Pedro Castillo, presidente de Perú, llega este martes a La Moneda, donde se reunirá con Gabriel Boric, a quien el mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), cedió la tarea de buscar una nueva fecha para la cumbre de la Alianza del Pacífico junto al gobernante peruano. Esto, tras su suspensión la semana pasada. En México, el Jefe de Estado chileno dio señales de su aspiración de convertirse en un actor clave en el fortalecimiento de la integración latinoamericana, pero sobre todo de validarse como el líder regional del Pacífico que mira al mundo asiático. Analistas internacionales aseguran que tomar un liderazgo tradicional en la región se presenta difícil para Boric, debido a la presencia de líderes fuertes, como son el propio AMLO y el recién electo Lula da Silva. Sin embargo, subrayan que, precisamente, en la Alianza del Pacífico puede estar su espacio para abrirse camino como protagonista, aunque para lograrlo —anticipan— el Gobierno debe definir con claridad su política internacional. «No basta con el voluntarismo político, es indispensable que la política exterior chilena resuelva el camino que va a tomar, ya que existe ahí una pugna no resuelta», señalan.
El mandatario de Perú hará su entrada al Palacio de La Moneda a las 10:25 horas de este martes, jornada en que sostendrá una serie de reuniones con el Presidente Gabriel Boric y un gabinete binacional, es decir, un encuentro de los ministros de ambos países. Entre los temas a discutir estará la búsqueda, por parte del Jefe de Estado chileno, de una nueva fecha para la ansiada reunión de la Alianza del Pacífico.
El 22 de noviembre pasado y horas antes de abordar al avión en dirección a México, el Presidente Boric tuvo una decepción diplomática. El mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), anunció en “la mañanera” –rueda de prensa diaria que ha llegado a durar más de tres horas– que se suspendía la cumbre de la Alianza del Pacífico. Esto se debió, según explicó el gobernante de México, a la restricción impuesta por el Congreso de Perú a su presidente, Pedro Castillo, para acudir a dicha instancia. A Castillo le corresponde la presidencia y AMLO planeaba dársela en la cancelada cita.
Desde Palacio comentaron, en privado, que el Gobierno se enteró por la prensa de la cancelación y que hubo molestia por un movimiento que algunos describieron como “improvisado”. Sin embargo, en público y al arribar a México en el marco de una visita de Estado, el Presidente chileno aseguró que creía que la decisión de AMLO representaba “una señal de solidaridad de López Obrador con lo que está sucediendo en Perú”.
La noticia cayó como balde de agua fría en el equipo de Boric, desde donde el mismo día tuvieron que realizar cambio de planes. Esto, tomando en cuenta que hacía dos días que el Primer Mandatario chileno había vuelto de la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Tailandia, donde advirtió la importancia de tomar un rol clave en el sector comercial del Pacífico, esfuerzos que podría iniciar en la cumbre en México.
«Vamos a conversar sobre cómo mejorar ese intercambio porque, tal como señalé en la APEC, el Pacífico hoy es el centro del mundo y lo que tenemos con Colombia, con Ecuador, con México y con Perú, es algo tremendamente importante que no podemos desperdiciar, por lo que a mí me interesa fortalecer ese espacio de integración latinoamericana», fue lo que expresó el Presidente Boric al descender del avión pasadas las 19:30 horas y tras caminar entre dos filas de soldados mexicanos que lo recibieron en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles de Ciudad de México.
Pese a que la presidencia de la Alianza del Pacífico recae en el gobernante de Perú, para el Mandatario chileno esta cumbre representaba la oportunidad de abrirse un espacio en la agenda internacional, y qué mejor que hacerlo mirando hacia el Pacífico. La intención latinoamericanista de Gabriel Boric, en pos de fortalecer los vínculos de la región, pasan necesariamente por su mirada en tal dirección, donde un liderazgo político y comercial desde América Latina con el mundo asiático le permitiría al Presidente de Chile tener un espacio de influencia mayor en la región, algo difícil de lograr con un AMLO que buscó presentarse como el padrino político de las nuevas generaciones de izquierda, y que no resultó.
De hecho, hubo varios momentos que fueron interpretados como incómodos tanto para el Presidente Boric como para su par de México. Uno de esos momentos ocurrió durante la Sesión Solemne que le preparó el Senado mexicano al Mandatario de Chile. De entrada, este fue recibido con un letrero que respaldaba su posición en favor de los derechos humanos en Nicaragua, en abierta contradicción con la postura del presidente de su país.
«Boric no protege asesinos en Nicaragua como AMLO”, se leía en el cartel, cuya posición fue refrendada posteriormente en su discurso, al enfatizar que «no podemos voltear a otro lado cuando hay violaciones de derechos en Nicaragua”. Además, se refirió a una situación altamente compleja en México, cuando señaló que morían asesinadas once mujeres al día en dicho país y que no debían naturalizarse “estas violencias”.
