Les acusa de «terrorismo cibernético» y «electromagnético» con el apoyo de Estados Unidos. Aun así confía en «México, Bolivia, Uruguay y el Caribe» para establecer «una mesa de diálogo» que resuelva la crisis en el país.
«Hemos descubierto nuevas fuentes de ataque desde Chile, desde Colombia (han) efectuado ataques cibernéticos apoyados por el gobierno de Estados Unidos para dañarle el sistema eléctrico al pueblo de Venezuela», dijo el presidente venezolano Nicolás Maduro este sábado (06.04.2019) ante una multitud a las afueras del palacio presidencial de Miraflores.
El mandatario culpó a Estados Unidos de articular vía remota un ataque «cibernético» y «electromagnético» a la central hidroeléctrica de Guri, que aporta el 80% de la energía al país, el pasado 7 de marzo. Esta vez afirmó que investigaciones arrojaron la «introducción de virus en los sistemas eléctricos de Venezuela, en los sistemas computarizados, virus que apuntan a otras fuentes de ataque». Sin embargo, expertos advierten que el colapso eléctrico es resultado de corrupción, falta de mantenimiento a la infraestructura e impericia.
«Han recurrido al terrorismo cibernético, al terrorismo electromagnético con las líneas de transmisión», reiteró Maduro, bajo cuya gestión Venezuela cayó en la peor crisis de su historia reciente. «Estamos en una verdadera emergencia eléctrica, en una verdadera emergencia nacional», subrayó Maduro. En ese sentido, hizo un llamado a América Latina, Europa, África y Asia para que «reclamen» el cese de las «agresiones» de EE.UU. contra Venezuela. «¡Basta ya de agresiones de Donald Trump contra el pueblo de Venezuela!», pidió.
«Pongamos sobre la mesa todas la cartas, cesen los ataques terroristas y las emboscadas, y con el acompañamiento de México, Bolivia, Uruguay y el Caribe, Venezuela puede instalar más temprano que tarde una mesa de diálogo con todos los sectores», añadió Maduro, durante una nueva jornada de movilizaciones en la que el opositor Juan Guaidó, reconocido por decenas de países como presidente interino, elevó la presión en su contra. Este se niega, además, a cualquier «falso diálogo» por considerar que sería una oportunidad para que Maduro gane tiempo.
«Venezuela pide apoyo y acompañamiento para un gran diálogo de paz, de entendimiento», afirmó el gobernante socialista, quien reiteradamente se muestra proclive a conversar con sus adversarios. El 7 de febrero se conformó el Grupo de Contacto Internacional con países europeos y latinoamericanos, que busca una resolución pacífica al pulso por el poder, pero exige que la negociación conduzca a «elecciones presidenciales libres y transparentes», por lo que México se desligó de esta mediación.