Si bien indicaron que «nuestro ejercicio no incorpora eventuales efectos financieros relevantes», y que el costo fiscal de US$6 mil millones que el Gobierno estima que tendría permitir el retiro sería «compensado parcialmente en el corto plazo» por la recaudación de IVA, la entidad señaló que el proyecto provocaría un «positivo y material impacto» sobre la actividad económica.
Este jueves Scotiabank dio a conocer una cuantificación preliminar respecto al impacto que tendría sobre el PIB nacional el proyecto que permite a afiliados retirar el 10% de sus fondos de pensiones.
Al respecto, indicaron que la inyección a consumo neto que esto provocaría tendría un efecto positivo de alrededor de 3% en el crecimiento del país.
Si bien indicaron que «nuestro ejercicio no incorpora eventuales efectos financieros relevantes», y que el costo fiscal de US$6 mil millones que el Gobierno estima que tendría permitir el retiro sería «compensado parcialmente en el corto plazo» por la recaudación de IVA, la entidad señaló que el proyecto provocaría un «positivo y material impacto» sobre la actividad económica.
Esto llevaría a «un sesgo al alza importante en el crecimiento del PIB al corto plazo. Los efectos de mediano plazo deben posteriormente ser analizado». Acá calcularon tres escenarios, siendo su «favorito» uno que proyecta una inyección neta a consumo de US$10 mil millones.
«Si la inyección neta de pre-pago de deudas y ahorro es de US$10 mil millones, el impacto en el PIB se ubica entre 3 y 3,5%. Es decir, si se esperaba que la economía se contrajera 7% el 2020, al incorporar esta inyección neta por ese monto durante lo que resta del año, la economía terminaría con una contracción más cercana al 4%», aseguran.
«Estas estimaciones son preliminares, pues debemos esperar el detalle del proyecto, y también el comportamiento de las personas en el retiro de fondos y perfil de gasto», explican. Esta fuerte inversión afectará positivamente al sector comercio, y también alcanzará a la banca y a la recaudación del IVA.
Scotiabank explicó que existen varios «canales de transmisión que deben ser considerados para este ejercicio», exponiendo que «parte de la inyección de recursos a las personas será consumida en bienes transables y otra en bienes no transables y, en ambos, entre bienes durables y no durables. Ambos con distinto valor agregado, y una proporción también llevará a disminución de existencias y aumento de importaciones».
El impacto del consumo en servicios será menor, ya que aún están «presentes medidas de aislamiento y cuarentena», aunque afirman que «podría intensificarse una vez que la reapertura de la economía comience».
También, señaló, «debemos considerar que otra parte de la inyección de liquidez se utilizará para pre-pagar deudas, lo que también debemos mirar con cautela dado que ha ocurrido un significativo desapalancamiento de los hogares y, adicionalmente, tenemos una postergación bastante relevante de los dividendos dadas las facilidades entregadas por la banca y el regulador para aquello».
«Por último, también es esperable que una proporción de los afiliados (de mayores ingresos) opte por ahorrar parte de los recursos, utilizando además los beneficios tributarios que esta estrategia permitiría», finaliza el informe.