La “Tati“ no pasa inadvertida para los que conocen los entretelones de Palacio, sobre todo por la baja aprobación ciudadana del Mandatario (entre 25% y 33%), según muestran las encuestas en forma ya constante. “No ha sido efectiva en esa tarea, que al final es una de las más importantes”, señalan en La Moneda. Ingresó al gabinete presidencial como subordinada del periodista Felipe Valenzuela –amigo personal de Boric– y al poco tiempo se quedó con su puesto. Conocida como escudera de la figura presidencial, Klima ostenta un carácter fuerte y no elude la confrontación con tal de lograr lo que quiere. Hoy muchas miradas adicionales están sobre ella, por las filtraciones que salen desde su oficina hacia la prensa, y no ha dejado de hacer ruido su paso como asesora personal del otrora gerente general de Andes Iron –empresa controladora de Minera Dominga–, Iván Garrido. *[VER AL FINAL NOTA DE REDACCIÓN]
El domingo 5 de marzo pasado, el analista político y sociólogo Axel Callís escribió en Twitter: “De verdad la presidencia y/o los equipos de La Moneda, filtran detalles increíbles cada fin de semana. Deben ser más leales con su jefe”. Callís se refería al artículo “Forma y fondo”, publicado en La Tercera y donde se informó en detalle sobre el cambio de gabinete que preparaba el Presidente Gabriel Boric y que ocurrió el 11 de marzo.
Dicho artículo fue el más suave de una serie de cinco que hubo sobre el Mandatario. De toda esta serie, el que más preocupó al círculo de hierro de Gabriel Boric fue el del 26 de febrero, titulado “Las mujeres y hombres del Presidente”, donde no se escatimó en anécdotas y detalles íntimos de la fiesta de cumpleaños del Primer Mandatario. En los primeros cuatro párrafos había más de 22 nombres de asistentes. La nota terminaba contando que el Jefe de Estado le llamó la atención al ministro Jackson por lo siguiente: “El relajo en el estilo del ministro (Giorgio Jackson) tras su salida de la Segpres ha concentrado la inquietud del Presidente en las últimas semanas. Para las fiestas de fin de año, Jackson –quien comenzó, por ejemplo, a usar un aro– subió a sus historias de Instagram sus festejos junto a su pareja”.
El tema de las filtraciones ha puesto en alerta a los encargados de las comunicaciones de La Moneda, a cuya cabeza está la vocera Camila Vallejo y de quien depende Pablo Paredes, director de la Secretaría de Comunicaciones (Secom). Los ojos se han posado sobre la jefa de prensa de la Presidencia, Tatiana Klima, una funcionaria de la vieja guardia que ha comenzado a acumular un poder sin contrapeso en La Moneda, con permanente acceso al Presidente y considerada una de sus principales escuderas. En Palacio señalan que el tema de las filtraciones es uno de los motivos que tiene enfrentados a Klima con Paredes, de Secom.
Aunque en La Moneda aseguran que últimamente se han reducido “un poco” las filtraciones, es una preocupación que en las comunicaciones del Presidente –que están fundamentalmente a cargo de Tatiana Klima– no se vea un trabajo de planificación estratégica donde tales comunicaciones del Mandatario sean integrales, que incluyan a sus ministros y al Gobierno como un todo. Refiriéndose a las filtraciones, Axel Callís afirma que “el nivel de filtración de este Gobierno yo no lo había visto en ningún Gobierno de la Concertación, ni de Piñera. Estuve 10 años en La Moneda, y uno puede ver, por el nivel de detalles, que la filtración es una estrategia individual, para beneficio propio y no hay una cultura colectiva y leal”.
Esto ha colocado en el epicentro el tema de las comunicaciones del Presidente y la persona que tiene monopolizado su manejo con los medios, Tatiana Klima. Una cosa que ha contribuido a fortalecer la posición de Klima ha sido justamente su trayectoria y conocimiento de los vericuetos de Palacio, en un equipo de gente joven que tiene poca experiencia en la comunicación política.
