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Maestras Artesanas Chilenas: La cerámica de Pascale Lehmann CULTURA Crédito: Tomás Rodriguez

Maestras Artesanas Chilenas: La cerámica de Pascale Lehmann

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Sus trabajos han sido exhibidos en importantes galerías y museos de Chile, Francia y Alemania, obteniendo premios y excelentes críticas de arte. Sus obras forman parte de colecciones privadas en Europa y de la colección permanente del Museo Nacional de Bellas Artes de Chile. También es miembro de la Academia Internacional de Cerámica (AIC).


De cómo hay seres privilegiados por los dioses que nacen con una estrella brillante que les abre el camino hacia las cumbres. Es el caso de Pascale Lehmann, una ceramista chilena que, luego de salir de las aulas de la Escuela de Diseño, había probado hacer arte, “hasta con ropas para niños”.

De pronto, vio colmadas sus aspiraciones, sintió una “crisis laboral” y tuvo que romper la cáscara, hacer una muda y pasar a otra actividad. Fue allí que encontró el arte del barro cocido y descubrió que tendría infinitas posibilidades para extender su creatividad, personalidad y carácter; pues, como ella dice: “quería ser yo”. Es decir, buscaba que el arte fuera el reflejo de su propia persona.

Como era de esperarse, encontró a los seres lumínicos que la condujeron al taller Huara Huara de Ruth Krauskopf, en cuyo seno halló el fecundo calor humano que necesitaba para desatar su poética de la arcilla.

Junto a Ruth Krauskopf y Benjamín Lira, consiguió la orientación conceptual y técnica para pasar de la cerámica utilitaria y dar el paso fabuloso hacia la escultura: libre, sin ideas preconcebidas, y entrar en el mundo de la contemplación a donde, increíblemente, escapó del vertiginoso mundo en que vivimos.

Sus obras resultaron siendo creaciones abstractas, pero casi naturales, como meteoros siderales, atraídos a nuestro mundo. Son productos de infinitos procesos de composición y recomposición ígnea, sus materias densas llevan, como ADN, la voluntariosa huella de la mujer, desde su génesis en algún horno estelar del cosmos, hasta su consciente recreación humana en nuestro tiempo; por ello, la artista los considera frutos de un trabajo racional sobre la arcilla. Son objetos sensoriales captados por los sentidos que interrogan y motivan nuestras mentes.

Representan, para la artista, “la mejor forma de conectarse consigo misma”.

Contrapunto I, creada por Pascale Lehmann. Dimensiones: 44 cm largo x 57cm ancho x 47 cm alto. Crédito: Tomás Rodriguez

Por eso, trabaja acompañada del silencio y se deja llevar por la intuición, por su impulso creativo que, aún partiendo de un dibujo o de una vaga idea, cobra vida y forma, en el contacto directo con la arcilla, en un diálogo genial entre la artista y la materia. Por ello, Pascale confiesa que le es ámpliamente gratificante, pues va al encuentro de su propio talento, su propio lenguaje artístico, único, sin restricciones ni inútiles cánones o camisas de fuerza.

En esto le ayuda el material, la noble pasta de gres, mezclada con óxidos y pigmentos, chamota gruesa y fina, para acentuar las texturas de lava volcánica; lava de los infinitos volcanes que crearon el paisaje de Chile, sus áridos desiertos y sus cielos bruñidos de añil y azul cobalto. En nuestra artista vemos, claramente, cómo el ser humano es producto del paisaje que le inunda el alma y retorna recreado en su alquimia elemental, transformado en la asombrosa obra de arte. Por algo, ella misma declara que es una alquimista secular en búsqueda incesante de colores y materias para cada obra: sean arcillas, engobes, pigmentos, refractarios o fundentes.

Confiesa que ha trabajado mucho: con pasión y con firmeza, hasta arrancarle el secreto al barro fundido en el ardiente ambiente de sus hornos. Dominando, tenaz, la tozudez de la materia; pues, hay que porfiarla, una e infinitas veces, hasta conseguir el resultado añorado. Sólo otro ceramista sabe lo que esta agonía significa.

