En medio de la denuncia que enfrenta por hechos de «connotación sexual», el sacerdote jesuita Felipe Berríos renunció a la Compañía de Jesús y criticó a la congregación tras el proceso canónico que enfrenta. «Una cosa es que mi forma de ser sacerdote, horizontal y directa, pueda haber incomodado o ser considerada inadecuada por alguien, pero no comprendo por qué el gobierno de la provincial insinúa en sus declaraciones que se me ha investigado por hechos que podrían constituir delitos graves», manifestó. Por otro lado, lanzó sus críticas contra el provincial Gabriel Roblero, acusando que «sus ambiguas declaraciones a la prensa han sido condenatorias. Todo esto es un proceso mediático con filtraciones intencionadas que me han perjudicado». «Tal vez este sea el día más triste de mi vida, pero si no doy este paso, todos mis días en adelante se harían tristes y estoy hecho para en todo amar y servir», agregó.
A través de una carta, el sacerdote Felipe Berríos anunció su renuncia a la Compañía de Jesús y expresó una serie de críticas contra la congregación tras el proceso canónico que enfrenta por una denuncia por hechos de «connotación sexual».
Según consigna The Clinic, Berríos manifestó que «por una parte, he sido denunciado de hechos que no he cometido. Por otra, se han atribuido a gestos y palabras mías connotaciones que nunca tuvieron».
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Complementando lo anterior, sostiene que «una cosa es que mi forma de ser sacerdote, horizontal y directa, pueda haber incomodado o ser considerada inadecuada por alguien, pero no comprendo por qué el gobierno de la provincial insinúa en sus declaraciones que se me ha investigado por hechos que podrían constituir delitos graves».
Por otro lado, el sacerdote jesuita lanzó sus críticas contra el provincial Gabriel Roblero, acusando que «sus ambiguas declaraciones a la prensa han sido condenatorias. Todo esto es un proceso mediático con filtraciones intencionadas que me han perjudicado».
«El provincial ha tenido actitudes objetivas y comprobadas en que ha optado más por cuidar la imagen de la institución y su propia persona, que la búsqueda de la verdad y la justicia. Si por alguna razón el provincial ha sido incapaz de actuar como provincial, tiene para ello un socio y consultores para corregirlo, quienes han brillado por su ausencia», lamentó.
En esa misma línea, Berríos apunta que se le «pide una obediencia que violenta mi libertad de conciencia y atrofia mi vocación. Jamás debería haber existido este dilema; en que para vivir mi vocación de jesuita debo de renunciar a ser jesuita».
«Tal vez este sea el día más triste de mi vida, pero si no doy este paso, todos mis días en adelante se harían tristes y estoy hecho para en todo amar y servir», concluyó Felipe Berríos.