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Día Internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer Opinión

Día Internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer

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Dafne Englander
Por : Dafne Englander Directora Ejecutiva de la Comunidad Judía de Chile.
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En 2021, un estudio de la OCDE expuso las serias desigualdades de género que persisten en nuestro país producto de una asignación desequilibrada del tiempo y responsabilidades entre hombres y mujeres, en que estas dedican más horas al cuidado de los niños y labores domésticas. Un dato impresionante: si se valorara el trabajo doméstico, representaría más del 25,6% del PIB ampliado, según los últimos datos del Banco Central.


La violencia contra la mujer adopta distintas formas: física, psicológica, sexual, económica y hostigamiento en espacios públicos, entre otras.

El caso extremo es el femicidio, una grave situación que debemos lamentar día a día en nuestro país.

Al 10 de noviembre de 2022, en Chile se registraban 33 femicidios consumados y 141 frustrados. En el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es vital seguir llamando la atención de la sociedad, los poderes del Estado, los líderes de opinión y los medios de comunicación sobre esta dramática realidad que viven miles de mujeres en nuestro país y que, muchas veces, pasa a segundo plano.

Hoy también es un día para relevar las manifestaciones de violencia que, de alguna forma, están naturalizadas y que debemos combatir con más fuerza.

Es vital partir por equilibrar la participación de las mujeres, que constituyendo más de la mitad de la población mundial, solo ostentan el 20% de los puestos de liderazgo.

En 2021, un estudio de la OCDE expuso las serias desigualdades de género que persisten en nuestro país producto de una asignación desequilibrada del tiempo y responsabilidades entre hombres y mujeres, en que estas dedican más horas al cuidado de los niños y labores domésticas. Un dato impresionante: si se valorara el trabajo doméstico, representaría más del 25,6% del PIB ampliado, según los últimos datos del Banco Central.

La falta de participación de la mujer en el mercado laboral es otro problema: un 20% inferior a la masculina, y una brecha salarial de 21,7% en sueldos medios, según el INE (2022). Todo ello atenta no solo contra la equidad: muchas veces redunda en la dependencia económica, que a su vez puede transformarse en violencia de género.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), reveló que el 47% de las empresas en nuestro país aún no tiene mujeres en sus directorios y que estas solo participan en el 12,7% de las mesas directivas.

A todo esto, se ha sumado la pandemia, que ha significado un retroceso significativo en todos estos aspectos. Las labores domésticas volvieron a recaer sobre la mujer, las brechas salariales quedaron en evidencia, muchas perdieron sus empleos; y lo más brutal fue el aumento de la violencia intrafamiliar, que es lo que busca visibilizar este 25 de noviembre. Los desafíos preexistentes complejizan la tarea de avanzar. Debemos redoblar los esfuerzos.

Se trata de un tema tan importante que muchos organismos internacionales están impulsando esta agenda.  Naciones Unidas lo ha vinculado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, entendiendo la urgencia de incorporar la perspectiva de género en todo ámbito. 

Para ello, es imperativo poner énfasis en la necesidad de políticas públicas sólidas que tengan como objetivo abordar efectivamente los problemas estructurales de la desigualdad de género. Hoy, hombres y mujeres, sabemos que la falta de equidad afecta a toda la sociedad.

El Estado ha desarrollado un trabajo importante para señalar un camino: la paridad en gabinetes, así como los cambios legislativos para que exista mayor representatividad femenina en el Congreso, son prueba de ello.

No se trata de un lugar común. El valor y aporte de las mujeres en distintas esferas de la sociedad, sobre todo en el ámbito laboral, está comprobado: aquellas empresas que han disminuido la brecha de género en sus nóminas han logrado mayor rentabilidad y productividad (63%), mayor capacidad de atraer y retener el talento (60%) y mejorar la reputación de la empresa (58%).

Siguiendo esta línea, la Comunidad Judía de Chile ha firmado un compromiso para avanzar hacia la equidad entre hombres y mujeres en las directivas de instituciones que representa.   

Es importante que todos nos sumemos a una agenda de equidad que está representada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, cuyo secretario general, António Guterres, ha asegurado que es prioritario equilibrar las relaciones de poder entre los géneros, enfatizando que, para ello, es imprescindible incorporar a las nuevas generaciones en esta tarea.

Nuestra sociedad ha empezado a dar pasos importantes, pero es necesario profundizarlos y comprometerse a que, en cada ámbito, exista equidad para representar efectivamente a ese más de 50% de la población.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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