A fines de mayo, el tío del presidente Sebastián Piñera fue internado de manera preventiva en la Clínica UC San Carlos de Apoquindo, luego que se registrara un brote de coronavirus en el hogar de ancianos en el que residía.
Este domingo falleció el exarzobispo de La Serena y tío del actual Presidente, Bernardino Piñera, a los 104 años.
La noticia fue confirmada por la vocera Karla Rubilar, quien sostuvo que «fue un hombre dedicado a la vida pública y al sacerdocio».
Rubilar comentó que Bernardino Piñera había superado el Covid-19 luego que se conociera que estuvo hospitalizado de forma preventiva, tras detectarse un brote de coronavirus en el hogar de ancianos donde residía.
«Había superado efectivamente el Covid-19, no obstante de eso ya tenía avanzada edad y enviamos las más profundas condolencias a su familia», dijo Karla Rubilar a la prensa desde La Moneda.
«Sus funerales se realizarán en forma privada», informó la familia Chadwick Piñera y Piñera Echenique en un comunicad. «Agradecemos enormemente todas las muestras de preocupación, cariño y afecto a la familia. Especialmente el respeto para permitirnos vivir esta perdida de manera íntima. Nos consuela saber que descansa junto a los brazos del Señor», añadieron.
Cabe mencionar que el religioso fue ordenado sacerdote en 1947 y se desempeñó como obispo de Temuco (1960-1977) y arzobispo de La Serena (1983 y 1990), lo que le valió el título de emérito, además de ser presidente de la Conferencia Episcopal (1984-1988).
Bernardino Piñera estaba siendo investigado por el Vaticano luego de haber recibido una denuncia en agosto de 2019 por abuso sexual contra un menor de edad hace más de 50 años. El religioso además contaba con una acusación previa por encubrimiento a su sucesor en La Serena, el exarzobispo Francisco José Cox, por abuso sexual.
Nació como el tercer hijo de la familia Piñera Carvallo – en París en 1915 en plena Primera Guerra Mundial. Allá hizo sus estudios en el Liceo Publico Janson de Sailly. En 1932 la familia regresa al país y el ingresa estudiar medicina a la Universidad Católica y luego se especializó en fisiología en Estados Unidos.
De vuelta nuevamente en Chile en 1942 (en medio de la Segunda Guerra) es contratado por la Facultad de Medicina de la UC, pero surge su vocación religiosa el llamado del Señor. Entonces, abandona la medicina y entra al Seminario Diocesano de Santiago. En 1947, el cardenal Caro lo ordena sacerdote. Entonces colabora en la creación del Hogar de la Empleada de casa particular y en la Acción Católica, donde trabajó con el padre Hurtado. Fue también asesor de la juventud Católica Femenina.
En 1958, el papa Pío XII lo nombra obispo auxiliar de Talca. Ahí trabajo codo a codo con monseñor Manuel Larraín hasta 1960 en que el Papa Juan XIIII lo nombra obispo de Temuco. Fueron 17 felices años en la Araucanía creando comunidades de bases y con j intenso trabajo pastoral para atender y acoger las necesidades y dolores de la feligresía.
Más allá de sus labores de pastor en su diócesis, le correspondió Participar del Concilio Vaticano II (1962-1965), y de la II y III Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) en Medellín en 1968 y en Puebla en 1979.
Entre 1977 y 1983 fue nombrado por el papa Paulo VI como Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile. Y en 1983, El papa Juan Pablo II lo designa adiós pío de La Serena, de donde provenía su familia paterna. Simultáneamente, entre 1984 y 1987 se desempeñó como presidente de la Conferencia Episcopal de Chile. Y como tal, le correspondió – junto a sus hermanos obispos- organizado la visita de Juan Pablo II a Nuestro país.
En 1990, al cumplir 75 años, renunció ante el santo padre como arzobispo de La Serena y se fue a vivir – junto a Los padres franciscanos- en el convento de la Alameda. De niño (su padre le transmitió esa devoción) fue un fiel seguidor de San Francisco.Fuera ya de sus obligaciones eclesiales formales y habiendo sido siempre un gran lector, vino el tiempo de escribir. Son obras suyas “El Reencantamiento de la Vida” y “La Oferta de la Fe”, dos libros de un hombre de iglesia abierto con mucha humanidad a los tiempos contemporáneos. En estos años de jubileo, también fue parte activa de la Academia Chilena de Ciencias.
Ya entrado el siglo XXI, deja -por un tiempo- pues siempre soñó con volver a esa querida comunidad tras su partida de este mundo, fue generosamente invitado por las religiosas españolas a vivir en el hogar de Ancianos de las Hermanitas de los Pobres, en la Avenida San Pablo. Ahí, tras una fecunda vida y siendo el obispo vivo más longevo del mundo, encontró el llamado del Padre a los 104 años.