Tanto Nicaragua como el feminismo, son dos temas que a la izquierda detrás de AMLO le resultan incómodos y en los cuales el Presidente Boric intentó marcar la diferencia.
Aunque la cumbre de la Alianza del Pacífico debió ser pospuesta, la buena prensa que ha tenido el Mandatario chileno en sus visitas al extranjero fue aprovechada, en esta oportunidad, para proyectar una imagen internacional de una izquierda diferente respecto a aquellas más tradicionales en la región. Y esto del feminismo –según analistas internacionales– fue consistente con ello.
En efecto, la periodista mexicana y directora de W Radio, Gabriela Warkentin, opina al respecto que “cada vez que se le confronta a AMLO con el tema del feminismo y los feminicidios, él lo evita y como que dice que no es tema, que igual matan hombres”, dejando entrever que la problemática lo descoloca. «A AMLO le funciona muy bien pelearse con la prensa tradicional, así como con los intelectuales profesionales. Le gusta pelear con ellos, decir que son la derecha, y que representan al neoliberalismo. Pero lo descoloca un sector de la población de México y el mundo que tiene una lectura diferente de lo que sucede. Te hablo de las feministas”, explica Warkentin.
Consultado el mandatario mexicano –en su tradicional conferencia “la mañanera”– sobre el discurso del Presidente Boric, respondió que hay libertad de opinión. Sin embargo, la directora de W Radio asegura que “evidentemente no se sintió cómodo con eso. La fotografía cómoda del presidente López Obrador con los gobiernos más de izquierda de América Latina no le está resultando. Creo que el más incómodo, de las visitas que recibió, fue Boric para este presidente”, puntualiza. «Le hubiera gustado presentarse ante la prensa latinoamericana como el patriarca que abraza a un joven Presidente chileno. Y eso no sucedió”, subraya.
El abogado Juan Pablo Glasinovic, académico del Magíster de Relaciones Internacionales PUCV y diplomático, está de acuerdo y apunta a que a AMLO “consciente o inconscientemente le interesa verse como el padre político de los presidentes más jóvenes que él. México es más grande; esto también tiene que ver con un tema de cómo se muestran a la región: ‘Este es mi discípulo, yo lo estoy apoyando’”.
La periodista Gabriela Warkentin contextualiza y apunta a que el resto de Latinoamérica debe entender que “López Obrador viene de este pensamiento de izquierda muy antiyanqui, que es muy de los 70, en donde había que luchar contra este gigantesco imperio, que además nosotros lo tenemos tras la frontera. El debate frente a un poder hegemónico estadounidense, y un poco la resistencia latinoamericana, un poco romantizada”.
“En el Senado aplauden a Boric, la oposición específicamente, porque eso significa poder oponerse más a López Obrador. Pero a diferencia de la visita de otros mandatarios de América Latina, el de Venezuela, o el de Colombia ahora, lo que vemos es que Boric descolocó a todos, nadie sabía qué hacer con Boric. Quienes toman decisiones en este país no saben qué hacer con estos segmentos disruptivos, con otra narrativa, que proponen desde la izquierda, pero una participativa y democrática”, describe la directora de W Radio.
Otro de los temas en los que el Presidente Boric quiso jugar de local en el extranjero, fue el de la integración latinoamericana. “Tenemos que ser profundamente internacionalistas. La pandemia lo dejó muy de manifiesto, que aquí nadie se va a salvar por sí solo y que en ese sentido la integración, en particular la integración latinoamericana, es para mí tremendamente importante”, consignó en entrevista con el diario mexicano La Jornada.
Simón Bestani, cientista político argentino, explica que ve posible que el Mandatario chileno “quiera un mayor protagonismo para él mismo y para Chile, en un proceso que se está dando incluso a nivel mundial: la globalización regional”.
En el diario La Jornada, Gabriel Boric también recalcó que sus convicciones “son firmes de izquierda, enraizadas en la historia de la izquierda de América Latina. Quiero reivindicar con orgullo que somos profundamente latinoamericanos y que desde acá queremos hablarle al mundo”.
Bestani señala que la globalización como la conocemos terminó el 24 de febrero con la invasión a Ucrania. “Estamos viendo que las cadenas de valor y las de suministros se están cortando. Si antes era un ‘que las industrias se vayan del país’, ahora los países empiezan a ver la necesidad de que vuelvan las industrias, lo que tiene como efecto que la cadena de suministros deba ser más corta, regional”, sostiene.
“Este proceso que se está dando en todos lados, va en línea con lo que el Presidente Boric quiere, que es una mayor integración a nivel latinoamericano. No está fuera de foco el Presidente, y en ese escenario puede tener un rol protagónico por el prestigio de Chile. Sabiendo que es un país nuevo en esto del impulso latinoamericano, de los últimos 20 años”, añade.
