El general director de Carabineros descartó, tras participar en el funeral del sargento primero Francisco Benavides, quien murió en medio de una emboscada en Collipulli, que la institución tenga «las manos atadas» para combatir la violencia en la zona, pero pidió mayores facultades.
El general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, llegó este jueves a la iglesia de la Inmaculada Concepción de Quillón, en donde participó del velorio del sargento primero Francisco Benavides, quien murió en medio de una emboscada en Collipulli.
A la salida del lugar, el general Yáñez se refirió a los dichos de los vecinos de la zona del conflicto mapuche, los que indican que Carabineros no puede hacer nada porque tienen «las manos atadas».
«Si los carabineros tuvieran las manos atadas no andarían patrullando y cumpliendo su misión como lo hacen todos los días, cumplimos una cantidad de importante de medidas de protección en diferentes sectores de la regiones del Biobío y La Araucanía», respondió.
Sin embargo, según Yáñez, «claramente estamos en desventaja, porque estas personas actúan en la ilegalidad, en la clandestinidad, utilizando el factor sorpresa y eso es lo que a nosotros nos deja en una dificultad de poder actuar».
«Necesitamos un respaldo jurídico mayor, que haya un ordenamiento jurídico con normas que permitan que, cuando actúan carabineros, después de que usen sus armas, no pasen a un control de detención, sea imputado por el delito de homicidio», añadió.
Esto último, a juicio del general Yáñez, es lo que se tiene «que regular, eso es lo que hay que de alguna forma hacer para que los carabineros puedan actuar con un poco más de condiciones de seguridad, que no ocurra lo que ha sucedido en otras oportunidades que al hacer uso de sus armas pasan inmediatamente como imputados y detenidos».