Tras semana de protestas severamente reprimidas, que causaron disturbios y decenas de muertos, el Gobierno de Kazajistán reporta 7.939 detenciones, mientras Rusia le asegura apoyo contra «revoluciones de colores».
«Al 10 de enero, 7.939 individuos fueron detenidos» por las fuerzas de seguridad en todo el país, indicó el ministerio del Interior, en un comunicado publicado en el sitio internet del Gobierno, que añade que las fuerzas del orden recuperaron cinco vehículos robados.
Un total de 207 personas, añade la nota, fueron detenidas en dos mercados de Almaty, la mayor ciudad del país y foco de las protestas.
El detonante de la crisis fue la subida al doble de precio del gas licuado, que provocó manifestaciones pacíficas en varias ciudades del país desde el pasado 2 de enero, que luego degeneraron en violentos disturbios.
Este domingo (9.01.2021), el Gobierno consideró estabilizada la situación en todas las regiones de la república centroasiática.
Según el Comité de Seguridad Nacional, el país, incluyendo las instalaciones gubernamentales y militares, están plenamente bajo control de los servicios de seguridad.
«Las áreas donde los militantes y amotinados podrían estar ocultos están siendo despejadas. Se está recolectando y grabando evidencia de actividad criminal», agregó el comunicado.
Kazajistán calificó la violencia como un ataque de «grupos terroristas» y ha criticado la cobertura de la prensa internacional de las protestas, que estallaron en el oeste del país.
Durante una reunión del gabinete de crisis el presidente, Kasim-Yomart Tokayev, que ordenó «disparar a matar sin previo aviso» contra los participantes en los disturbios, fue informado de que «en todas las regiones la situación se ha estabilizado».
«Las fuerzas de seguridad han liberado todos los edificios administrativos y se ha restablecido el trabajo de los servicios comunales y otros sistemas básicos», informó la Presidencia en un comunicado.
Tokáyev subrayó que los órganos de seguridad del Estado tomarán las medidas necesarias para el pleno restablecimiento del orden y la seguridad en el país.
Para ello el mandatario kazajo cuenta en el apoyo del contingente militar de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) que llegó al país a solicitud suya el pasado día 6, pero que según el Gobierno participa solo en labores de protección de infraestructuras vitales.
Varias decenas de personas —incluidos 16 policías y dos militares, y un número indeterminado de manifestantes, hombres armados y transeúntes, entre ellos varios menores— han muerto en las mayores protestas en 30 años de independencia, según las autoridades.
A petición de Tokayev, los líderes de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la alianza militar postsoviética liderada por Rusia, celebraron este lunes una reunión virtual para analizar las medidas adoptadas para la normalización de la situación en Kazajistán, que guarda un día de duelo por la víctimas de los disturbios.
«Ha sido restablecido totalmente el orden en Kazajistán. Los peligros para la seguridad del país han sido repelidos», dijo Tokayev en su videoconferencia con los líderes de la OTSC, a la que agradeció el envío de un contingente militar de paz integrado por más de 2.000 hombres. Y denunció los disturbios de los últimos días como un «intento de golpe de Estado».
El presidente ruso Vladimir Putin afirmó, por su parte, que Kazajistán fue blanco del «terrorismo internacional», y aseguró que las fuerzas rusas y de sus aliados desplegadas para ayudar al Ggobierno de ese país partirán tras el final de su misión.
«Una vez que el contingente haya cumplido sus funciones, se retirará del territorio de Kazajistán», dijo Putin en la videoconferencia con su aliados, en la que advirtió que Moscú no tolerará «revoluciones de colores» en la ex-Unión Soviética, fórmula que utiliza el Kremlin para describir revueltas a su entender orquestadas por Occidente en la región.
También el ministro de Exteriores de China, Wang Yi, mantuvo hoy una conversación telefónica con su homólogo kazajo, Mukhtar Tleuberdi, en la que expresó su «firme apoyo» al Gobierno del país centroasiático para «mantener la estabilidad», informa la agencia de noticias Xinhua.