Olof Palme fue especialmente reconocido por su papel en la política exterior, marcada por tres directrices: la defensa del pacifismo, el cumplimiento de los derechos humanos y el compromiso con los estados del Tercer Mundo.
Por 32 votos a favor, se aprobó la iniciativa que autoriza la construcción de un monumento en la comuna de Santiago, en homenaje al fallecido ciudadano sueco Olof Palme, el texto del proyecto destacaba la necesidad de reconocer su enorme conciencia y compromiso social así como «su ejemplo de fortaleza por defender los derechos humanos en todo el mundo, que han alzado a su persona un reconocimiento sin fronteras por su incansable lucha por la dignidad humana y el respeto por los derechos fundamentales».
El diputado del PPD, Tucapel Jiménez, uno de los impulsores de la iniciativa asegura que “este es el mínimo reconocimiento que le podemos hacer a una persona que salvó y ayudo a tantos chilenos, en momentos complejos de nuestra historia. Estoy muy contento de la aprobación por unanimidad, ya que con esto enaltecemos la figura de Olof Palme y reconocemos a aquellos que apoyan la democracia y los derechos humanos en todo el mundo”.
Para el presidente de la Fundación Socialdemócrata Juan Eduardo Faúndez, organización que acompaño y apoyó el desarrollo de esta iniciativa, señalo que “la aprobación de esta iniciativa es en parte una forma de retribuir lo que Olof Palme y el pueblo sueco hicieron por Chile y su gente en tiempos complejos, a su vez, para nosotros es de vital importancia destacar a este líder socialdemócrata mundial, en momentos que Chile define su futuro, creemos que sus ideas socialdemócratas deben destacarse ya que Chile requiere a la brevedad instalar un Estado de Bienestar en donde la justicia social e igualdad deben tener un papel preponderante en el nuevo Chile, por esto nuestra satisfacción como fundación que este hito simbólico del monumento se haya aprobado.
Olof Palme fue especialmente reconocido por su papel en la política exterior, marcada por tres directrices: la defensa del pacifismo, el cumplimiento de los derechos humanos y el compromiso con los estados del Tercer Mundo.
En lo político impulso la mirada socialdemócrata, siendo primer ministro llevo a Suecia a cotas inéditas de bienestar y a un protagonismo insólito del país en la escena mundial en la segunda mitad del siglo XX. Fortaleció el Estado de Bienestar, su modelo hacía compatible la economía de mercado con una fuerte influencia del estado como ente mitigador de desigualdades y generador de oportunidades y desarrollo. Olof Palme señalo que su objetivo no era acabar con los ricos, sino con la pobreza. “Lo demás es una sociedad de egoísmo y codazos”.