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Descoordinación de la derecha permite a Mirosevic evitar la catástrofe oficialista PAÍS

Descoordinación de la derecha permite a Mirosevic evitar la catástrofe oficialista

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Raúl Espina
Por : Raúl Espina Periodista de El Mostrador
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Cuatro votos necesitó el exvocero del comando oficialista del Apruebo, Vlado Mirosevic (PL), para transformarse en el nuevo presidente de la Cámara de Diputadas y Diputados, marcando el fin de una frenética negociación que se extendió por varias semanas, y cuyo epílogo evitó la catástrofe que significaba para La Moneda la eventualidad de que la derecha consiguiera la testera de ambas Cámaras del Congreso Nacional. Después del fallido intento del PC por encabezar el oficialismo, este aprovechó la descoordinación de la derecha –que no consiguió levantar una candidatura que generara el consenso necesario– para poner la responsabilidad sobre los hombros de Mirosevic y evitar, así, que el Gobierno se desmoronara, manteniendo a salvo su línea de flotación.


El oficialismo consiguió evitar la catástrofe. Después de intensas negociaciones, la alianza de Gobierno logró amarrar la presidencia de la Cámara de Diputadas y Diputados, evitando así que la oposición consiguiera apropiarse de la testera, después de la obligada decisión del Partido Comunista (PC) de bajar la candidatura de Karol Cariola. Finalmente, el elegido fue su otrora compañero de vocería en la fallida campaña del Apruebo, el liberal Vlado Mirosevic, entregando una nueva señal de empoderamiento a un Socialismo Democrático que ha ocupado varias posiciones de poder a partir del plebiscito de salida, pese al intento de La Moneda por entregar un sello de unidad entre ambas coaliciones en torno a su programa de reformas, tal como se reafirmó en el cónclave de este domingo en Cerro Castillo, Viña del Mar.

En definitiva, fueron cuatro votos los que distanciaron a Mirosevic (77 sufragios) de su contendor, Miguel Ángel Calisto (73 votos), permitiéndole al parlamentario oficialista alcanzar la testera de la Corporación en segunda instancia, debido a que no logró sumar la votación requerida para ganar en primera vuelta, pues necesitaba el apoyo de 78 diputados. Determinante para el triunfo del oficialismo resultó el voto dividido en las bancadas del PDG y la DC, que no lograron la concordancia necesaria para convocar a un nuevo acuerdo administrativo, considerando que a último minuto la candidatura de Víctor Pino (PDG) –que no generaba consenso– fue reemplazada por la de Calisto, quien contó con el apoyo de la derecha, salvo algunos parlamentarios de RN.

Acompañando a Mirosevic en la mesa directiva de la Cámara estarán Carlos Bianchi (independiente), como primer vicepresidente, y Catalina Pérez (RD), como segunda vicepresidenta. Cabe recordar que, según fue pactado en el acuerdo administrativo firmado a comienzos de este periodo legislativo, esta presidencia ejercerá sus funciones durante ocho meses, para luego dar paso a una nueva mesa, posiblemente conformada por representantes de las bancadas que son parte de dicho acuerdo administrativo. Sin embargo, tal como ocurrió en la votación de este lunes, el escenario político podría eventualmente cambiar y dar surgimiento a nuevos pactos que pongan en riesgo la voluntad oficialista.

Se trata de un resultado que desde el Gobierno asumen como un triunfo, pues aseguran la permanencia del acuerdo de gobernabilidad firmado en marzo pasado, al tiempo que mantienen el diseño de distribución de presidencias de las diferentes comisiones, que podrían, sin embargo, sufrir algunas modificaciones en los próximos días. Esto, a causa de la incertidumbre en torno a si el PDG –dividido en la votación de este lunes y con una posición ambigua entre el oficialismo y la derecha– mantendrá los cupos negociados en marzo y que corresponden a la presidencia de algunas comisiones.

Al respecto, y si bien existen voces críticas en torno a una posible reincorporación de dicho sector al pacto administrativo de la Cámara, las coaliciones de Gobierno entienden que necesitarán de todo el apoyo posible para sacar adelante sus proyectos emblemáticos: las reformas tributaria y al sistema de pensiones. Podría ser este un factor determinante en las futuras negociaciones con las bancadas que en algún minuto pusieron en peligro la concreción del acuerdo, tanto el PDG como la DC.

Sobre el resultado para La Moneda, evitando atribuírselo como un logro personal de su gestión, la ministra de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Ana Lya Uriarte, celebró la votación de este lunes y prefirió no entrar en conflicto con algunas voces que oposición que acusaron fuertes presiones en el último tramo de la negociación. “Hay partidos de nuestro Gobierno que han hecho grandes sacrificios para habilitar este proceso que hoy día culmina exitosamente con la presidencia del diputado Mirosevic (…). Preferiría dejar al margen todas aquellas expresiones que provienen del sector derrotado, para no contaminar un día tan positivo para el oficialismo”, enfatizó la ministra Uriarte.

Además, y sobre el tono que tendrán las conversaciones con la bancada del hoy por hoy fragmentado Partido de la Gente, el nuevo vicepresidente de la Corporación, Carlos Bianchi, planteó que «yo creo que por el PDG tiene que hablar el PDG. Nosotros vamos a hablar desde nuestra perspectiva, y el PDG y otros actores políticos tendrán que decirle al país cuál es la perspectiva que ellos tienen. Nosotros no solo estamos abiertos a recibir al PDG, nuestra obligación es tener que lograr los mayores consensos como mesa. Bienvenida toda la diversidad de este Congreso, porque esa es la forma inteligente y responsable de poder llevar adelante los procesos”, indicó.

