El ensayo de Iván Poduje tiene mérito, propuestas y sobre todo caminos de respuesta a un misterio aún sin resolver: quién alentó la evasión y vandalización de 27 estaciones del Metro y el incendio y destrucción total de 7 de ellas el 18 de octubre de 2019. Conclusión: «7 Kabezas» merece lectura detenida y profunda, aunque difícilmente los hípsters, los populistas, los secundarios radicales y todos los bomberos sin más causa que ellos mismos le reconozcan mérito alguno.
Pelaban en redes sociales al arquitecto, académico y columnista Iván Poduje porque su texto “7 Kabezas: Crónica Urbana del Estallido Social” (Uqbar Ediciones) figuraba en la lista de los mejores ensayos publicados este año. Decían que tenía tres votos y que todos eran de otros columnistas del mismo diario que hacía el recuento y donde todos escriben.
Mezquino juicio, como suele ser todo lo que circula en redes. Pero comprensible, porque Poduje ha sido implacable para criticar a los que llaman con un requiebro emocionado en la voz “Plaza de la Dignidad” a la Plaza Italia o Baquedano, avalando la violencia y la destrucción en la llamada Zona Cero.
En el último tramo de su ensayo, donde identifica a las 7 Kabezas de este dragón apocalíptico que convirtió a sectores de Santiago en una ciudad distópica, escribe: “Las periferias segregadas que por años debieron moverse a otras comunas para comprar electrodomésticos o ropa a más bajo precio en los supermercados, posiblemente pierdan algunos de estos locales además de los empleos que estos generaban, y que los estratos sociales altos de la cultura caviar siempre han detestado al optar por sus bicicletas y almacenes del tipo Barrio Italia».
“Este grupo, junto a parte del mundo de la cultura y las artes, es la sexta cabeza del monstruo. La cabeza vanidosa que siempre se mantuvo en la segunda línea, creando un trasfondo cultural a todo lo que estaba pasando, incluyendo la violencia demencial que dejó sin Metro a la ciudad».
“Son los que comparaban las heridas de los manifestantes con los daños en edificios e infraestructura para minimizarlo todo y justificar cualquier barbaridad…”.
Con estos juicios es comprensible que muchos quieran desollar vivo a su autor, un tipo muy alto, pálido y de talante tranquilo, que a partir del mismo 18 de octubre se lanzó a las calles, a los barrios, plano de la ciudad en mano, para tratar de entender por qué ensañarse con el Metro que desde su origen había sido símbolo de modernidad, democracia y eficiencia. Él lo explica en el prólogo. Su foco, dice, es “comprender el origen urbano del estallido y, sobre todo, los factores territoriales que explican su rápida propagación y la enorme fragilidad que presentó Santiago para resistir lo que ocurrió”.
Factores territoriales. Territorio es la palabra, hoy término de moda y aludido para esa tarea titánica de reconstruir el tejido social y restablecer las confianzas de las comunidades vulnerables. Territorio segregado, abandonado, dominado por el narco o las barras bravas y sus juegos de artificio, sin Dios ni ley. Territorio a trasmano que no ven los que mandan y que explica por qué el ensayo parte por “La Cofradía del Transantiago”.
Uno desearía saber quiénes son esos cofrades, con nombre y apellido, pero en ese primer capítulo sólo se describe cómo durante décadas torpedearon la extensión del Metro hacia esos territorios comanches, donde el más choro es rey.
Poduje, con sus décadas de experiencia estudiando la urbe y sus territorios degradados, sabe. Y le va poniendo argumentos de exclusión urbana, de segregación, de abandono, abuso y angustia a una explosión social legítima y comprensible, que fue usada y puede seguir siéndolo, si no hacemos algo.
Y el “algo” que propone Iván Poduje para contrarrestar el efecto nefasto de las «7 kabezas» lo explica en el epílogo que parte con el título “El virus que durmió al monstruo”. Allí avanza una propuesta para satisfacer las demandas que explican la deuda social con las poblaciones marginadas que están a la base del estallido: “Sugiero hacerlo resolviendo una dimensión de la inequidad que reveló el encierro de la pandemia: el hacinamiento de los hogares y la dificultad de revertirlo debido al encarecimiento de la vivienda, cuyo precio ha crecido al doble que los salarios en los últimos diez años”.
Ahí está el arma de desarrollo y dignidad urbana para contrarrestar la violencia insensata de las 7 kabezas que a los que más daña, como siempre, es a los más pobres y vulnerables.
El ensayo de Iván Poduje tiene mérito, propuestas y sobre todo caminos de respuesta a un misterio aún sin resolver: quién alentó la evasión y vandalización de 27 estaciones del Metro y el incendio y destrucción total de 7 de ellas el 18 de octubre de 2019. Conclusión: «7 Kabezas» merece lectura detenida y profunda, aunque difícilmente los hípsters, los populistas, los secundarios radicales y todos los bomberos sin más causa que ellos mismos le reconozcan mérito alguno.