Uno de los autores del informe, el académico e investigador de la Universidad Austral de Chile, Alberto Coddou, afirmó que el informe llega en un momento donde este tipo de plataformas ha crecido exponencialmente a nivel mundial, de hecho el mismo informe revela que «las plataformas digitales de trabajo se multiplicaron por cinco en una década».
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó su informe anual centrado este año en el rol de las plataformas digitales en la transformación del mundo del trabajo, como las aplicacions de delivery. Con la pandemia, se acentuó aún más el desamparo en que se encuentran los trabajadores de las apps, visibilizando los riesgos y desigualdades a las que se enfrentan diariamente.
De hecho, siete de cada diez aseguró según las encuestas del informe que si contraía el virus, no tendría derecho a tomarse una licencia o recibir una compensación. Las jornadas son más largas que en los trabajos tradicionales, de 65 horas semanales, y en el 79% de los casos mencionaron sufrir estrés por el trabajo, como el riesgo de sufrir lesiones físicas, el tránsito, la remuneración o la presión por conducir rápido.
Uno de los autores del informe, el académico e investigador de la Universidad Austral de Chile, Alberto Coddou, afirmó que el informe llega en un momento donde este tipo de plataformas ha crecido exponencialmente a nivel mundial, de hecho el mismo informe revela que «las plataformas digitales de trabajo se multiplicaron por cinco en una década».
«Las nuevas oportunidades creadas por las plataformas digitales están volviendo cada vez más difusa la distinción que solía haber entre asalariados y autónomos», describió la OIT en el informe. Frente a esto Coddou explica que aquí cambian todos los conceptos y derechos básicos de un trabajador “porque aquí no existen las licencias, ni las vacaciones pagadas, nadie paga las cotizaciones, ni te despiden, ni te contratan, lo que genera un desamparo absoluto para este tipo de trabajadores, considerando que esta economía va a seguir creciendo”.
En este tipo de trabajo en vez de un contrato de trabajo las actividades laborales se realizan a través de prestaciones de servicios, el problema agrega el investigador de la U. Austral es que “cualquier responsabilidad tiene que ver con el trabajador y no con la empresa mandante- lo que desprende varias narrativas empresariales que hablan de ser tu propio jefe o que ustedes son nuestros partner o socios, pero sin condiciones laborales mínimas”. Asimismo, Coddou agrega que en la práctica, hay una serie de indicadores a nivel mundial que han obligado a las cortes del mundo a encontrar que en todos estos casos existen relaciones laborales.
Coddou explicó que durante la investigación encontraron casos terribles en que cuando trabajadores se han tratado de organizar colectivamente para defender sus derechos, ha derivado en desconexiones arbitrarias desde la aplicación como que “al día siguiente que te trataste de juntar por Facebook para una asamblea para la defensa de tus derechos como trabajador de plataforma fuiste desconectado y no tienes ni con quien ni cómo reclamar. No hay un empleador que de la cara”.
Uno de los reclamos habituales de los trabajadores, según detalla Coddou, es “la ausencia de alguien, una persona a quien yo llamo y le reclamo, porque la impotencia que te conteste una línea automática es la distopía perfecta, habla que este sueño tecnológico es más una distopía que una utopía”.
“La pandemia ha visibilizado aún más la precariedad en la que están los trabajadores de plataforma, considerando la facilidad con que estas personas pueden ingresar al mercado laboral sin la necesidad de un contrato, lo que ha incrementado la participación de la población migrante, en Chile se calcula que los trabajadores de app podrían llegar a ser 70% solo venezolanos, podría porque también es desconocido el número real de trabajadores de aplicaciones”, advirtió.
El académico de la U. Austral añade que resulta “chocante el contraste que hay entre trabajadores esenciales que al principio de la pandemia se le otorgaron permisos especiales con esta desprotección total en la que están. Se consideran esenciales pero cualquier cosa que les pase, es responsabilidad de ellos, por ejemplo no tenían licencias médicas por enfermedad en caso de tener covid y tampoco las empresas tenían la obligación de pasarles mascarillas ni alcohol gel”.
En Chile existen tres proyectos de ley que intentan regular esta precaria y difusa relación laboral entre los trabajadores de las app y un empleador, que nunca ven ni hablan: “Mi jefe es una App”, que se encuentra en la Cámara de Diputados y otra que partió en el Senado que versa sobre las garantías básicas para trabajadores de plataformas digitales.