NUEVA CONSTITUCIÓN
Crédito: Agencia Uno
«Existen bicameralismos asimétricos en sistemas parlamentarios, semi parlamentarios o semi-presidenciales, como en varios países europeos, pero no existen presidencialismos con bicameralismos asimétricos», señala un informe de Amarillos por Chile, en el que abordan los contenidos del borrador de la nueva Constitución.
El colectivo Amarillos por Chile compartió el fin de semana un informe en el que abordan el borrador de la nueva Constitución. En el reporte -fechado al 16 de mayo y elaborado por especialistas adherentes al grupo-, cuestionan el sistema política acordado por la Convención Constitucional.
«La estructura del sistema de gobierno que se propone tiene una falencia fundamental: el presidencialismo con bicameralismo asimétrico (compuesto por el Congreso de Diputadas y Diputados y la Cámara de las Regiones) no existe en la experiencia comparada», señala el informe de Amarillos, que derivó en la «Alerta Roja» emitida por el grupo el 23 de mayo.
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«Lo de Chile es un experimento global. Existen bicameralismos asimétricos en sistemas parlamentarios, semi parlamentarios o semi-presidenciales, como en varios países europeos, pero no existen presidencialismos con bicameralismos asimétricos», añade.
«Desde el momento que la Convención optó por el sistema presidencial – desde el PC hasta la UDI-, lo lógico era fijar un sistema de pesos y contrapesos que velara por el equilibrio entre los poderes del Estado. Eso se llama bicameralismo efectivo, es decir, Senado y Cámara de Diputados. No lo hizo, optando por un experimento como el que se ha señalado», continúa.
En esa línea, los especialistas manifestaron que «el verdadero poder está concentrado en el Congreso de Diputados y Diputadas (CDD). Ahí está radicado el poder real».
«La eliminación del Senado, y la eliminación del Poder Judicial como poder del Estado, entre otros aspectos institucionales, junto con un presidencialismo atenuado o debilitado, concentran el poder en el CDD y debilitan los equilibrios entre los poderes del Estado», prosiguieron.
El informe cuestiona otras materias clave del borrador, como el Estado Plurinacional o el Estado Regional.
Sobre el Estado Plurinacional, el reporte señala que el concepto se encuentra «donde existe una presencia ostensiblemente mayoritaria de pueblos originarios. Así ocurre en Bolivia, que tiene un 62% de población indígena, con 36 pueblos reconocidos en la Constitución, y en Ecuador, que tiene un 46%. En Chile, en cambio, solo un 12% se declaran integrantes de un pueblo originario».
«La propuesta no está en sintonía con lo que indican convenios y tratados internacionales, (Convenio 169 y tratado internacional sobre pueblos indígenas de las naciones unidas), donde se reconoce la diversidad y pluralidad de pueblos originarios indígenas, pero no la pluralidad de naciones», complementa el documento.
Además, señalan que los pueblos originarios tienen una «condición especialísima» dentro «de la plurinacionalidad y el privilegio del autogobierno y autodeterminación». Apunta que ello es un «un riesgo manifiesto de desintegración no sólo del concepto de nación, sino de Estado, o estado-nación, si se prefiere. No creemos exagerar al decir que lo que se propone como una definición central es una Constitución indigenista».
En tanto, sobre el Estado Regional, los especialistas adherentes a Amarillos por Chile indicaron que son innumerables las instituciones que se crean en el nivel regional: además del Gobernador y las asambleas regionales, existirá un Consejo de alcaldes y alcaldesas que se organizan y actúan en la región; un Consejo Social Regional y el Consejo de Gobernaciones, trayendo consigo duplicidad de funciones y mayor burocracia».
«Habría bastado consagrar los órganos principales, Gobernador y asamblea regional», enfatizaron.
«Respecto de las asambleas, se les conceden poderosas atribuciones de carácter administrativo, ejecutivo y presupuestarios, creación de empresas, e incluso se permite que se le transfiera potestad legislativa a petición de la región autónoma», agregaron.