La ceramista cuenta con el azar, el elemento imponderable que aporta el fuego, y, a veces, la obra no sale como uno quisiera: “Porque el fuego hace lo que quiere con la obra y al final uno tiene que aceptarla con mucha humildad, algunas veces, la artista queda maravillada con el resultado y en otras, hay una cierta desilusión que puede costar enfrentar. Todo eso me ha hecho tolerante a la frustración”, nos dice, con la voz de su probada experiencia.

Pascale, cuenta que, pese a todo, tuvo experiencias muy gratificantes, por ejemplo: cuando en su primera exposición de 2012, tuvo una acogida total y ese éxito la impulsó a seguir con mucha fuerza y energía. Y así le vino la racha de triunfos singulares: el 2015, conquistó el primer lugar en el concurso de la Sociedad de Escultores de Chile, un triunfo no sólo para ella, sino, ¡para la cerámica!

Pascale en la portada de La revue de la ceramique et du verre N° 225, Marzo-Abril 2019. Crédito: Les Éditions, Ateliers d’Art de France.

Su obra pasó a formar parte del Museo Nacional de Bellas Artes de Chile. Cuenta que esto no la envaneció sino, le señaló el camino para perseverar en el trabajo y crecer como escultora profesional. Entonces, formó su propio taller equipado especialmente para sus requerimientos artísticos y se puso a trabajar con más ganas y entusiasmo, desatando los cordajes de su exquisito talento inmortalizado en el barro.

Viajó a París por primera vez, fue invitada a un certamen de artesanos y ceramistas. Ella no olvida que las ceramistas, también son artesanas. Participó, en la Feria Internacional de Artesanía y Creación Revelations 2017 y 2019, celebrada en el Gran Palacio de París, y en el 2017, fue invitada a formar parte de la Academia Internacional de Cerámica, la máxima entidad que agrupa a los/las mejores ceramistas e investigadores/as de este arte en el mundo.

Volvió a ser invitada a París el 2018, y ese fue un año redondo para ella. Le llegó un correo de una de las mejores galerías europeas de cerámica: la Galería de Marianne Heller, en la ciudad de Heidelberg, Alemania, para participar en la exposición celebratoria de los cuarenta años de la afamada galerista, donde pudo mostrar su obra entre representantes de muchos países del mundo. Una invitación así jamás se le había cruzado por la mente. Esta exposición fue la puerta de entrada, un inesperado golpe de suerte para, más tarde, realizar una exposición individual en la galería.

Fue entonces, cuando, en el 2019, Pascale Lehmann viajó a Heidelberg a inaugurar su exposición individual en la reconocida galería de Marianne, que es casi como el cielo, para los ceramistas artistas. Como dato saltante, nos refiere que un destacado historiador de arte europeo, profesor de la universidad de esa ciudad, le hizo una presentación con un gran estudio acerca de su trabajo cerámico, lo que fue muy emocionante. Tenía, además, la galería repleta de celebridades, coleccionistas y personajes del arte.

Esta gran muestra individual, le dio un enorme prestigio a la artista: en dos revistas europeas, una de Francia y otra de España, pusieron sus obras en portada, eso, según Pascale “fue un potente darse a conocer en Europa”; los artículos eran preciosos tanto por su presentación como por su contenido. Como no podía ser de otro modo, la revista chilena Esteka, también, la puso en su portada.

Territorio, creado por Pascale Lehmann. Dimensiones: 88 cm largo x 38cm ancho x 29 cm alto. Crédito: Igor Almonacid

Hoy día, después del forzado encierro, la pandemia le ha dado un oportuno y necesario descanso; se siente tranquila. Aunque no puede trabajar mucho, desea meditar y respirar aire para retomar con brío su trabajo, como sólo ella lo sabe: con todas las fuerzas centradas en su arte maravilloso.

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