El punto es que Corea del Norte parece estar sin control y sin supervisión. Efectivamente, se observa un proceso autónomo e independiente de los que hasta hace unos años eran sus referentes: China y Rusia. Así, el país se ha convertido en un actor regional que permite tensionar la cuestión de seguridad con Estados Unidos, generando un desbalance multivariable.
Kim Jong-un ha vuelto a desafiar al sistema internacional y a tensionar la estabilidad regional. Como ha sido su comportamiento desde que asumió el poder, luego de la muerte de su padre y manteniendo la línea dinástica, Kim ha aumentado la anarquía de poder y está generando una severa incertidumbre acerca de si existe o no un control de sus aliados históricos (China y Rusia) sobre lo que son sus programas nucleares y de misiles.
Con la última prueba de un misil intercontinental (IBCM, por sus siglas en inglés), ha completado, solo en 2022, un total de 45 lanzamientos. Con este antecedente, durante el periodo de su abuelo (Kim Il-sung, 1948-1994) el total fue de 15 ensayos y con su padre (Kim Jong-il, 1994-2011) se alcanzaron los 17. Lo preocupante es que, entre 2011 y 2022, Kim Jong-un ha realizado 180 test de misiles.
El punto es que Corea del Norte parece estar sin control y sin supervisión. Efectivamente, se observa un proceso autónomo e independiente de los que hasta hace unos años eran sus referentes: China y Rusia. Así, el país se ha convertido en un actor regional que permite tensionar la cuestión de seguridad con Estados Unidos, generando un desbalance multivariable.
El tema de Corea del Norte tiene una vasta implicancia, desde lo político a lo económico, pasando por la seguridad y llegando, incluso, a la problemática de los derechos humanos.
En el primero, la cuestión nuclear de los norcoreanos mantiene a la alta política global preocupada de cómo lograr su desnuclearización total y comprobable.
En el segundo, se tiene plena conciencia de los serios problemas relacionados con su capacidad productiva y, con ello, su seguridad alimentaria, producto de la utilización de sus escasos recursos monetarios para su Programa Nuclear y de Misiles, afectando a millones de sus ciudadanos año a año.
En el tercero, la región y el mundo observan cómo, tras cada ensayo de su programa de misiles, se complican más las relaciones y convivencia entre los países del noreste asiático, donde lo más preocupante es la posibilidad cierta –según las fuentes de información de inteligencia americana, japonesa y de Corea del Sur– de un posible séptimo ensayo nuclear programado para los últimos meses de 2022 o comienzos de 2023.
En el cuarto punto, los derechos humanos, se termina por dar cuenta de los serios problemas multifactoriales que representa el proceso norcoreano. A este respecto, Amnistía Internacional ha dado cuenta (en su Informe 2021-22: La Situación de los Derechos Humanos en el Mundo) de que existen preocupantes situaciones en cinco aspectos: libertad de circulación; derecho a la alimentación, al agua y al saneamiento; represión a la disidencia; detención y reclusión arbitrarias; y derechos económicos, sociales y culturales.
En este contexto, es importante que el sistema y la sociedad internacional sigan empujando en la condena a lo que realiza Corea del Norte, así como el promover una visión global para el desarme total y comprobable de este país.
A este respecto, es un hecho importante que el Senado chileno, a través del Proyecto de Acuerdo presentado en la Sesión 67ª, Ordinaria, del 18 de octubre de 2022, por seis senadoras y veintitrés senadores, hubiera solicitado al “Presidente de la República que, si lo tiene a bien, adopte las medidas necesarias para que el Estado de Chile apoye los esfuerzos multilaterales tendientes a garantizar un proceso de desnuclearización en la Península de Corea, a través del Organismo Internacional de Energía Atómica y de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares”.
El mundo, luego de observar, en el contexto de la guerra de Rusia-Ucrania, que los Estados están dispuestos a utilizar este tipo de armamento, debe seguir insistiendo en este objetivo: el fin de las armas nucleares y volver a controlar a Corea del Norte.