Los manifestantes están dispuestos a todo en su lucha por derrocar a la junta militar, mientras que ya se informa que las fuerzas de orden los están repeliendo hasta con armas de fuego.
Los manifestantes prodemocracia llamaron a intensificar la movilización este domingo 7 de marzo, pese a la sangrienta represión de la junta militar que continúa con las redadas nocturnas y las detenciones.
Pedimos a «todo el país que se una» contra la dictadura militar, declaró Maung Saungkha, uno de los líderes de la protesta. «Si llamamos a la desobediencia civil y a la huelga sin salir a la calle, no es suficiente. Tenemos que mantener nuestro combate al nivel más alto. Estamos dispuestos a morir».
Es así como miles de birmanos volvieron a salir a protestar contra la junta militar en ciudades como Mandalay y Rangún, donde las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos, con los uniformados cada vez más aislados de la comunidad internacional.
Ataviados con cascos de plástico y escudos de metal, los manifestantes tratan de evitar con barricadas en las calles el avance de los policías y militares a pesar de la dura represión en la que se han registrado disparos con armas de fuego.
Crédito: @dw_espanol
Político muere bajo custodia militar
Khin Maung Latt, miembro de la Liga Nacional para la Democracia de la líder depuesta, Aung San Suu Kyi, falleció luego de ser detenido por la policía. Khin Maung Latt era responsable del partido en un distrito de Rangún, la antigua capital y la ciudad más poblada del país.
Hasta ahora solo se sabe que Maung Latt se encontraba bajo custodia cuando se produjo su muerte, lo que levanta muchas sospechas sobre las causas del deceso. Al momento de su detención, el líder político se encontraba en medio de una multitudinaria manifestación.
Mientras tanto, la junta militar continúa con una campaña de desinformación en los medios oficialistas, donde insiste en que hubo fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, aunque fueron validadas por observadores internacionales, y en la correcta actuación de las fuerzas de seguridad en las protestas.
Parte de la campaña de desinformación en la se han enfrascado los miembros de la junta militar birmana incluye el desenterramiento del cadáver de Kyal Sin, una manifestante fallecida el miércoles pasado (03.03.2021) para analizar su cuerpo y concluir que la bala que la mató no pertenecía a la Policía o al Ejército, según informó el medio oficialista «Global New Light of Myanmar». Esto contradice los testimonios de numerosos manifestantes testigos del incidente, que tuvo lugar durante unas protestas en la ciudad de Mandalay. Kyal Sin, de 19 años y apodada Ángel, se ha convertido en uno de los símbolos de la resistencia contra los militares, que tomaron el poder tras casi una década de democracia.
Hasta ahora, se ha informado de 54 muertes por parte de la ONU desde que se iniciaron las protestas contra el golpe militar del 1 de febrero, pero se cree que la cifra puede ser mucho mayor debido al actuar de la fuerza policial que estaría utilizando armas de fuego contra manifestantes pacíficos, según se puede ver en varios videos que superan la censura y llegan a las redes sociales.