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Crédito: AGENCIA UNO
La senadora electa de Renovación Nacional propuso «una oposición en la luz», en contraposición por lo que propuso el presidente de su partido, Francisco Chahuán, para fiscalizar el trabajo del gabinete con el que el Presidente electo Gabriel Boric asume en marzo. Según la parlamentaria, se requiere «una oposición dispuesta al diálogo, una oposición que evidentemente cuando vea el peligro, por ejemplo, cuestiones que hemos defendido con mucha fuerza como la libertad o nuestros principios, vamos a ejercer ese rol con claridad».
Fue el presidente de RN, Francisco Chahuán, quien habló de conformar un gabinete alterno, o gabinete en las sombras (“shadow cabinet”), tal como se hace en Reino Unido.
Sin embargo, la senadora electa del mismo partido, Paulina Núñez, descartó la opción y afirmó que esperan ser una “oposición en la luz” durante el gobierno del Presidente electo Gabriel Boric, sumándose a las voces que dentro de Chile Vamos han tomado distancia con el timonel de Renovación Nacional.
“No estoy de acuerdo con esos ministerios de las sombras, suena tenebroso. Tengo claro que la ciudadanía habló con fuerza, con claridad y dijo que tal iba a estar en el Gobierno y nosotros en el rol opositor, por lo tanto lo que nos corresponde es ejercer un rol opositor sin hacer una oposición obstructiva», dijo la parlamentaria en entrevista con Radio Cooperativa.
A su juicio, lo que debe hacer Chile Vamos es “tener una oposición constructiva, una oposición dispuesta al diálogo, una oposición que evidentemente cuando vea el peligro, por ejemplo, cuestiones que hemos defendido con mucha fuerza como la libertad o nuestros principios, vamos a ejercer ese rol con claridad».
«Yo espero que más que ministerios en la sombra, tengamos una oposición en la luz, transparente de cara a la ciudadanía, proponiendo y en terreno”, agregó Núñez, asegurando también que a su juicio “no corresponde” que se le diga al Gobierno que se mirará desde las sombras “si hace bien o no la pega”.
Eso sí, la parlamentaria resaltó que con la composición variopinta y dividida casi mitad y mitad entre partidos de gobierno y oposición, se «le da tranquilidad al país de que nadie va a poder hacer lo que quiera», porque se va a requerir diálogo y acuerdos.
«Cuando uno avanza con esta capacidad de dialogar y de lograr acuerdos, está pensando en el país, no está pensando en un extremo o en otro», dijo.