El 2013, Klima estaba lista para asumir como la jefa de prensa de la Presidenta Bachelet, en su segundo mandato, pero su carácter la traicionó. El episodio ocurrió en diciembre de ese año, a días de la elección, en el debate de la Archi, donde se enfrentaban las candidatas Michelle Bachelet y Evelyn Matthei. Fue en ese contexto cuando, en medio del fragor del debate, Klima tuiteó: “Evelyn Matthei, presa de su propia caca”. Este exabrupto sepultó la posibilidad de que Klima encabezara el equipo de prensa del Gobierno y tuvo que conformarse con ser encargada de comunicaciones del entonces nuevo ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre. Antes, había trabajado con Eyzaguirre en el Ministerio de Hacienda.
El episodio de Twitter en el debate presidencial retrata el perfil de Tatiana Klima, una persona leal pero con un carácter complejo, el que puede traicionarla y traerle problemas tanto en su trabajo como en sus relaciones interpersonales. Ese fuerte carácter lo utiliza para defender a sus jefes, aunque también para relacionarse con sus pares y subalternos.
El responsable de la llegada de Klima al círculo del Presidente Boric fue el actual jefe de asesores del Segundo Piso, Miguel Crispi, que la conoció trabajando en el Ministerio de Educación en 2014. Su arribo ocurrió en la segunda vuelta, cuando el equipo de comunicaciones encabezado por Felipe Valenzuela –periodista que estaba realizando estudios de doctorado– constató que era necesario incorporar gente con más experiencia en comunicación política. Crispi sugirió a Klima como alternativa y también fue clave que militara en Convergencia Social, partido al que adhirió para ayudar a la inscripción de Gabriel Boric en las presidenciales.
Al comienzo fue vista como alguien que trabajó con el enemigo: una “concertacionista”, más allá de que ahora militase en Convergencia Social. Todo el mundo sabe que su alma no viene del partido del Frente Amplio (FA), que el 90% de su vida trabajó en el “otro bando”, que es parte de “los 30 años”. “Para muchos del FA ella es hija de la Concertación por más que se vista de frenteamplista”, acota una fuente, que destaca que Klima trabajó con concertacionistas como el exdiputado Marcelo Díaz, la senadora Ximena Rincón, el senador José Miguel Insulza y la ex Mandataria Michelle Bachelet.
Miguel Crispi y Tatiana Klima funcionan como reloj. De hecho, la buena prensa que tiene Crispi se la adjudican al trabajo que hace Klima con los medios. La estrecha relación entre ambos colaboradores del Presidente quedó retratada en una entrevista al Mandatario publicada el 24 de diciembre pasado en el Diario Financiero, donde, a pesar de ser Boric el entrevistado, aparecen varias fotos del asesor Crispi, que es mencionado en la entrevista. También hay referencias a Klima en la pregunta al Presidente sobre si es verdad que “Tatiana Klima (su jefa de prensa) lo ordena”, ante lo cual él responde: “Tatiana no es la única, pero tiene una preocupación por la imagen presidencial, porque al principio yo lo había descuidado… Más allá de la relación de confianza personal, ella tiene una preocupación por la imagen presidencial (…)”.
Esta última frase explica el tipo de relaciones que establece Klima con sus jefes: es una escudera del poder que sabe transformarse en indispensable en el día a día. Hay un par de videos en que la encargada de prensa le advierte al Mandatario que se meta la camisa dentro del pantalón.
En el caso de la ex Presidenta Michelle Bachelet, Tatiana Klima tuvo un enganche especial porque ambas son hijas de la “familia militar”, específicamente, de miembros de la FACH. El padre de la periodista es el general (r) Ricardo Klima Weisskopf, que hoy figura en el directorio de la Corporación del Patrimonio Histórico Aeronáutico y Espacial de Chile y, además, se desempeña como asesor en materias de innovación, recursos humanos y defensa.
Un exdirigente de la Concertación destaca como un activo de Klima sus años trabajando en el Estado: “Eso le da mucho conocimiento sobre el funcionamiento interno. Tiene clarísimo que debe proteger y cuidar la figura presidencial. Aunque no ha podido remontar las cifras de aprobación hacia su jefe”. En las últimas encuestas de marzo-abril la aprobación del Mandatario llegó a un promedio de 33,2% (TúInfluyes, Criteria y Pulso Ciudadano) y la desaprobación promedió un 52,6%. “O sea, no ha sido muy efectiva en esa tarea, que al final es una de las más importantes y por lo que le pagan. Casi me atrevo a decir que con Felipe Valenzuela le iba mejor al Presidente, pero eran tiempos más tranquilos… O así lo parecían”, concluye el exdirigente concertacionista.
