La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), reportó una inflación general del 7,2 % para la región en 2021, sin contar los países con inflación crónica, como Argentina, Haití, Surinam y Venezuela.
En su empeño por hacer frente al segundo año de la pandemia, las economías más grandes de Latinoamérica cerraron 2021 con un alza de precios mayor a la esperada debido a factores climáticos, políticos y sociales y a problemas relacionados con el comercio internacional.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), organismo de la ONU con sede en Santiago de Chile, reportó una inflación general del 7,2 % para la región en 2021, sin contar los países con inflación crónica, como Argentina, Haití, Surinam y Venezuela.
En su informe «Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe» estimó que la economía de Latinoamérica, la región más afectada por la pandemia, creció un 6,2 % en 2021 y que 2022 estará marcado por las asimetrías entre países y una desaceleración incentivada por la incertidumbre.
“La pandemia ha infligido un daño duradero al crecimiento de las economías en gran parte de la región, lo cual se agrava con los problemas estructurales que tiene nuestra región desde antes de la crisis, estos problemas de baja inversión, de baja productividad y de informalidad”, afirmó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, al presentar el informe.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia deja hasta la fecha 326,2 millones de contagios y 5,5 millones de muertes en el planeta, siendo América la región con el mayor número de fallecimientos, con 2,4 millones.
Las economías más grandes de Latinoamérica, Brasil, México, Chile y Colombia, tuvieron un comportamiento superior al techo del rango meta de los bancos centrales, mientras que en Argentina y Venezuela se siguen viendo los factores estructurales que tenían desde antes de la crisis sanitaria.
El comportamiento de los demás países de la región fue similar al alza, siendo Uruguay (7,96 %) y Guatemala (3,07 %) los únicos que bajaron frente a lo sucedido en 2020.
El colombiano Daniel Velandia, economista jefe del holding financiero Credicorp Capital, explicó a Efe que “a lo largo del año pasado se produjeron una serie de factores que terminaron presionando, como el rompimiento de las cadenas de suministro en logística ante la escasez de insumos y de transporte marítimo, la crisis mundial de contenedores sumado a las medidas de los Gobiernos (2020) y a que cada país de la región enfrentó factores climáticos y políticos que llevaron a una depreciación del tipo de cambio, paros y protestas sociales”.
Así, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 10,06 % en 2021 en Brasil estuvo por encima de la meta del 3,75 % del Banco Central y sobrepasó a la del año anterior (4,52 %). En la mayor economía de la región, se produjo la sequía más fuerte en 100 años, que aumentó el precio de los combustibles (49,02 %) y de la electricidad (21,21 %), pero también sufrió por la crisis de la covid-19.
En un intento por controlar el fuerte aumento de los precios en los últimos meses, el Banco Central ha venido subiendo los tipos básicos de interés, que cerraron 2021 en el 9,25 % anual, su mayor nivel desde 2017 (10,25 %), tras siete alzas consecutivas.
México siguió sus pasos, con un 7,36 %, tras una importante subida de los costos de los alimentos y del rubro energético. Una cifra que no se veía desde diciembre de 2000, hace 21 años, y que preocupa porque son 55,7 millones de mexicanos en condición de pobreza, el 43,9 % de la población, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Desde 2007, Chile no había terminado un año con una inflación del 7,20 %. Esta vez, por la entrega de ayudas económicas y los retiros anticipados del 10 % de los fondos de pensiones, medidas que el Gobierno aplicó para contrarrestar la crisis del coronavirus.
El banco central del país suramericano incrementó las tasas de interés en 350 puntos base desde julio del año pasado para combatir el aumento de la inflación, quedando la tasa de referencia al 4 %, el nivel más alto desde 2014.
Mientras, el IPC en Colombia cerró en 5,62 %, marcado por el alza de los precios de los alimentos, siendo superior en 4,01 puntos porcentuales a la variación de 1,61 % en 2020. Estos índices estuvieron relacionados con las dificultades para la importación de insumos agropecuarios por la crisis mundial de contenedores y las manifestaciones que sacudieron al país a mitad del año contra la política económica y social del Gobierno.
“El aumento de la demanda junto con las interrupciones de las cadenas de suministros y la subida de los precios internacionales de la energía y de los alimentos, han exacerbado el impacto sobre los precios”, dijo Eric Parrado, economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en una entrevista con Efe.
Sin embargo, agregó, estas “tendencias deberían ser temporales si los bancos centrales actúan para ir frenando el aumento de las expectativas de inflación y si se continúa con el proceso de vacunación para que América Latina y el Caribe se transforme en un líder regional que ayude a destrabar las cadenas de suministros y a atraer inversión”.
En la otra orilla, Argentina y Venezuela, que comparten una tradición de índices altos, se alejaron un poco.
El Banco Central de Venezuela (BCV) informó de que la inflación en el país fue del 686,4 % en 2021, y así salió del ciclo hiperinflacionario tras cuatro años, aunque la mantiene como la nación con la cifra más elevada del mundo.
En opinión de Hernando Zuleta, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes, en Bogotá, “la pregunta para Venezuela es si van a retornar a un manejo de política monetaria razonable”. “Me refiero a no financiar gasto público con emisión a manos llenas. Esperaría que la inflación siga bajando y se estabilice inferior al 10 %”, agregó.
De otro lado, en Argentina, donde la inflación es un problema histórico y aunque mejoró un poco frente a lo que pasó en 2019 (53,8 %) , el IPC dio un salto de 14,80 puntos hasta llegar a 50,90 %, comparado con el 36,10 % del año antepasado. El principal aumento de precios se dio en diciembre pasado, en los sectores de restaurantes y hoteles (5,9 %).
Varios programas de subsidios estatales surgieron en 2021, que junto a las restricciones para comprar dólares y el congelamiento en las facturas de los servicios básicos buscaron retrasar el aumento inflacionario.
“Los costos que han sufrido Venezuela y Argentina están asociados con la pérdida de identidad de independencia, el Ejecutivo termina decidiendo cómo se lleva a cabo la política monetaria. El reto hacia el futuro para estos dos países es un poco más de independencia”, añadió Zuleta a Efe.
Según Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de Economía del IE Bussines School, en España, la inflación fue el “invitado indeseado económicamente hablando en 2021”, y por lo tanto, se entró en un momento “complicado” en Latinoamérica.
“Tipos de interés que están altos van a tener que seguir aumentando, seguramente, a medida que la Fed (Reserva Federal) endurezca su política monetaria, y eso acabará teniendo un efecto sobre el crecimiento que seguramente va a ser menor al inicialmente previsto», agregó
Y para este 2022, Martínez considera que se irá moderando la inflación: «Iremos tendiendo hacia niveles que estarán a finales del año en el 5,5 % en Brasil, 4,5 % en Chile, y en otros países de la región en torno al 4 % y el 5 %. Son niveles elevados pero más bajos que los que hemos tenido en 2021».