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La Sub 20 depende de una hazaña

La Sub 20 depende de una hazaña

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Mostrando todas sus debilidades, la Rojita perdió 3-0 ante Colombia y evitó una goleada mayor gracias al arquero Miguel Vargas. Su último partido será el miércoles ante el anfitrión, Uruguay. Desafío pesadísimo de cara a su intención de clasificar al hexagonal final del Sudamericano.


El duelo entre chilenos y colombianos a nivel Sub 20 ha sido históricamente muy parejo. Ocho victorias para cada uno y cuatro empates.

Es una paridad meritoria para los rojos, dada la habitual superioridad técnica de los cafeteros que, pese a algunos altibajos, siempre son un rival de fuste en esta categoría, al punto de que ostentan tres títulos continentales, el último en Argentina 2013.

Esa vez, Chile venció dos veces a Colombia. En la fase de grupos y en el hexagonal final.

Pero era esa Rojita de Mario Salas muy distinta a esta de Hugo Tocalli. Justamente el equipo de Salas tenía ese tipo virtudes que le permitieron a otras oncenas chilenas doblegar a los colombianos: dinámica, seguridad defensiva, disciplina táctica e individualidades.

Poco tiene de todo aquello esta Sub 20, y así quedó estampado en el estadio Domingo Burgueño, donde los chicos de Tocalli no pudieron imponer sus términos, ni en lo táctico ni en lo creativo.

Respecto de los dos primeros partidos (1-2 contra Brasil y 2—0 sobre Venezuela), Tocalli incluyó al lateral izquierdo Raúl Osorio en vez de Luis Pavez y al volante defensivo Juan Fuentes por Bernardo Cerezo. También dejó afuera al creador Diego Rojas e incluyó a Marcos Bolados.

Durante la primera etapa, Colombia controló el juego gracias a su mejor técnica. Chile no pudo contrarrestar ese dominio y se vio muy permeable en su línea defensiva. Fue habitual que los morenos sobrepasaran el medio campo chileno y enhebraran jugadas de riesgo en el borde del área o desbordaran por el costado izquierdo nacional, donde el extremo Luis Lucumí superó siempre a Osorio.

Una de esas jugadas cerca de la medialuna chilena terminó con un pase rasante de Quiñonez y el ingreso solitario de Santos Borré para batir al excelente Miguel Vargas con un remate bajo.

Iban solo 12 minutos y Colombia ratificaba su absoluta superioridad. Tras el gol hubo un repliegue táctico para esperar a un Chile impotente y salir en contraataque.

Incluso peor en la etapa final

En el segundo tiempo el escenario no cambió. Con el agravante de que los cafeteros encontraron al por mayor espacios para las réplicas, que desperdiciaron tres veces ante el muy buen arquero Vargas, hasta que a los 74 minutos el inefable Lucumí convirtió el segundo gol con remate cerca del palo izquierdo.

Si la Rojita había sido incapaz de crear riesgo alguno estando a un gol de su rival, con esta anotación, se derrumbó. El declive fue anímico, pero también numérico al ser expulsado por doble tarjeta amarilla el volante Sebastián Díaz. Los últimos 15 minutos estuvieron de más. Colombia manejó el balón sin contrapeso buscando una nueva oportunidad. La encontró a los 81′ cuando una desinteligencia del capitán Sebastián Vegas y el arquero Vargas, al cortar un centro bajo, permitió al recién ingresado Juan Otero anotar sin oposición.

Segunda derrota chilena y ahora, con sólo 3 puntos, deberá salir a pelear su última oportunidad de clasificación ante el local Uruguay.

Seguramente la del miércoles será una batalla ante un equipo charrúa que ha demostrado su tradicional garra y potencia.

Con dos jugadores suspendidos -Díaz y Cuevas- el desafío se ve cuesta arriba. Seguramente la Rojita será acorralada por la Celeste, que cuenta con más ímpetu, fuerza y dinámica. Tal vez su única oportunidad será soportar los embates uruguayos y aprovechar un contragolpe. Algo nada fácil pensando en que el juego ofensivo nacional ha sido de lo más feble en estas tres primeras fechas.

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