Asimismo, la ministra de Energía, Susana Jiménez, anunció el ingreso de un proyecto de ley para rebajar la rentabilidad de las distribuidoras eléctricas, otro flanco de críticas para el sector.
En un vuelco ante la oleada de críticas políticas y ciudadanas, desde el ministerio de Energía se anunció este miércoles que el recambio de medidores será voluntario y no obligatorio.
Esto se materializará a través de una modificación a la norma eléctrica de distribución, la cual establece que ahora dependerá de cada residente si se quiere hacer efectivo el cambio de medidores antiguos por dispositivos inteligentes, teniendo un plazo de siete a nueve años para generar el recambio.
«Como Gobierno hemos resuelto que el recambio de medidores será voluntario para las personas, esto se hará por medio de una modificación de la norma técnica de calidad de servicio, en la cual se va a establecer esta voluntariedad de los hogares para el recambio», dijo la ministra, al dar el anuncio junto al ministro secretario general de la Presidencia, Gonzalo Blumel, y parlamentarios y jefes de bancada de Chile Vamos.
Jiménez precisó además que “la responsabilidad del cambio se mantendrá en las empresas, sin perjuicio de que la aceptación por parte de los clientes será voluntaria”.
Cabe recordar que la iniciativa en un principio contemplaba una inversión de mil millones de dólares, que no era asumida por las empresas eléctricas distribuidoras del servicio, sino que por los propios usuarios. Asimismo, planteaba la expropiación de medidores sin ningún tipo de compensación o indemnización hacia el cliente.
Pese a que el cambio de medidores de definió ahora como voluntario, desde la cartera se precisó que se mantiene el compromiso por parte de Enel, Chilquinta y Saesa, de entregar una compensación de 10 mil pesos a todos aquellos voluntarios que quieran cambiar sus aparatos antiguos.
“Todos estos cambios se proponen con el objetivo de mejorar la calidad del servicio, reducir los costos de la energía para los chilenos y cuidar nuestro medio ambiente”, explicó la ministra.
Junto al anuncio sobre los medidores, la ministra también anunció que se enviará un proyecto de ley donde se revisará la baja rentabilidad de las distribuidoras, que actualmente marca un 10%. La idea es asimilar dicha rentabilidad a otros sectores regulados, con un piso de 6%.
“Con ello queremos dar garantías de que la energía sea accesible al precio más económico posible, a las más baja tarifa, y con la mayor calidad, compatibilizando lo que es una mejora tecnológica que vaya en pro de un mejor servicio de suministro eléctrico”, afirmó.
Con estos anuncios, el Gobierno busca superar uno de sus flancos más polémicos, que afectó en su aprobación ciudadana, sobre todo tras las declaraciones del Presidente Sebastián Piñera, quien, en marzo pasado dijo que “en función del costo de una empresa modelo, eficiente, se calcula la tarifa al usuario y, por tanto, el usuario paga todo”.
Las desafortunadas palabras del mandatario influyeron directamente en la encuesta Cadem de dicho mes, ya que el mandatario cayó radicalmente en su porcentaje de respaldo llegando a un 37%.
Una criticada propuesta que ha convulsionado a La Moneda, pero también a la labor de la ministra Jiménez, quien ha sido un continuo blanco de las críticas en torno al proyecto, e incluso el senador RN Manuel José Ossandón pidió su salida.