De acuerdo a los detalles dados a conocer por el fiscal Nelson Moreno, el suceso ocurrió el pasado 19 de octubre de 2019, en una protesta en la que participaba la víctima, Luis Jiménez. «Alrededor de las 22.00 horas, (Martínez) junto con personal a su cargo, pretendió dispersar a un grupo de cerca de 30 personas que había arrancado la reja del bandejón central e instalado una barricada» [ACTUALIZADA]
El juez de Garantía de Temuco determinó que el arresto domiciliario nocturno desde las 22:00 hasta las 6:00, prohibición de salir del país y prohibición de acercarse a la víctima para Manuel Martínez, teniente coronel de Carabineros acusado de causar lesiones graves y gravísimas a un joven que recibió un impacto de perdigón en su ojo derecho durante las protestas del estallido social.
De acuerdo a los detalles dados a conocer por el fiscal Nelson Moreno y consignados por La Tercera, el suceso ocurrió el pasado 19 de octubre de 2019, en una protesta en la que participaba la víctima, Luis Jiménez. «Alrededor de las 22.00 horas, (Martínez) junto con personal a su cargo, pretendió dispersar a un grupo de cerca de 30 personas que había arrancado la reja del bandejón central e instalado una barricada».
Luego que llegaran los funcionarios, algunas personas «comenzaron a lanzar objetos contundentes contra de los efectivos policiales», dijo el fiscal Moreno. Luego, Martínez usó su escopeta para disparar tres veces «apuntado al tercio superior del cuerpo (del joven), mientras él se encontraba aislado del grupo».
El persecutor consideró que no «concurría ninguna circunstancia que justificara el uso del arma ni la manera en que ésta fue empleada». Tras ello, la víctima resultó gravemente herida, terminando con la pérdida total de la visión en su ojo derecho.
El fiscal aseguró que a la víctima «no se le señala que haya mantenido un objeto contundente o que haya intentado agredir a un funcionario. Sólo se señala que participa activamente de estos desórdenes públicos, que trataría de instalar una barricada y, en un grupo de personas, lanzar piedras a un grupo de carabineros. Por eso se produce su detención».
La participación del funcionario de Carabineros quedó acreditada «haciendo la vinculación de estos antecedentes con la declaración de los dos funcionarios que lo acompañaban y que señalan que disparó tres veces contra el individuo; la declaración posterior de uno de los funcionarios y también está la vinculación en torno al objeto que se extrajo de la víctima que corresponde a un perdigón del tipo que utiliza Carabineros, además de pericias que dan cuenta del tipo de perdigón y condiciones que se encontraba el arma».
Por otra parte, el fiscal señaló que «él realiza tres disparos directos contra un individuo en conocimiento de los informes que señalan que un disparo sobre el tercio superior del cuerpo tiene alta probabilidad de un estallido ocular».
Además se refirió a la conducta que tuvo Martínez posteriormente, señalando que «no dice que lo vayan a auxiliar (a Jiménez), le dice a los dos funcionarios que lo vayan a detener a pesar del estado de salud en que se encontraba la víctima».
Con todos estos antecedentes, se pidió que el oficial de la institución quede en prisión preventiva mientras dure la investigación, pues el fiscal considera que «la libertad del imputado constituye un peligro para la seguridad de la sociedad y también está vinculado con un peligro de reiteración de conducta de similar naturaleza».
Sin embargo, el juez consideró que existían antecedentes contradictorios respecto a los hecho ocurridos esa jornada. «No es posible concluir que el imputado de forma dolosa haya disparado exclusivamente en su contra con la intención de lesionarlo», señaló.
En ese sentido, en referencia al sumario de la institución, presentado por la defensa, sostuvo que «se da cuenta que la alteración del orden público era grave y que habían seis funcionarios policiales disputando el control de la vía pública contra un turba de primero 150 personas y luego de 30, y que hubo utilización progresiva del uso de la fuerza». Dijo también que no «está del todo claro que el funcionario haya apuntado directamente contra el tercio superior del cuerpo de la víctima».