sobre los destinos del partido y que han tenido la oportunidad de participar del Gobierno.
En estas críticas veo oportunismo de un grupo que no se hizo un espacio en el partido, que cometieron errores éticos y de probidad, que no reflexionaron sobre los hechos que nos condujeron a una crisis política importante.
-¿Entonces cree que la mayoría de los militantes salientes fueron cercanos políticamente a la que fue candidata a gobernadora regional, Karina Oliva?
-Es un grupo que está cercano a ese exgrupo de militantes de Poder Ciudadano, aunque no son todos los que vienen de Poder Ciudadano, para aclarar. Creo que está bien que tengan su proyecto político propio.
-Ha circulado en la prensa que Daniel Jadue podría estar acercándose al lote que salió de Comunes. ¿Están abiertas las puertas en la colectividad para él?
-El alcalde Daniel Jadue ha tomado un camino que no ha sido constructivo para las fuerzas de cambio que hoy estamos encabezando el Gobierno. Ello no tiene cabida en un partido como Comunes, que actúa responsablemente con el momento político que se vive. Si bien no somos obsecuentes con el Gobierno, y planteamos nuestras críticas, tenemos una responsabilidad democrática con la estabilidad y un compromiso con el Presidente y no vamos a golpearlo gratuitamente.
Se anunció que el miércoles 26 de octubre se realizará un cónclave de las fuerzas del oficialismo en el Palacio de Cerro Castillo, en Viña del Mar. Durante el comité político ampliado celebrado este lunes 17 de octubre en La Moneda, se habló de que se trataría de un encuentro de reflexión tras la derrota electoral del 4 de septiembre y donde se proyectarán los próximos seis meses de Gobierno.
-¿Cuáles cree que son los puntos específicos que debería llevar Comunes como las urgencias de cara a los próximos 6 meses de Gobierno?
-Se debe hacer una reflexión sobre lo que ha sido el primer período de Gobierno, su instalación y cómo se ha desarrollado el programa. Se debe tener una visión de lo que significaron los resultados del 4 de septiembre para Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático. Y cómo nadaremos en este escenario adverso en que la derecha quiere boicotear el programa de gobierno, al cual no vamos a renunciar.
Uno de los objetivos será buscar las formas de profundizar nuestro programa, que sea aprobar las reformas tributarias y de pensiones, pero también llegar de manera más eficaz a la ciudadanía en soluciones concretas y materiales que mejoren sus condiciones de vida.
“Estamos abiertos a la conversación, a ver cuáles son los fundamentos técnicos y políticos de Chile Vamos respecto de por qué sería un órgano mixto, mas no tengo claro si vamos a ceder a aquello”, reconoció la presidenta del Partido por la Democracia (PPD), Natalia Piergentili, previo a la reunión este lunes 17 de octubre para seguir con las tratativas en pos de diseñar un nuevo proceso constituyente.
Al respecto, al interior de Apruebo Dignidad, integrantes aseguran que incomodó la apertura de representantes de Socialismo Democrático a que el órgano no sea 100% electo y, en cambio, esté conformado por expertos designados por partidos. En la interna, señalan que no era el momento para hacerlo, ya que se estaba esperando que Chile Vamos sincerara el mecanismo sobre el órgano constituyente que promoverá.
-¿Qué piensa de que se abriera la puerta a un órgano mixto y no elegido 100% por la ciudadanía?
-El oficialismo, en un documento que ya presentó, acordó tener un órgano 100% elegido, y nosotros deberíamos defender estas posturas en las negociaciones. Las salidas personales no ayudan en un contexto en el cual estamos en una negociación y en que la derecha va a ocupar cada palabra. Esperaría mayor orden de todos los actores políticos del oficialismo.
-¿Cómo influirían los expertos a que surjan iniciativas que apunten a un marco más general, como ha planteado el Presidente, y menos identitario, si no tienen derecho a voto?
-Hay un consenso general entre las fuerzas políticas de que expertos y expertas deben tener un mayor protagonismo en el proceso constitucional, pero sin la potestad de deliberar, porque quienes tienen esa tarea van a ser quienes fueron elegidos para esto.
Lo que se ha conversado es que puedan colaborar con la redacción del reglamento, elaborar informes técnicos, estar presentes en las sesiones y apoyar a que el debate se pueda entender de mejor forma. No podemos tener un órgano que se encierre en sí mismo como lo hizo el proceso anterior.
Este viernes 21 de octubre, el actual presidente de la Cámara de Diputadas y Diputados, Raúl Soto (PPD), debe presentar su renuncia al cargo. El 7 de noviembre la Sala podrá votar al nuevo(a) presidente(a).
Lo que pasará ese día no está claro, ya que algunos firmantes del acuerdo de 10 de marzo –que estableció presidencias rotatorias de seis meses para la Cámara Baja y que buscaba lograr el desembarco de Karol Cariola (PC) en la testera– han mostrado resistencia a apoyar a la diputada comunista, por el rol que cumplió como vocera del Apruebo, opción derrotada en las urnas el pasado 4 de septiembre.
-¿Cuál es el riesgo para la continuidad del programa de gobierno que queden ambas Cámaras presididas por la derecha?
-Puede ser problemático, porque hay un encuadre actual donde la derecha busca detener el programa de gobierno. Está leyendo de forma antojadiza los resultados del plebiscito, porque creen que es una votación que les corresponde.
Es urgente que podamos avanzar con la reforma tributaria y la de pensiones, y eso podría quedar en riesgo si se pone en duda el acuerdo administrativo y la derecha quiere estar en la presidencia de la Cámara y del Senado.
-¿Qué cree que explica el avance de la derecha al interior del Congreso? Por ejemplo, en términos de negociación con partidos como el Partido de la Gente (PDG).
-La derecha está teniendo una actitud muy soberbia tras los resultados del plebiscito. Puede explotarle en la cara. Nosotros esperamos que, por el contexto social y político por el que nos encontramos, podamos tener una discusión democrática mucho más beneficiosa para la ciudadanía.
En lo personal, me preocupa el avance de una extrema derecha que está dispuesta a saltarse los canales democráticos. Hemos visto cómo actorías como las de Pancho Malo (Francisco Muñoz) quieren boicotear los procesos democráticos, incluso en no querer tener un nuevo proceso constitucional. El avance de los populismos me preocupa.
Esperaría que Chile Vamos presente credenciales democráticas, que creo que las tiene en algunos sectores, para poder avanzar en urgencias sociales.
-¿Se parece a lo que vivieron como coalición previo a la debacle electoral del 4 de septiembre?
-Tuvimos un aprendizaje el 4 de septiembre, después de los años en que veníamos ganando. Tras los resultados del plebiscito de 2020, la elección de convencionales y la presidencial, nos sentíamos triunfadores. La ciudadanía nos había apoyado, pero no es bueno tomarse esa confianza, porque los ciudadanos nos están juzgando constantemente. Y, sobre todo, juzgando cómo somos capaces de enfrentar los problemas cotidianos a los que se están enfrentando.
Uno puede tener demandas muy justas, pero si la ciudadanía ve que sus condiciones materiales de vida en el presente se están viendo mermadas, no tiene por qué apoyarte.