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Análisis: Un arbitraje con pocos reproches y sin elogios

Análisis: Un arbitraje con pocos reproches y sin elogios

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El venezolano José Argote dejó sin sanción una posición adelantada en el primer gol chileno y después anuló un gol legítimo que podía liquidar prematuramente el partido. La expulsión de Carlos Zambrano fue inapelable.


Se quejaron amargamente los peruanos por una posición adelantada de Eduardo Vargas en el primer gol chileno, pero se alegraron sin demostraciones cuando se le anuló un gol legítimo al propio Vargas cuando comenzaba el segundo tiempo.

Fueron los dos errores más serios que cometió el árbitro venezolano José Argote en un partido que no parecía muy propicio para un referee sin grandes antecedentes. En ambos casos, sin embargo, las equivocaciones fueron inducidas por sus ayudantes.

La mayor crítica que se le puede hacer al juez es su pasividad frente a jugadas en las que pudo mostrar tarjetas amarillas. Fueron muchas las infracciones sobre Paolo Guerrero, por ejemplo, y esa reiteración no tuvo castigo. Al otro lado, también hubo maniobras que merecían al menos una amonestación, y no la hubo.

En lo que estuvo perfecto Argote fue en la expulsión de Carlos Zambrano, el acelerado central peruano. Apenas iniciado el encuentro, tuvo una refriega con Arturo Vidal, y el árbitro prefirió la reconvención verbal. Después le mostró amarilla por una falta violenta contra Alexis Sánchez y no pudo esconder la roja cuando pateó en la espalda a Charles Aránguiz.

Decretó solamente un minuto de alargue al terminar el primer tiempo, muy escaso para tanta interrupción y para las demoras en reanudar el juego por parte de los incaicos.Hubo un rato en que cobró apenas un jugador caía, sin esperar el destino de la jugada, pero tal vez eso se deba a su manera de arbitrar, más que a su incapacidad.
Pero, en general, se puede decir que su arbitraje no tuvo nada muy reprochable. Ni el elogio.

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