El de las filtraciones ha sido un tema que ha preocupado desde el comienzo del Gobierno. Uno de los hitos de las filtraciones a La Tercera fue cuando ese diario publicó, el 10 de marzo de 2022, la lista completa de ministras y ministros que asumieron al otro día en un acto en el Museo Nacional de Historia Natural de Quinta Normal. El equipo que tenía a cargo mantener esos nombres en secreto estaba compuesto por dos personas que durante semanas estuvieron revisando en detalle antecedentes y corroborando información entregada por los candidatos a ocupar las diversas carteras. Cuando esas dos personas entregaron al equipo de prensa presidencial la lista, la información voló inmediatamente a La Tercera.
Existió mucha molestia de quienes habían trabajado el proceso de conformación del gabinete y los nuevos ministros. El equipo de prensa que accedió a la lista del nuevo gabinete estaba encabezado por un amigo cercano del Presidente, Felipe Valenzuela, que tenía como mano derecha a la recién llegada Tatiana Klima. Hoy, Valenzuela no está en comunicaciones de Presidencia y Klima es la que controla con mano de hierro dichas comunicaciones e informaciones del Primer Mandatario.
Felipe Valenzuela comenzó siendo jefe de Tatiana Klima, pero, al poco tiempo de asumido el Gobierno, la relación entre ambos se complicó y Valenzuela se refugió en el Segundo Piso de La Moneda, abandonando el trabajo con la prensa, con lo cual Klima asumió en gloria y majestad la compleja tarea de la imagen presidencial.
Periodistas de La Moneda describen así el período en que funcionaba la dupla Valenzuela-Klima: “Existían roces y superposición de labores entre ellos dos que hacían muy difícil el trabajo. Había confusión y demora incluso en las pautas diarias. Por ejemplo, sabíamos que había una actividad, pero no se confirmaba ni se daban detalles hasta muy encima de que ocurriera. Eso entorpecía la pega de todos”, cuentan.
Esta y otro tipo de situaciones hicieron escalar la tensión del día a día dentro de La Moneda. Entonces –según fuentes internas– habría intercedido el propio Jefe de Estado, pidiéndoles esforzarse por el trabajo conjunto. Lo que al parecer no pasó. El punto de inflexión para la salida de Valenzuela habría sido la falta de una estrategia comunicacional clara desde Presidencia para manejar el período previo al plebiscito de salida. “Felipe (Valenzuela) es más estratégico. Klima tiene la práctica”, puntualiza un exfuncionario.
Tatiana Klima estudió periodismo en la Universidad de Temuco y estaba realizando un magíster en Dirección Estratégica de Comunicaciones en la Universidad Adolfo Ibáñez cuando la llamaron del comando de Boric.
Su trabajo en política comenzó haciendo la práctica profesional en el equipo del entonces alcalde Joaquín Lavín (UDI). Alcanzó a trabajar un año con él, cuando entró al comando del entonces candidato Ricardo Lagos Escobar. Durante esa campaña forjó una gran amistad con Nicolás Eyzaguirre, de quien fue su encargada de prensa cuando este asumió a la cabeza del Ministerio de Hacienda (2000-2006). “Lo conocía bien y lo ayudaba harto. Lo acompañaba en los viajes. Lo protegía incluso en temas personales”, recuerda una excompañera. En ese período comienza a forjarse un perfil duro, que no elude la confrontación con tal de lograr lo que ella quiere.
Luego, en el primer Gobierno de Michelle Bachelet formó parte del equipo de prensa de Presidencia que dirigía la periodista Paula Walker, quien recuerda: “Tatiana rápidamente destacó por su proactividad, es bien trabajadora. Tiene una personalidad determinada, lo que suele ser importante para este trabajo. Uno necesita tener a alguien que logre defender los puntos de vista, hacer valer las reglas del juego”, apunta.