Según el senador Francisco Huenchumilla (DC), quien fue parte de la comitiva presidencial que viajó a México, “hay un sentido estratégico en las palabras del Presidente en cuanto a la manera en que salimos al mundo. Un país chico como Chile perdido en la lejanía. En conjunto con el resto de los países latinoamericanos, podemos tener más fuerza, más potencia”.
El histórico militante de la Democracia Cristiana agrega que, desde el retorno de la democracia, “hicimos una apertura comercial muy importante en los primeros gobiernos y se consolidó y se tomó como una política de Estado. Pero creo que hay distintos énfasis. El Presidente Boric tiene una postura menos economicista, que pudieron haber tenido los gobiernos de Sebastián Piñera. En cambio, aquí hay una visión más sistémica, que creo que le viene mejor al país”, plantea el parlamentario.
En esa pretensión del Mandatario de Chile de presentarse como el portavoz de la integración, según el abogado Juan Pablo Glasinovic, choca con AMLO. «En Latinoamérica quien está tomando el liderazgo en integración de la región es el presidente de México, quien reflotó CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), un foro que estaba prácticamente muerto y que reúne a todos los países de la región, a excepción de Canadá y Estados Unidos”, además de estar mediando en el tema de Venezuela.
Aun cuando hay cientistas políticos, como el argentino Simón Bestani, que creen que el Presidente Boric tiene amplias posibilidades de adquirir un liderazgo en la integración latinoamericana, la opinión de Glasinovic contrasta al respecto, al señalar que esta posibilidad está «relativamente perdida, en base a lo que ha estado haciendo el presidente mexicano, sumado a que es un país más potente, y el mismo jefe de Estado tiene un currículum de varias décadas de experiencia política”.
Pero además de AMLO, también hay que considerar la reaparición en Brasil de Lula da Silva, quien –aunque no pueda tomar el mismo liderazgo que en mandatos anteriores por la situación doméstica– “tiene una estatura y ha sido promotor de la integración regional, y probablemente va a volver a eso”.
Al respecto, la cientista política Javiera Arce, parte de la Red de Politólogas, sostiene que “Boric no tiene la estatura de Lula para hacer una acción de esas características”. Y puntualiza que es más difícil todavía en este contexto, uno que describe con “retrocesos democráticos fuertes, en contexto de crisis económicas”, distinto al de bonanza a nivel económico que hubo en los 2000, “donde proyectos como Unasur fueron posibles”.
Ante el difícil panorama de plantearse en medio del camino entre AMLO y Lula, a juicio de Bestani, es una oportunidad para el nuestro que “un país grande como es México, para Latinoamérica sobre todo, le esté pidiendo a Chile que sea quien se encargue de un tema que tiene que ver con una parte importante del Pacífico”.
“Lo que Chile debe hacer –explica el abogado Glasinovic–, y en eso coincido con la declaración del Presidente, es que hay que profundizar la integración en la Alianza del Pacífico, porque en la cuenca del Pacífico, como el Presidente lo pudo ver con sus propios ojos en la reunión de la APEC, está el poder y la economía. Una manera de integrarse es la Alianza del Pacífico, cuyo objetivo es justamente coordinar, aglutinar y sumar fuerzas para llegar con mejor pie al Asia-Pacífico”.
El abogado advierte que, en su opinión, Chile no va a tener un rol de liderazgo en este bloque “si no rompe la ambigüedad en relación con los acuerdos de libre comercio. En este momento las señales que se dan en el ámbito de la política exterior económica contradicen lo que se quiere hacer en la parte política”. Por su parte, Bestani indica que Chile debe entender que el liderazgo es poner patrimonio. “Para liderar hay que jugar”, dice. “De Chile se va a esperar un liderazgo en los discursos sobre derechos humanos, como el discurso que dio Boric en el Senado mexicano, que arrancó aplausos cuando habló de Nicaragua, pero también van a esperar de Chile, sus socios regionales, inversiones, qué abre, qué aporta”, añade.
Juan Pablo Glasinovic sostiene que, para que Chile pueda tomar un rol clave en la Alianza del Pacífico, «no basta con el voluntarismo político”. Y en tal sentido, explica: «Es indispensable que la política exterior chilena resuelva el camino que va a tomar, ya que existe ahí una pugna no resuelta. La dimensión comercial no puede estar separada de la política. Ese tema es la gran interrogante: sobre cómo vamos a proyectar nuestra política nacional. Si lo haremos solamente a través del discurso político y de cooperación, y sacando la parte económica, bien, para mí sería un tremendo error. Los pilares de la Alianza del Pacífico son económicos, si cercenas eso y le dejas solo el discurso de la cooperación, la cultura, entonces, eso no es la Alianza del Pacífico”.