Al menos un 40% de los peruanos no ha cumplido las restricciones en zonas cercanas a los mercados y centros comerciales.
Perú se acercó este jueves a los 60.000 casos detectados y superó los 1.600 muertos por la epidemia del COVID-19, mientras que el gobierno aceptó que existe un gran desacato a las restricciones de la cuarentena impuesta hace 53 días en el país.
El reporte oficial del Ministerio de Salud (Minsa) mantuvo en unos 3.700 los nuevos casos detectados diariamente durante esta semana, en la escalada más intensa de la enfermedad desde que se informó del primer caso el pasado 6 de marzo.
Por su parte, el presidente Martín Vizcarra suspendió por segundo día consecutivo su habitual rueda de prensa para reunirse con miembros del Ejecutivo y expertos, a fin de decidir las medidas que se tomarán a partir del próximo lunes, cuando debe culminar la cuarentena.
Tras supervisar un operativo de control policial en las calles, el ministro del Interior, Gastón Rodríguez, admitió que en muchos lugares del país se ha «relajado» el acatamiento de las restricciones, que incluyen el aislamiento ciudadano y el toque de queda, y que se observa un mayor número de personas y vehículos.
El Minsa señaló que Perú llegó a los 58.526 casos de COVID-19, tras detectar 3.709 más en las últimas horas, lo que mantuvo en un promedio de 7% el incremento diario de la enfermedad, con una gran prevalencia entre los hombres, que son el 61,4% de los infectados.
La cifra de fallecidos también subió en 94, con lo que el total llegó a 1.627, mientras que los nuevos hospitalizados fueron 254 hasta llegar a 5.980, de los cuales 722 están en unidades de cuidados intensivos (UCI).
Entretanto, el Congreso aceptó este jueves por mayoría la renuncia de la vicepresidenta peruana, Mercedes Aráoz, siete meses después de que ella presentara su carta de dimisión en medio de una crisis política.
Aráoz es una economista de 58 años que pasó de aliada a adversaria de Vizcarra. Fue segunda vicepresidenta del Perú hasta que Vizcarra asumió como primer mandatario tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) hace dos años, en medio de un escándalo de corrupción.