“Además, tenía una buena relación con la Presidenta Bachelet, lo que era muy bueno, porque cuando yo no podía ir a una actividad, Tatiana era quien la acompañaba. La Tati era una persona que a la Presidenta le generaba confianza”, añade Walker.
Una excolaboradora cuenta que es “de pocos amigos y la mayoría son periodistas. Tiene un carácter fuerte y frontal, que no pasa desapercibido. Raya en el trato duro, puede ser avasalladora y bien desagradable”, detalla. Otra colega la defiende, “lo que es un atributo en los hombres, en las mujeres pasa a ser una complicación. Esos comentarios son una mirada machista de los liderazgos. El atributo de tener una personalidad fuerte es muy importante para desempeñarse en sus tareas”, sostiene.
Entre los periodistas amigos o cercanos a Klima –según fuentes– están Gloria Faúndez (La Tercera), Angélica Bulnes (Radio T13), Rafael Cavada (CHV), Álvaro Paci (C13) y Andrea Vial, entre otros. Los periodistas asignados en La Moneda o que trabajan cubriendo las actividades del Presidente Boric valoran su claridad ante los temas, “sí es sí y no es no”, subraya una reportera, al mismo tiempo “que peca de exceso de control, y es muy molesto que tenga una especie de alianza con La Tercera, a quien le pasa todas las exclusivas”.
En el segundo mandato de Michelle Bachelet volvió a trabajar con Nicolás Eyzaguirre, cuando asumió como ministro de Educación. Este estuvo un año en dicha cartera y, en el primer cambio de gabinete, cuando sale el entonces ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, Eyzaguirre entra a La Moneda a hacerse cargo del Ministerio Secretaría General de la Presidencia.
Es en ese cambio de cartera ministerial que se produce un quiebre entre el entonces ministro Eyzaguirre y Tatiana Klima, porque no la lleva como su encargada de prensa en la Secretaría General de la Presidencia. “No sé exactamente qué pasó ahí, pero la sacó sin pena ni gloria. Insisto, no sé bien la interna de la historia, pero la Tati se quedó sin pega y él fue poco cuidadoso* [Ver N de R] porque, en vez de llevársela al Ministerio Secretaría General de la Presidencia, no le dijo nada, no le ofreció una salida, simplemente se fue. Y ella había sido muy leal con él, muy cercana. Fue un golpe muy fuerte para ella”, relata una fuente cercana a Klima.
Uno de los temas complejos que le tocó enfrentar a Tatiana Klima cuando entró al comando de la segunda vuelta de Gabriel Boric, fue su trabajo previo en el sector privado como asesora personal del entonces gerente general de Andes Iron, empresa controladora de Minera Dominga, Iván Garrido. El geólogo es considerado el “padre” de Dominga y la labor de Klima habría sido “apoyarlo en el giro estratégico que quería dar al proyecto minero ese año, el que coincide con el estallido social”, de acuerdo con fuentes del sector. La asesoría habría terminado cuando Garrido dejó Andes Iron por diferencias con socios del proyecto, pero Klima habría seguido asesorándolo en otros negocios.
La situación provocó más de un ruido –por su paso por Andes Iron– y fue leída por algunos como una contradicción con la promesa de campaña de Boric de “No a Dominga”. Pero en La Moneda coinciden en señalar que toda esta experiencia de Tatiana Klima en el mundo privado y en los anteriores gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet han sido clave para su rápido ascenso como máxima autoridad de las comunicaciones del Presidente Boric.
En este ascenso han quedado varios en el camino, entre ellos, su primer jefe en el comando, Felipe Valenzuela, que ahora trabaja como un asesor más en el equipo del Segundo Piso que lidera el jefe de gabinete presidencial, Carlos Durán. Preocupa que exista una mejor coordinación con la Secom que dirige Pablo Paredes, con quien Klima no tendría muy buenas relaciones. Sin embargo, todos coinciden en que lo más complejo para Klima, en este segundo año de Gobierno, será lograr construir una estrategia que permita levantar la popularidad del Presidente para, ojalá, acercarla al 40%.
*Nota de Redacción: Este artículo fue corregido con posterioridad a su publicación para cambiar una palabra inapropiada que debió sacarse en la edición y en el cambio la sustituimos por “fue poco cuidadoso”.