El contralor abordó también la polémica investigación del fideicomiso presidencial, a raíz del Caso Enjoy. La Contraloría zanjó recientemente el tema dictaminando que “no se advierte infracción al principio de probidad administrativa por parte del Presidente de la República”, pero Bermúdez fue enfático en aclarar que como ente de control no pudieron entrar al fondo del asunto. “Si una persona quiere tener como instrumento el fideicomiso ciego, evidentemente tiene que ser fiscalizable, y en este momento no está siendo fiscalizable”, añadió [ACTUALIZADA]
El contralor Jorge Bermúdez se refirió a los hechos ocurridos a partir del 18 de octubre de 2019, y consideró que sí hubo violaciones de derechos humanos en el estallido social.
«No es algo que diga yo, ya. Yo simplemente aquí me voy a remitir aquí a lo que he leído y a la información que yo recibí de la entidad competente en esta materia, es una respuesta en ese sentido leguleya, pero claramente sí se violaron», dijo Bermúdez al ser consultado sobre el tema en entrevista con Vía X.
«No hay mucho más que darle vuelta a eso», sostuvo Bermúdez. «Eso fue así, fue un uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas policiales, que tienen el monopolio del uso de la fuerza, en contra de los ciudadanos. Eso es, ese es el resumen y eso es lo que va a quedar probablemente para la historia desgraciadamente», dijo.
Vale recordar que la Contraloría formuló cargos contra siete generales de Carabineros por su actuar en el estallido social, tras lo cual se propuso sancionar a Jorge Ávila, Mauricio Rodríguez y Enrique Bassaletti.
«Dijimos: vamos a hacer un sumario porque nos lo han pedido el Instituto de Derechos Humanos, las organizaciones de la sociedad civil, cientos de denuncias que nos señalaban exceso en el uso de la fuerza o incumplimiento de protocolos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que se reunió con nosotros, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos», detalló Bermúdez en la entrevista.
«No podíamos hacer un sumario en cada uno de los hechos que nos estaban denunciando, entonces dijimos, esta es una situación jerarquizada, de carácter militar, por lo tanto aquí el mando es un concepto muy importante. Si esto pasó, si estas violaciones a los derechos humanos ocurrieron es porque hubo un mando que no estaba ejerciendo bien su pega, que no estaba cumpliendo con la labor de hacer cumplir los protocolos», agregó.
También dijo que «ni siquiera estamos viendo si el protocolo era bueno o malo. Estamos diciendo aquí hay un protocolo, que establece una gradualidad pero resulta que parece que se pasaba de cero a 100 de una, o sea no había un uso gradual de los medios de fuerza y se llegaba al uso de la escopeta antidisturbios y los gases lacrimógenos a diestra y siniestra».
Consultado cómo se recordará al Presidente, a los ojos de la historia, Bermúdez no titubeó en señalar que quedará «mal parado, no va a quedar muy bien parado. Aunque creo que todavía se pueden hacer algunas cosas que permitirían reparar eso que ocurrió. Sin meterme en la contingencia, creo que se podría agilizar mucho más en materia de tribunales, eso podría ir más rápido…Y también una ley de reparación para las personas que sufrieron. La pérdida de la visión es una cosa muy brutal, o perder un ojo o parte de la visión, son cosas muy fuertes”.
Bermúdez abordó también la polémica investigación del fideicomiso presidencial, a raíz del Caso Enjoy. La Contraloría zanjó recientemente dictaminando que “no se advierte infracción al principio de probidad administrativa por parte del Presidente de la República”, aunque sí abrió una investigación a la Superintendencia de Casinos de Juego.
En concreto, la mirada estaba sobre el Mandatario, dado que dos empresas encargadas de su patrimonio -BTG Pactual y Moneda Asset- estaban comprometidas con Enjoy y su deuda. Y la empresa de la familia Martínez fue beneficiada con la prórroga de los plazos para ejecutar nuevas obras de algunos casinos en el polémico decreto 77.
Pese a la resolución favorable para Piñera, el contralor Bermúdez acotó que el ente de control no pudo entrar al fondo del asunto. “Pedimos la información, en los tres casos era coincidente, que no hubo comunicaciones entre el mandante y el mandatario, por lo tanto hasta ahí podíamos llegar. Eso es todo lo que podíamos hacer”, explicó.
El tema, prosiguió Bermúdez, es que “hoy con el fideicomiso sólo tenemos la facultad de poder pedir información, pero yo no puedo decir si lo que me está diciendo esa empresa se condice o no con una realidad”.
“Yo debería tener medios de contraste, poder decir: A ver muéstreme sus correos electrónicos o dónde está haciendo las inversiones; pero todas esas facultades no las tenemos nosotros. Si una persona quiere tener como instrumento el fideicomiso ciego, evidentemente tiene que ser fiscalizable, y en este momento no está siendo fiscalizable”, añadió.
En tal sentido, Bermúdez añadió que “yo no digo que se hayan puesto de acuerdo, lo que digo es que toda la información que se recogió era coincidente y hasta ahí podíamos llegar. Esta situación pone de manifiesto que la ley quedó bastante al debe (…) para poder fiscalizar el fideicomiso.”
“Con mi equipo cuando discutimos este tema, me acuerdo perfecto que uno de ellos me decía, no vamos a llegar a nada, esto no tiene sentido…Pero es verdad que también teníamos que ejercer nuestra facultad y eso fue lo que hicimos”, precisó.
Por otra parte, Jorge Bermúdez criticó que «uno de los problemas que tenemos en el Estado chileno es que en general a los funcionarios, independientemente del nivel jerárquico, pero mientras más arriba peor, no tienen exclusividad en sus funciones, por lo tanto pueden ser directores de una empresa y miembros de un consejo que decide cosas importantes».
«Por cierto que hay corrupción y la verdad que hay mucha más de la que pensábamos que había. Esa idealización que tuvimos sobre todo, en los ochenta lo dejo aparte porque era una dictadura, entonces la dictadura es como la corrupción en sí misma, ahí no se puede hablar de integridad o probidad si estamos en un régimen que no es democrático, solo se puede hablar de corrupción cuando hay democracia. Y en los noventa uno siempre pensó somos un ejemplo, somos distintos al barrio y en realidad no éramos tan distintos, pero también creo que hay una cosa positiva y es que todavía nos sorprenden los casos de corrupción», sostuvo.