El nuevo presidente de la Democracia Cristiana (DC), Alberto Undurraga -ratificado ayer por la Junta Nacional-, habló con El Mostrador en La Clave sobre la crisis del partido, marcada por divisiones internas y fugas de militantes. Hay «una crisis de confianza primero, una crisis de nitidez en el mensaje que damos a la ciudadanía, muchas veces la Democracia Cristiana tiene más de una opinión en los distintos temas», dijo Undurraga. El diputado también se refirió a las diferencias de la DC con los colectivos Demócratas y Amarillos por Chile, que buscan el centro político y están integrados por distintos exmilitantes democratacristianos. «Tenemos historia. Una historia de transformaciones que vemos en distintos lugares. Tenemos representación en prácticamente todas las comunas de Chile, lo que nos da una cercanía con dirigentes sociales, con el tejido social», sostuvo.
El diputado y nuevo presidente de la DC, Alberto Undurraga, abordó este lunes la situación del partido, a un día de la Junta Nacional de la colectividad que lo ratificó en el cargo. Al respecto, apuntó que la tienda política está «en una crisis profunda».
Recordemos que el Consejo Nacional de la DC eligió el jueves a Undurraga como presidente de la colectividad. La Junta Nacional debía ratificar la directiva, lo que sucedió ayer. Sin embargo, la instancia se desarrolló en medio de un ambiente tenso. El sábado, cerca de 70 militantes se retiraron de la Junta y se declararon en reflexión, apuntando a irregularidades del Tribunal Supremo.
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«Nosotros estamos en una crisis profunda, que tiene varios elementos, es una crisis de confianza primero, una crisis de nitidez en el mensaje que damos a la ciudadanía, muchas veces la Democracia Cristiana tiene más de una opinión en los distintos temas», dijo Undurraga en conversación con El Mostrador en La Clave.
«Yo asumí el jueves recién como presidente del partido y la Junta Nacional, que es una reunión donde están los dirigentes desde Arica hasta Magallanes, fuimos acordando y conversando cuáles son los elementos para poder salir de esa crisis», añadió el timonel DC.
El diputado destacó dos elementos para superar la crisis en la DC. El primero está ligado a un nivel interno, «generar las condiciones de confianza para que todas y todos se sientan cómodos, esto significa valorar la diferencia, valorar que hay opiniones distintas, pero a partir de esa opinión distinta tenemos que construir una mirada común», sostuvo.
El segundo elemento está relacionado con lo «hacia afuera, que es lo que finalmente importa a la ciudadanía, que es que la Democracia Cristiana tenga un mensaje único en cada uno de los temas: seguridad ciudadana, en reforma tributaria, desarrollo económica, reforma de pensiones, en todo el proceso constitucional».
Sobre la retirada de militantes de la Junta Nacional, Undurraga comentó que «producto de las conversación, producto de ir acercando posiciones, buena parte de ellos el segundo día sí se incorporaron a la Junta Nacional».
Durante estas últimas semanas distintos militantes emblemáticos de la DC han dejado el partido. Es el caso del expresidente de la colectividad Ignacio Walker, los gobernadores Claudio Orrego (Región Metropolitana) y Patricio Vallespín (Los Lagos), además de los senadores Ximena Rincón y Matías Walker. Estos últimos lanzaron el colectivo Demócratas, dirigidos al centro político.
El colectivo Amarillos por Chile -que estuvo por la opción Rechazo de cara al plebiscito constitucional- también persigue el centro. Entre sus integrantes hay una histórica ex-DC: Soledad Alvear.
Consultado por las diferencias de la DC con esas agrupaciones, Undurraga señaló que «tenemos historia. Una historia de transformaciones que vemos en distintos lugares».
«Tenemos representación en prácticamente todas las comunas de Chile, lo que nos da una cercanía con dirigentes sociales, con el tejido social. No se trata solo de tres, cuatro, cinco, seis u ocho parlamentarios, sino que se trata de tener presencia en las organizaciones sociales», añadió.
El timonel de la DC también abordó la visión del partido sobre la reforma previsional del Gobierno, que pretende eliminar a las AFP. Al respecto, dijo que «está en el sentido correcto», pero apuntó a «nudos» de conflicto, como el destino del 6% adicional de cotización -con carga al empleador-.
«En lo conceptual, en lo que tiene que ver con los principios, creemos que está en el sentido correcto, porque tiene solidaridad para mejorar las pensiones ahora y de la misma forma apoyar permanentemente a las mujeres que tienen serias desigualdades, la desigualdad que ganan menos, tienen más lagunas», dijo.
«Tiene el principio de financiamiento tripartito (…) tiene el principio de libre elección en el componente individual (…) y tiene el principio de separación del rol que hacen hoy día las AFPs, que separa por un lado el rol de administración, y que sea un ente distinto, un ente público plantea el Gobierno, y que haya gestores de inversión público y privado, y que cada uno tome su decisión», añadió.
Sin embargo, apuntó a «dos nudos: el uso del 6% tenemos que llegar a un acuerdo (…) El otro nudo es la separación del rol que hace la AFP. Nosotros estamos convencidos que tiene que separarse, pero no necesariamente el IPS, tenemos que ver los pros y contras que sea el IPS el órgano público, podría se otro, podría licitarse, en fin».