La tasa de desocupación del trimestre marzo-mayo representa un incremento de 4 puntos porcentuales respecto a igual período del año anterior. La reducción de los ocupados fue influida por las caídas en los sectores más golpeados por la pandemia, como comercio (-19,4%), alojamiento y servicios de comida (-42,4%) y construcción (-23,1%)
Las proyecciones más preocupantes en materia de desempleo producto de la pandemia se están haciendo realidad, porque este martes, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que en el trimestre marzo-mayo de 2020 la tasa de desocupación alcanzó 11,2%.
Se trata de la cifra más alta en toda la serie desde 2010, y representa un incremento de 4 puntos porcentuales en doce meses
A nivel regional, se destaca la Región Metropolitana, en donde la tasa de desocupación del trimestre marzo-mayo de 2020 fue 11,9%, expandiéndose 4,5 pp. en doce meses. El alza del indicador fue influida por el retroceso de la fuerza de trabajo (-10,6%), vinculada a la contracción de 15,0% de los ocupados. En tanto, los desocupados aumentaron 43,6%, impulsados por los cesantes.
De acuerdo a la información recogida por la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), los desocupados crecieron 35,1%, incididos únicamente por los cesantes (44,3%).
La tasa de desocupación ajustada estacionalmente fue 11,0%, siendo 2,0 pp. superior a la del trimestre móvil anterior, como consecuencia del decrecimiento de la fuerza de trabajo (-7,4%) y la contracción de los ocupados (-9,4%).
En doce meses, las tasas de participación y ocupación se situaron en 53,6% y 47,6%, contrayéndose 9,2 pp. y 10,6 pp., en cada caso y registrando los niveles más bajos de toda la serie, añade el informe.
En tanto, la población fuera de la fuerza de trabajo aumentó 27,4%, influida por personas que en su mayoría no estaban buscando un empleo, pero estaban disponibles para trabajar, conformando la denominada fuerza de trabajo potencial.
Este mayor tránsito hacia la inactividad se debería a las restricciones de movilidad por la pandemia de COVID-19, lo que ha implicado que las presiones sobre el mercado laboral (alza de la desocupación) sean menores, explica el INE.
La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial alcanzó 28,1%, con un aumento de 14,5 pp. en el período. En los hombres se situó en 24,5% y en las mujeres en 32,7%.
Los ocupados totales tuvieron una disminución de 16,5%, incidida tanto por las mujeres (-19,8%) como por los hombres (-14,1%). Por su parte, los ocupados ausentes, que representan el 15,4% del total de ocupados, aumentaron 149,8%, equivalente a 689.278 personas. Los trabajadores acogidos a la Ley de Protección al Empleo se encuentran en esta categoría, aclaró el INE.
La reducción de los ocupados fue influida por comercio (-19,4%), alojamiento y servicios de comida (-42,4%) y construcción (-23,1%), sectores fuertemente impactados por la contingencia nacional que ha impedido el normal desarrollo de las actividades económicas.
En tanto que por categoría ocupacional, los mayores retrocesos se observaron en los trabajadores por cuenta propia (-29,5%) y los asalariados formales (-8,4%).
La tasa de ocupación informal se situó en 23,5%, con un retroceso de 3,9 pp. en doce meses.
En doce meses, el volumen de trabajo, medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por los ocupados descendió 27,0%. De igual modo, el promedio de horas trabajadas decreció 12,5%, llegando a 33,6 horas.