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El anhelado milagro acabó en un desastre

El anhelado milagro acabó en un desastre

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Era un final predecible, pero nunca tan implacable. La Sub 20 chilena sufrió una humillación aleccionadora ante Uruguay, se fue del torneo sudamericano y obliga a un debate que la ANFP no podrá escabullir si tiene intenciones serias de garantizar una renovación exitosa del fútbol chileno.


A los milagros hay que darles un empujón para que se hagan realidad. Y la realidad anoche en la ciudad de Maldonado es que Uruguay empujó a Chile fuera del Sudamericano Sub 20 con un triunfo rotundo de 6-1, que desnudó todas las debilidades de una Selección Nacional que nunca alcanzó un nivel esperanzador en un año y medio de preparación, etapa plagada de decisiones erróneas.

En su último partido del Grupo B el entrenador Hugo Tocalli intentó cambiar la suerte de este pálido equipo con la inclusión de los talentosos volantes Bryan Carvallo y Diego Rojas, acompañando al goleador José Luis Sierra. Buscaba con ello una profundidad ofensiva inexistente en los tres primeros partidos.

El experimento se quedó en esbozos. Hubo algunos contactos entre Rojas y Carvallo que no cuajaron y que tampoco inquietaron a Uruguay.

Al revés de los chilenos, que a sus falencias endémicas sumaron esta vez un nerviosismo propio de novatos, los charrúas se mostraron siempre seguros de su superioridad.

Con esa confianza y el apoyo de casi 20 mil aficionados asistentes al estadio Domingo Burgueño no necesitaron acorralar a la Rojita contra su arco. Les bastó con detectar los numerosos errores posicionales del entramado defensivo y, a través de jugadas rápidas y punzantes, vulneraron cada vez que quisieron a la Sub 20 chilena.

Tres goles y seis ocasiones fallidas durante la primera etapa dejaron en claro que en Maldonado hubo anoche un solo equipo. Uno que parecía profesional contra otro que semejaba a un puñado de aprendices.

En el segundo tiempo hubo tres goles más y un descuento chileno del central Rodrigo Echeverría. La desorientación nacional fue la misma y el final, una humillación como hace años no sufría un elenco nacional.

La eliminación chilena no da para tristeza. Sí para concluir que el poderío de la selección adulta es un oasis en medio de un desierto que no reverdecerá a menos que la ANFP revierta decisiones erróneas, como la inclusión de siete jugadores extranjeros en los planteles profesionales y la realización de campeonatos juveniles carentes de la competitividad mínima para apurar el desarrollo y la maduración de las jóvenes promesas.

Con esta eliminación inobjetable se hace comprensible que el combinado mayor que dirige Jorge Sampaoli, soslaye a los jugadores del medio local, prefiera a los que juegan en el exterior e incluso se queme las pestañas buscando en su notebook futbolistas nacidos afuera pero con sangre chilena, para que les den lo que los pastos nacionales le niegan.

Hasta ayer la ANFP había respaldado a Tocalli al mando de las selecciones menores. Habrá que ver si tras este desastre esa decisión no tambalea. Viene ahora el desafío superior del Mundial Sub 17 que se jugará este año en Chile.

El combinado nacional conducido por el argentino Alfredo Grelak tampoco evidencia progresos garantes de un desempeño a la altura de lo que todo anfitrión mundialista debe mostrar.

Para no repetir el error cometido con la Sub 20, que pasó por las manos de tres entrenadores, es improbable que la ANFP despida a Tocalli y a todo su equipo. Si es así, entonces dirigencia y cuerpo técnico deberán replantear la preparación para evitar otro papelón.

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