MUNDO
Crédito: Academia Diplomática
En conversación con El Mostrador en La Clave, el consejero del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, Pablo Cabrera, se refirió a los distintos desafíos globales para 2023, donde Lula da Silva asumirá la presidencia en Brasil, la situación del Covid-19 está descontrolada en China y la invasión rusa en Ucrania se prepara a cumplir un año. En ese sentido, Cabrera apuntó que “la asunción del presidente Lula tiene algunas particularidades porque la coalición con la cual sube es una coalición bastante diferente a lo que fue tradicionalmente la acción del Partido de los Trabajadores en la política brasileña, sube con un exrival que tuvo, con un gabinete no renovado como esperaban algunos en términos de nueva generación o de más integración de la mujer, u otros temas que auguraban un gobierno de Lula distinto”. Sobre China, reflexionó que “la pandemia no ha terminado, al no haber terminado significa que estamos enfrentados a desafíos muy grandes, como el resurgimiento de un contagio importante, toda vez que China está sufriendo los embates de la pandemia nuevamente después de un Covid cero, que tuvo efectos en la política y en la economía”. En cuanto al escenario en Ucrania, Cabrera comenta que “la negociación es el único camino, la negociación por la paz es un hecho que está clamando todo, no con tanta fuerza, quizás el Papa es el único que ha dicho algo últimamente”.
El consejero del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, Pablo Cabrera, abordó en conversación con El Mostrador en La Clave los distintos desafíos mundiales que se vivirán en 2023, en un escenario donde Lula da Silva asumirá el 1 de enero en Brasil, China se mantiene complicado con el control del Covid-19 y la invasión rusa en Ucrania se apresta a cumplir un año desde su inicio.
En cuanto a Brasil, que se ha sumido en un clima de manifestaciones por parte de bolsonaristas que todavía no asumen la derrota del actual mandatario, Cabrera apunta que “no está fácil en ninguna parte, pero en Brasil es importante el actuar en el escenario internacional, que en los últimos años ha estado muy alejado”.
“La asunción del presidente Lula tiene algunas particularidades porque la coalición con la cual sube es una coalición bastante diferente a lo que fue tradicionalmente la acción del Partido de los Trabajadores en la política brasileña, sube con un exrival que tuvo, con un gabinete no renovado como esperaban algunos en términos de nueva generación o de más integración de la mujer, u otros temas que auguraban un gobierno de Lula distinto”, manifestó Cabrera.
“Tiene algunas complejidades porque no tiene mayoría en el Congreso, hay una multiplicidad de partidos, hay partidos nuevos que han accedido al poder, cosa que está pasando en todas partes”, complementó.
Por otro lado, para Cabrera es relevante el posicionamiento de Brasil en cuanto a diversas materias, ya que puede marcar el rumbo de la política de América del Sur. Asimismo, también destaca la posición que ha tenido en cuanto a la crisis en Perú, lo que augura además cómo será el gobierno de Da Silva.
“Brasil, en su relación con América Latina, ha tomado una posición importante con los acontecimientos en Perú. El pulso que se pueda ver con lo que está sucediendo en Brasil puede afectar a toda América del Sur, y creo que la posición que ha adoptado por lo menos antes de asumir, de un Brasil que estuvo bastante alejado de los grandes temas, el posicionamiento que ha tomado el presidente Lula antes de asumir respecto a la situación de Perú, nos marca un rumbo”, declaró.
“No tanto en cuanto a su importancia geoestratégica, sino que también en cómo poder aproximarse sin posiciones partisanas, sino que más bien de buscar los consensos. La paz está muy desafiada siempre. Quizá lo que suceda en Brasil podrá marcar el rumbo de la política latinoamericana para trascender a los temas grandes de la agenda mundial, porque hemos estado un poquito afuera”, adicionó.
Por otro lado, el consejero del Centro de Estudios Internacionales de la UC abordó la situación en Ucrania, con una guerra que comenzó el pasado 24 de febrero de este año, cuando tropas rusas cruzaron la frontera e invadieron al país europeo, lo que ha dejado centenares de muertos y heridos de ambas naciones.
En ese sentido, para Cabrera “las opciones que existen para salir de esto son pocas, pero siempre va a haber una capacidad de negociación, y una capacidad de negociación quizás para lograr los objetivos que se pudieron haber logrado en un mes o seis semanas”.
“Creo que lo que dijo el presidente Putin la noche de Navidad, hablar de que quería negociar y culpar a los otros que no querían negociar, es justamente retrotraer esto a los inicios de la operación especial. Retrotraerlo significa que ellos querían deshacerse del gobierno de Zelenski, creyendo que esto era una cosa rápida y recuperar o consolidar la posición en el Donbás”, explicó.
“Creo que la negociación es el único camino, la negociación por la paz es un hecho que está clamando todo, no con tanta fuerza, quizás el Papa es el único que ha dicho algo últimamente. Me llamó mucho la atención que los deseos de fin de año de todos los países del mundo, incluido Chile, no incluyeran un deseo de paz y que terminara la guerra entre Rusia y Ucrania”, lamentó.
Finalmente, Cabrera se refirió a la situación del Covid-19 en el gigante asiático, la que ha estado marcada durante los últimos días por la negativa del gobierno de publicar los casos diarios de contagiados de coronavirus.
“Creo que la pandemia se ha transformado en el hilo conductor de esta reflexión profunda frente a la política, economía, salud; frente a todos los desafíos que hay. La pandemia no ha terminado, al no haber terminado, significa que estamos enfrentados a desafíos muy grandes, como el resurgimiento de un contagio importante, toda vez que China está sufriendo los embates de la pandemia nuevamente después de un Covid cero, que tuvo efectos en la política y en la economía”, apuntó.
“Estos hitos nos hacen pensar que los temas de política exterior a veces están relegados a un tercer lugar en la agenda, pero son temas principales a la hora de evaluar cómo es el sentir y cómo le afectan a la población los hechos internacionales y la globalización: la guerra, la pandemia, las migraciones”, añadió.
“Tenemos una trenza de acontecimientos que solo los puede canalizar el hilo conductor de la diplomacia. Creo que la diplomacia es la que tiene que canalizar esto”, concluyó Cabrera.