El futuro del acuerdo, y la alicaída posición del PC

Parlamentarios de diferentes sectores políticos coinciden en que el gran derrotado de estas negociaciones por la presidencia de la Cámara es el Partido Comunista (PC), que debió ceder frente a las presiones y desistir de la candidatura de Karol Cariola, además de plegarse a la decisión mayoritaria del oficialismo, que encontró en Vlado Mirosevic el nombre idóneo para salvarse de una situación de mayor complejidad, como era dejar la testera de ambas Cámaras del Congreso Nacional en manos de la derecha, arriesgando la gobernabilidad del Ejecutivo y el futuro de las reformas que forman parte de su programa.

Si embargo, desde la bancada comunista se niegan a perder un sitial de poder que –a su juicio– les pertenece y que se adjudicaron legítimamente, por lo que, si bien apoyaron la nominación de Mirosevic, asumen que se trata de un enroque, por lo que esperan asumir la presidencia de la Cámara en un futuro, aprovechando un cupo que –dicen– no le pertenece a la diputada Cariola sino que al partido. “El puesto es del PC. Hoy no estamos conversando sobre posibles nombres y, cuando llegue el momento, veremos cuál es la decisión de la bancada”, deslizó al respecto el diputado Boris Barrera.

Precisamente, quien salió a respaldar esta idea de un enroque, confirmando la posibilidad de que la Corporación sea presidida en un futuro por un parlamentario comunista, fue el nuevo presidente de la Cámara, quien asume un rol a causa de la contingencia, pues su nominación no estaba en los planes originales. “Nosotros lo que hemos dicho hoy es que hoy simplemente se anticipa una presidencia, pero el acuerdo lo hemos intentado mantener lo más fidedigno posible al acuerdo original. Las futuras presidencias de la Cámara, es parte de lo que se va a discutir en el futuro”, planteó el diputado del PL.

Por su parte, desde Socialismo Democrático, la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, reconoció que «efectivamente este un golpe muy duro para el PC», apuntando a que durante el cónclave oficialista de este domingo, en Cerro Castillo, se le expresó solidaridad a Karol Cariola, quien incluso fue recibida con aplausos. «Creo que ella es una diputada joven que ha entendido que este es un tropiezo, que no es más que eso», agregó la timonel socialista.

Pero mientras el PC asumió su derrota al interior de las fuerzas oficialistas, en la oposición sienten que perdieron una oportunidad única de empoderamiento, asumiendo que no lograron la coordinación suficiente para conseguir llegar a un acuerdo que les permitiese alcanzar la presidencia de la Cámara. Sin embargo, no dudan en reconocer como un triunfo ideológico el que se haya impedido que la Corporación quedara en manos de un representante comunista.

En se sentido, el jefe de bancada de diputadas y diputados de RN, Andrés Longton, planteó que «obviamente que la Cámara no haya quedado en manos del PC es un alivio, en cierto sentido, pero igualmente tenemos al otro líder del Apruebo. Aquí no se trata de algo personal, el PC ha sido constantemente una piedra de tope para la moderación que tanto necesita nuestro país y tanto demanda la ciudadanía, sobre todo a partir del 4 de septiembre. Sí, puede haber sido un avance importante que el PC no alcanzara la testera de la Cámara, pero igualmente tenemos a alguien que representa a un programa de Gobierno que no ha sido capaz de mover una coma después del plebiscito de salida”.

Por su parte, desde el PDG asumieron su derrota e hicieron una autocrítica por la falta de coordinación en su bancada, que impidió que fructificara su pacto con la derecha. Para el diputado Rubén Oyarzo, este fracaso se explica por una mala negociación, disidencias al interior de la Cámara y un quiebre interno que –a su juicio– imposibilitó el arribo a un acuerdo. Al interior de la colectividad liderada por Franco Parisi aún no logran definirse respecto a si logran alianzas con las fuerzas políticas de Gobierno, o si bien cruzan la línea, se asumen como un partido de derecha, y se convencen de aquello.

De esta forma, con una frenética definición, la Cámara de Diputadas y Diputados consiguió rectificar su nueva mesa directiva, que durante los próximos ocho meses ejercerá un rol crucial en relación con los intereses de un Gobierno que necesita la templanza y la generación de alianzas necesarias para sacar adelante su alicaída agenda legislativa. Vlado Mirosevic fue la carta oficialista para convencer a quienes veían en Karol Cariola un liderazgo más radical y que se alejaba de la gradualidad que ha primado en el discurso que se instaló en La Moneda a partir del fracaso del Apruebo en el plebiscito de salida.

A partir de ahora, el desafío para el Ejecutivo y los partidos que lo sustentan políticamente, es evitar que sus reformas emblemáticas se diluyan, y que la derecha se empodere y sigue acumulando posiciones de poder. Una estrategia que para algunas voces en Apruebo Dignidad –coalición desde la cual emanó el actual programa de Gobierno– deviene en un cambio de ruta del espíritu transformador con el que el Presidente Gabriel Boric arribó al Palacio de La Moneda, y en el que sigue asumiendo mayor poder de decisión Socialismo Democrático, lógicamente emparentado con la ex Concertación.

 

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