La situación económica que afectaba a los “Lilas” fue lo que gatilló a la ANFP a desafiliar al histórico combinado penquista.
“Es un día triste para el fútbol”. Así calificaba el secretario general de la ANFP, Sebastián Moreno, la desafiliación de Deportes Concepción. El cuadro “lila” abandona años en el profesionalismo para pasar a jugar en el fútbol amateur, lugar conocido para ellos, ya que pasaron por ahí el 2006. En ese entonces, los problemas financieros mandaron a Tercera División al “León de Collao”. Fue un presagio de lo que vendría en el futuro.
El panorama ahora es peor. Luego de conocerse el dictamen del Consejo de Presidentes – 38 votos a favor de la desafiliación, 3 en contra y 4 abstenciones – el club pasará a jugar a la Tercera División B, la quinta categoría del fútbol chileno. Las razones que esgrimió la ANFP para tomar tal decisión fueron financieras.
En la “era Jadue”, la ANFP le prestó 2.000 millones de pesos al club. Sin embargo, la negligencia de los últimos controladores de Deportes Concepción detonó la paupérrima condición económica en la que se encontraba el cuadro penquista. Los “Lilas” adeudaban 1.800 millones de pesos, cifra detallada entre pagos a la ANFP, préstamos de bancos y pagos a terceros. Por culpa del préstamo recibido, el elenco del sur sólo recibía 2 millones de los 40 que le correspondían por concepto de CDF.
Otros 100 millones estaban destinados al pago de los sueldos del plantel, pero éstos no fueron cancelados. La ANFP, por medio de platas del CDF, tuvo que hacerse cargo de la totalidad de los meses adeudados para que el fútbol chileno no se fuera a paro.
Además, según un comunicado de la ANFP, en los pre-informes de la auditoría forense aparecieron antecedentes que revisten las características de delitos.
Razones más que suficientes para que el máximo ente del fútbol chileno haya decidido la desafiliación de un cuadro al que venían vigilando desde hace tiempo. Sus hinchas se niegan a aceptar la determinación pero aclaran que “león herido ruge más fuerte”.