-¿Qué sintió después de la debacle con Uruguay?
-Lo siento por los jugadores. Muchos chicos podrían caer en una desmotivación total, pero tienen que entender que han tenido un tropiezo. Los que se pongan de pie serán los que verdaderamente valen.
–¿Qué responsabilidad le cabe a estos jugadores?
-Cuando estuve a cargo, siempre le dije a mis futbolistas que vestir la camiseta de Chile implicaba una gran responsabilidad. En esa instancia este deporte se convierte en una cuestión de lealtades, porque estás representando a todo un país que te mira y confía en ti.
–En el debut, Chile improvisó con un sistema sin delanteros, ¿qué le pareció?
-Es que puedes jugar sin delanteros, pero para eso tienes que estar preparado y contar con jugadores polifuncionales que se sumen al ataque. Mis equipos, por ejemplo, jugaban con un solo punta, pero los volantes llegaban. A Brasil se le respetó demasiado porque tiene jugadores que valen no sé cuántos millones, pero al final hemos visto que tampoco en una gran maravilla.
–¿Qué balance se puede hacer después de la participación de Chile en el Sudamericano?
-Fue una actuación de lo peor en todos los partidos, porque ni siquiera fue bueno lo que se hizo ante Venezuela, a pesar del triunfo. Nunca tuvimos una idea clara de juego. Hubo un descontrol tremendo, y fuimos sobrepasados física, sicológica y futbolísticamente. Es una desgracia, porque perdimos una buena oportunidad de llegar a un Mundial, Juegos Olímpicos y el Panamericano. Pero hay que ir más allá.
-¿A qué se refiere?
–Decían que tuvieron pocos partidos de preparación y no fue así. Hubo cambio de entrenadores y eso te indica que había confusión.
–¿Cuándo comenzaron los problemas?
-Cuando salió Mario Salas. Era el único entrenador que había retomado el camino después de nosotros. Entre medio hubo dos fracasos. Salas retomó la senda a empujones, porque en Argentina clasificó con lo justo, pero clasificó y jugando bien. Después de su salida se volvió a perder el camino.
–¿Quiénes son los principales responsables de esta crisis?
-Nadie toca a los dirigentes. Y el fútbol chileno está decayendo por ellos. Me parece que son los grandes responsables. Ahora están desarmando las competencias juveniles, buscando el mismo centralismo que había antes. Ellos además han colaborado para la pérdida del patriotismo en la Selección. Hemos perdido todo, hasta el nacionalismo. Para estar en el cargo de entrenador hay que conocerlo todo: la idiosincrasia del chileno, las fortalezas, las debilidades, y eso no lo han entendido. Ahora hasta se buscan juveniles en el extranjero.
-¿Y Sergio Jadue?
–Busca notoriedad. Y le ha ido bien, pues ahora es un dirigente importante en la Conmebol. Eso buscan. Son personas con dinero, con cierto estatus, que persiguen figuración en el fútbol. Pero más allá de Jadue, en general los dirigentes de las sociedades anónimas le están haciendo un mal muy grande al fútbol chileno, porque están usando a la gente. Si no cambian vamos a dar varios pasos hacia atrás.
–Usted tenía una muy buena relación con Hugo Tocalli, ¿conversó con él en este proceso?
-Nunca me llamó y creo que hubiese sido importante compartir mi experiencia. Una vez lo fui a saludar, pero nunca más me habló. Siempre habíamos conversado cuando él dirigía a Argentina y yo a la Rojita. Nos juntábamos a cenar en los torneos y compartíamos ideas. De hecho en una entrevista dijo que le había sorprendido la dinámica de Chile. Me da pena que no me hayan preguntado absolutamente nada.
–Antes de viajar, Tocalli dijo que sería difícil el Sudamericano por los rivales y porque el calendario no nos favorecía. ¿Qué le pareció?
–Me extrañó que lo haya dicho Tocalli. Todos sabemos que se juega día por medio. En Paraguay me pasó lo mismo y, a pesar de haber perdido con los anfitriones y con Brasil, jugando día por medio pudimos clasificar a la siguiente fase. Acá tienes que tener claro que se puede jugar con frío, con calor, con lluvia, en cancha buena, en cancha mala, en pasto sintético. No hay excusas en estos niveles.
–¿Tiene que renunciar?
-Es un hombre grande, con experiencia. Debe tener la fortaleza de saber qué quiere y hacia dónde va. Yo no le voy a pedir que renuncie.
-¿Quién debería hacerse cargo de las divisiones menores?
–Un técnico nacional, alguien que esté bien metido, que conozca, que recorra, que busque jugadores. Mientras estuve a cargo no esperaba que llegaran, yo los buscaba. Cuando dirigí a la Sub 15 tenía a futbolistas que hoy están en Primera División, incluso a Felipe Gutiérrez, que está en Holanda.
–¿Por qué abandonó su cargo después del tercer lugar en Canadá?
-Harold Mayne-Nicholls me sacó, seguramente porque había llegado en el período de Reinaldo Sánchez. A Harold le molestaba todo, incluso cuando yo decía “mi Selección”… A Canadá viajé sin contrato, porque quería terminar un proceso que había comenzado. Me lo merecía.
-¿Volvería a trabajar en las selecciones menores de Chile?
-Por las actividades que tengo actualmente no podría, pero sí estoy dispuesto a colaborar. A compartir mi conocimiento y aportar con asesorías. Si se acercan a hablar conmigo no tengo problema en dar a conocer mi experiencia, pero existe mucha envidia, mucho chaqueteo, por eso no se hace. Cuando estuve a cargo fui a buscar a los jugadores uno por uno. Conozco del tema y ese conocimiento es valioso.
–¿Y trabajaría con Jadue?
–Sí, y es que el fútbol chileno está por sobre las personas. Está por sobre cualquier dirigente.
–¿Qué le parece que se diga que sus procesos estuvieron acompañados de muy buenas generaciones de futbolistas?
–Por eso me carga la palabra generación, porque la usan para intentar echarte para abajo. Fui campeón con Cobreloa casi invicto. Clasifiqué a Coquimbo a Copa Libertadores. Fui a dos mundiales sub 20 y en uno fui tercero. Y eso lo conseguí con trabajo. Parte de la prensa comprometida no lo reconoce, pero lo que más me importa es que la gente sí valora lo que hice y me lo agradecen.